
Los videojuegos de carrera, sobretodo cuando tienen que ver con el karting o la parte más “arcade” de su esencia, hace años están dominados por aquél titulo indiscutido conocido como Mario Kart. El juego de carreras del fontanero ha sabido ser lider en su rubro por años, pero ante la insistencia de Nintendo de mantener un negocio de IP cerrada y exclusiva para sus plataformas, es un género que termina siendo atractivo para ofrecer experiencias multiplataformas. Lo ha hecho Crash Bandicoot en el pasado, lo ha hecho Disney, y ahora lo hace SEGA con Sonic Racing: CrossWorlds.
No me gusta iniciar un análisis haciendo una comparación directa con otro videojuego, pero es que es tan fuerte el impacto de Mario Kart en la industria y lo imponente que es como referente que nos servirá de punto de comparación para varios elementos que tenemos que hablar de esta nueva experiencia de Sonic. Habiendo jugado la mayoría de juegos de este estilo que han salido en los últimos años, puedo asegurar que Sonic Racing: CrossWorlds no está a la altura de Mario Kart, pero está muy por encima de gran parte de las otras experiencias del rubro.

Sonic Racing: CrossWorlds es una experiencia de carreras con todos los personajes del mundo Sonic que contiene lo mismo que solemos conocer de este tipo de experiencias arcade: objetos para evitar que los demás puedan avanzar, objetos para hacer más fácil que puedas correr en la pista, elementos del entorno que te dan turbo y te ayudan a correr. Todo lo que uno esperaría está presente. Pero Sonic Racing: CrossWorlds tiene un distintivo espectacular.
El nombre del juego referencia a la mecánica principal. Cada carrera está compuesta por tres vueltas, pero la segunda vuelta siempre corresponde a una pista diferente. Aquel que lleve la delantera al finalizar la primera vuelta, podrá elegir entre dos pistas para generar el Crossworlds (mundos cruzados) y hacer esa segunda vuelta en otro lugar. Esta mecánica no sólo es una genialidad por lo original que es, sino por lo que representa a nivel competitivo y meta: nadie puede suponer que es lo que va a pasar, nadie puede ir completamente preparado para esta carrera. Si sos muy hábil en un mapa, podés tener dificultades. Si estás complicado, por otro lado, esa vuelta al otro mundo puede darte una mano.
La mecánica central de la experiencia hacen que Sonic Racing: CrossWorlds sea un juego memorable, y eso, de mínima, suma mucho valor. Hay decenas de videojuegos de carrera y karting que a los años yacen en el olvido, aún con un elenco de personajes llamativo. No será el caso de Sonic Racing: CrossWorlds. También da la sensación de ser un juego de karting de nueva generación: es difícil hacer lo que hace sin tener los tiempos de carga reducidos que representan a esta novena generación de consolas.

A su vez, y acompañando este último punto, hay un objetivo cumplido en Sonic Racing: CrossWorlds respecto al apartado visual. Se nota mucho la intención de hacer una experiencia enfocada en la generación actual y es algo que se ha visto poco y nada. Incluso Mario Kart World, que apuntó a mostrar esa tecnología con su mundo abierto, terminó teniendo comentarios divididos por lo poco que crece respecto al gran Mario Kart 8 Deluxe. Acá SEGA logró algo muy difícil de hacer, a nivel visual y a nivel técnico.
Con tantos años donde Sonic no pudo dar en la tecla, parece que SEGA finalmente se dio cuenta que sólo tenía que ir a sus origenes. Todo en Sonic Racing: CrossWorlds tiene una esencia noventera y de arcade muy marcada, algo que le queda realmente bien a este personaje y a su universo. Desde la interfaz, hasta la voz que va relatando lo que pasa, parecemos estar en una suerte de Daytona USA de nueva generación. Sí, por otro lado, es cierto que el título aprovecha todos estos elementos para generar un contexto competitivo y multiplayer que se nota desde la primera vez que jugas. La apuesta de Sonic Racing: CrossWorlds es, ante todo, multiplayer.
El modo principal cuenta con siete circuitos principales, que se extiende a un octavo circuito maestro (el cual se puede ver desde el principio pero solo acceder si ganaste los otros siete) y unos cuantos circuitos más que llegarán a futuro. La variedad de circuitos es buena, y promueve la generación de cruces entre pistas que era lo importante para esta experiencia. Fuera de este modo principal, hay un post game que termina siendo proporcionalmente divertido a lo que te haya gustado el juego; si te gusta rejugar, la vas a pasar genial. Completar todo al 100% serán aproximadamente entre 8 y 10 horas.
Más allá de los modos habituales (la posibilidad de jugar multiplayer, modo contrarreloj, etc.), hay un modo especial llamado Parque de Competición que trata de convertir al videojuego en una experiencia diferente, dando desafíos por equipos que van desde ser los que más le pegan a los rivales o ganar la carrera con distintas condiciones de victoria. Es muy divertido para jugar con otras personas y termina siendo un agregado que suma para la experiencia más “party game” que tiene este tipo de juegos.

El principal problema que trae Sonic Racing: CrossWorlds tiene que ver con la jugabilidad y el manejo del vehiculo. Muy tosco por momentos e incómodo en tantos otros, termina desmotivando al juego y haciendo monótono gran parte de las carreras. Es quizás el pilar fundamental que hace que este tipo de experiencias sean divertidas: la creencia de que todo lo que suceda depende de lo fino que estemos con las manos.
La forma de doblar es extraña, el movimiento parecería tener una suerte de retraso en los botones y nunca se termina de sentir natural la forma de manejar. Puede que esto tenga que ver con una cuestión artística: mientras que Mario Kart, por ejemplo, es karting, esto parecería ser más Fórmula 1. El auto “te pide” movimientos más bruscos para cambiar la dirección y eso se apoya en la diferente cantidad de vehiculos y personajes que podemos seleccionar, que cambian radicalmente el juego (mucho más que Mario Kart incluso). Aún así, incluso después de acostumbrarme al juego, nunca terminó de parecerme una jugabilidad amena para el jugador.
Por otro lado, sí es cierto que Sonic Racing: CrossWorlds es una experiencia mucho más abierta al nuevo público. Mientras que Mario Kart te pide que sepas qué botón apretar en un momento especifico, acá simplemente tenes que divertirte haciendo piruetas para ir más rápido. Mientras que en otros juegos tenés que aprenderte las pistas, en esta ocasión con saber cómo interactuar con el agua, el aire, y el piso, ya vas a estar bien en cualquier situación. Todo lo que Sonic Racing: CrossWorlds resta en manejo, lo suma en accesibilidad mediante sus pistas y sus experiencias para que cualquier tipo de usuario pueda disfrutar la carrera. Ni hablar de esto relacionado con la mecánica principal de mezclar pistas, como ya mencionamos antes.

Hay algo particularmente llamativo que aún no está disponible, pero promete mucho. Sonic Racing: CrossWorlds tendrá la participación de varias licencias que van desde personajes de SEGA como Joker de Persona, hasta Minecraft y protagonistas de series de televisión como Bob Esponja. No sólo es un gran agregado que Nintendo en Mario Kart no se permite hacer, sino que también promete llegar con varios escenarios y pistas que pueden darle un dinamismo a Sonic Racing: CrossWorlds más interesante que el que Disney pudo darle a Disney Speedstorm con sus licencias.
En este último punto es donde me amparo para lo que quedará de Sonic Racing: CrossWorlds a futuro: es un videojuego con dificultades, y no creo que tenga una jugabilidad tan refinada como este juego necesita que sea. La ausencia de dinamismo en la jugabilidad se reemplaza por la espectacularidad y la promesa de que en el futuro habrá mucho más, y efectivamente, para dar una opinión certera, habrá que esperar aún más.
Hoy Sonic Racing: CrossWorlds es un videojuego que cumple, y eso le alcanza para estar por encima de la media de este estilo de juegos. Si no tenés una Nintendo Switch, posiblemente sea de las mejores opciones para disfrutar algunas carreras, pero aún está lejos de los grandes títulos del género como Crash Team Racing o Mario Kart. A futuro, esto puede crecer mucho más y estimo que será un videojuego que tendrá una vida útil de varios años con actualizaciones y parches que llegarán.

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