
Pixar hace años que es sinónimo de calidad en cuanto a animación 3D. No por nada el “Pixar feel” marcó una generación de animadores y estudios que quisieron replicar su estilo tan empático para llegar a nuevas audiencias. Sin embargo, la industria del entretenimiento está en constante cambio y la animación como lenguaje ha virado a otro tipo de trazos en los últimos años del blockbuster estadounidense.
En ese contexto, este estudio que creó Steve Jobs y hoy forma parte del paraguas de Disney, está buscando su nuevo lugar en el calendario. Un calendario complejo porque no solo compite con otras películas animadas, sino también tiene una gran competencia interna frente a la enorme cantidad de producciones que Disney hace por año con Marvel, Star Wars, Princesas y demás. Esa búsqueda se resumió en menos cantidad y más calidad y dio su primer acierto con Intensamente 2. Pero claro, Intensamente ya era una película muy querida. Al que le toca dar la cara de este cambio es a Elio.

Esta es, ante todo, una película de aventuras. Elio es un niño que, tras la pérdida de sus padres y el cuidado de su tía, se siente completamente solo. No tiene amigos, no tiene familiares que lo entiendan y sólo cuenta con una motivación: ser abducido por seres de otro planeta ya que, en la Tierra, no cree tener la posibilidad de generar amistades.
Como es ya una insignia en la marca Pixar, el concepto convence. Atrae. No sólo te deja la puerta abierta a una aventura interespacial sumamente llamativa para los niños sino que también deja una semilla filosófica sobre el significado de la soledad y cómo eso nos motiva (o desmotiva) en cada una de las acciones que tomamos en nuestra vida. A priori, parece otro hit más de Pixar. Pero en la ejecución de estos conceptos, Elio por momentos se queda corto y por momentos rompe la vara.

En cuanto a película de animación para niños, Elio es una película fenomenal. La animación es la clásica de Pixar pero con un cuidado a las texturas, los matices y los elementos que nunca deja de sorprender. Hay cuadros que están para frenar la película y contemplarlos como obra de arte, y audiovisualmente todo lo que quiere generar, desde la elección del color hasta el uso de las sombras, es hermoso.
A su vez, el concepto de aventura no sólo está muy bien empleado sino que también termina siendo más que convincente. Es entretenida, dinámica, tiene la duración justa y no deja ni un minuto sin intentar dejarte algún estímulo para que quedes pegado a la pantalla. Por supuesto, toda esta búsqueda tiene que ver, nuevamente, con el público al que está apuntada esta película: los niños.
Uno de los elementos que más ruido me hacen de Elio es la necesidad de ir por esa velocidad y de encrudecer la trama ausentando explicaciones o simplemente salteando pasos en el proceso de ciertos personajes. Hay varios momentos de la película que los personajes tienen actitudes que varias escenas atrás no hubiesen realizado, o tienen cambios de actitud que por momentos no terminan de parecer reales con el desarrollo que venían teniendo. Por supuesto, son delicadezas que un niño posiblemente no quiera ni tenga que contemplar. Pero este mismo estudio nos demostró en el pasado que pueden cumplir con ese rango etario sin tener que recurrir a estas prácticas.

Por otro lado, el planteo emocional que tiene la película no me parece malo, pero si falto de desarrollo. Algo que me encanta de este estudio es la capacidad que tiene de soltar un concepto y plasmarlo en una historia de ficción para desarrollarlo hasta el más mínimo detalle. Intensamente 2 lo hace con cómo manejar la ansiedad. Lightyear, con los problemas del trabajo en equipo. En este caso es la soledad y cómo encontrar nuevos amigos.
Es cierto que este elemento es el que motiva y lleva la narrativa, pero a diferencia de otros casos, no termina de tener una conclusión certera para el espectador. Sí para el personaje, con su desarrollo y su cambio, pero no para nosotros y el mensaje que podría dejarnos para funcionar de fábula. En ese sentido, Elio se queda en un plano mucho más superficial que otras películas de Pixar y no logra cerrar el círculo perfecto que gran parte de sus obras tienen.

Elio no es una mala película. De hecho, es un gran plan familiar ir a ver al cine y disfrutar. Prácticamente un plan ideal si simplemente buscamos entretenimiento. Sin embargo, creo que este estudio nos ha demostrado la enorme cantidad de capas y complejidad que se le puede dar a una película de este estilo, y Elio no lo demuestra.
Más bien se siente un regreso a las raíces, en el sentido de volver a un Pixar que no buscaba hacer obras que trascienden sino simplemente películas infantiles. Se contrapone un poco con lo impoluta que resultaba Intensamente 2, y me deja algunas dudas de cara al futuro del estudio de cómo (y con qué intenciones) plantean encarar secuelas de franquicias tan queridas como Toy Story o Los Increíbles. Elio está bien, pero sin dudas, la vara estaba muy alta.

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