PRIMERAS IMPRESIONES | Into The Dead: Our Darkest Days - Incluso en los días más oscuros, hay esperanza

PikPok aterriza en el mundo de PC con un título diferente a sus juegos, que ofrece una experiencia capaz de mantenernos en constante tensión

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Into The Dead: Our Darkest
Into The Dead: Our Darkest Days, de PikPok.

Los juegos de temática zombie son una constante en el ecosistema gamer y al igual que sucede en la vida salvaje, tenemos decenas de lanzamientos que luchan por la supervivencia intentando destacar ya sea por su estilo o por ofrecer una experiencia única. Sin embargo, resulta curioso cuando un título cuya fórmula funciona pega un imprevisto giro a fin de reinventarse, ofreciendo en el proceso una propuesta de juego de juego fría e insensible, pero increíblemente atrapante. Y es que Into The Dead: Our Darkest Days es cruel y castiga cada error con la muerte, pero también me recordó que aún en medio de la desesperación y la escasez, siempre hay esperanza.

Into The Dead: Our Darkest Days marca la llegada de PikPok al mundo de PC, y lo hace por la puerta grande, aún cuando el título se encuentra en acceso anticipado. Es un juego que marca una notable diferencia respecto a las anteriores entregas de la saga. Aquellos que en su día tuvieran descargado Into the Dead o la secuela en sus dispositivos móviles, recordarán que presentaba un loop sencillo y entretenido, aunque también repetitivo. Eran juegos que simplemente consistían en correr hacia adelante esquivando zombies e intentando llegar un poco más lejos cada vez. No había historia o decisiones por las que preocuparse.

Ahora la cosa es muy diferente. Lo nuevo de PikPok se antoja como una versión refrescante y desafiante del género de supervivencia zombie. Es un juego que plantea algo innovador para una saga que parecía haber encontrado la fórmula del éxito. Para empezar, la perspectiva cambia y ahora tenemos escenarios en 2D con mucho detalle, y la jugabilidad se antoja mucho más lenta, pausada y cerebral. Además se incorporan mecánicas de gestión de bases y recursos, y una historia que nos lleva a una Texas post-apocalíptica de los años ‘80. Dicho de otro modo y so pena de sonar reiterativo, es como una especie de This War of Mine, pero con zombies.

Into The Dead: Our Darkest
Into The Dead: Our Darkest Days, de PikPok.

El mundo de Into The Dead: Our Darkest Days es frío y aterrador. Cada vez que salía de mi refugio sabía que podría ser la última vez. Mantener con vida a mi grupo de supervivientes era cada vez más complicado. De hecho, dada la falta de comida y medicamentos, a veces parecía imposible. Es un juego que hizo hacer malabarismos con los recursos, mientras hacía lo que podía para sobrevivir a la avalancha de zombies que insistentemente buscaban derribar las puertas de mi refugio. No obstante, siempre encontré una forma de mantener la esperanza, de encontrar la forma de vivir una noche más para ver el amanecer de un nuevo día.

Al principio el juego me permitió elegir una pareja de supervivientes predefinida. En mi caso me decanté por Daphne, una señora con buena habilidad en la cocina pero con nulas habilidades de combate, y Penny, una jovencita ágil pero psicológicamente frágil. Sus habilidades se complementaban, pero las influencias externas provocaron que las cosas rara vez salieran según lo planeado. Esto se debe a que la ciudad de Walton está prácticamente abandonada y aislada del mundo debido a una epidemia zombie. La promesa de que las fuerzas de rescate están en camino se dejan escuchar por una vieja radio. El tema es que estas son las palabras de un político y si algo nos enseñó la vida, es que rara vez cumplen con lo que dicen. Estaba sólo. Por lo tanto, la responsabilidad de sacar a mi grupo de ese infierno en la tierra recayó en mis hombros.

El juego se divide en dos fases: el día y la noche. Durante cada ‘turno’ era necesario asegurarse de que los supervivientes llevasen a cabo alguna tarea en la base. Dadas sus cualidades y particularidades únicas solía poner a Daphne a cocinar o a reparar las barreras, mientras que designaba a Penny la dura tarea de salir a explorar. Por supuesto mis dos personajes no eran los únicos en este mundo, dado que encontré a otros supervivientes deambulando por ahí. Rescatarlos es posible, y aunque ello implica más bocas que llenar, también se traduce en la posibilidad de llevar a cabo más tareas en simultáneo aliviando un poco la carga laboral para todos.

Into The Dead: Our Darkest
Into The Dead: Our Darkest Days, de PikPok.

Estos pequeños dilemas morales son los que hacen que cada partida de Into The Dead: Our Darkest Days sea interesante. Cada vez que encontraba a un nuevo sobreviviente pensaba: “¿tengo comida suficiente para todos o se morirán de hambre en apenas un par de días?“. De más está decir que la mayoría de las veces las raciones eran escasas, por lo que salir a explorar en busca de más recursos y alimentos se volvió indispensable. El juego cuenta con una gran variedad de lugares que visitar. Desde tiendas de discos, casas de familia, iglesias, hasta estaciones de bomberos, cada zona ofrece diferentes recompensas, pero también numerosos peligros.

El riesgo contra recompensa es el factor clave. Los lugares más difíciles suelen contar con armas y suministros excelentes, pero también con muchos zombies con los que lidiar. Explorar cada sitio es como una especie de un juego del gato y el ratón, donde se requiere sigilo, manejo de armas y, especialmente, ser consciente de cuándo se debe abandonar el lugar, incluso si apenas se consiguen suministros. Sucede que siempre hay criaturas rondando por ahí y aún cuando parecen estar distraídas, comenzarán a atacar en cuanto escuchen algún ruido fuerte. Afortunadamente es posible eliminarlos sigilosamente, pero si algún zombie cercano se percata de ello, comenzará a gritar atrayendo a otros, dando inicio a una cacería desenfrenada en la que buscarán acorralar al superviviente.

Esto no sería un gran problema si no fuera por el hecho de que la muerte es permanente. Si uno de los supervivientes cae, ‘chau, chau, adiós’. ¿Y qué pasa cuando esto sucede? Bueno, al igual que en la vida real, el resto de los habitantes del refugio lloran la pérdida y hasta pueden deprimirse lo que les quita la voluntad de llevar a cabo sus tareas. Por eso, además de controlar la salud, el hambre, el sueño, es imprescindible intentar mantener la fortaleza mental lo más elevada posible. Caso contrario, las cosas pueden terminar increíblemente mal para todos. Y esto es algo que sucede con mucha frecuencia.

Into The Dead: Our Darkest
Into The Dead: Our Darkest Days, de PikPok.

Into The Dead: Our Darkest Days es un juego difícil. Tan sólo basta con dar un pequeño paso en falso para que todo el progreso se vaya al tacho. De todos modos, no me quejo de ello, sino todo lo contrario. Considero que es uno de los grandes aciertos del título ya que contribuyen a mantener una tensión constante. Llegado un punto comencé a plantearme seriamente entre matar a un zombie o buscar la forma de esquivarlo, ya que eso podía alertar al resto. Aquí lo que importa es sobrevivir a como dé lugar. No hay puntos de experiencia por cada enemigo eliminado ni tampoco una meta-progresión estilo roguelike. Cuando el grupo muere, la partida termina con una pantalla fría e inmisericorde. Mientras la miraba pensaba ‘¡Para qué hice eso!’.

Lo bueno es que los errores conforman parte del aprendizaje y es así como se progresa en este juego, aunque sin mayor recompensa que la de sobrevivir un día más. Conforme pasaba el tiempo con el título de PikPok sentía que se estaba volviendo algo personal. Era una prueba, un reto personal. Claro, el juego está en acceso anticipado y considero que todavía tiene algunos detalles por pulir. Tiene algunos bugs y pasadas unas cuantas horas se torna repetitivo, dada la falta de contenido. También faltan algunas mecánicas que me hubiera gustado ver, como por ejemplo encontrar a los supervivientes muertos convertidos en zombies. Por lo tanto, no queda más remedio que esperar para disfrutar de todo el potencial del título.

Sea como sea, en su estado actual, Into the Dead: Our Darkest Days ofrece una muy buena experiencia de juego y algo diferente dentro del subgénero de zombies. La combinación entre supervivencia y gestión, con el aliciente de que un pequeño error puede mandar todo al tacho, aporta una sólida capa de tensión que confiere al título una personalidad única. Además, es meritorio de reconocimiento el cambio llevado a cabo por la desarrolladora, apostando por algo radicalmente diferente a lo que venían haciendo. El título está increíblemente pulido, pero aún así tiene mucho margen para mejorar. PikPok compartió una hoja de ruta con numerosas actualizaciones y mecánicas que llegarán en los próximos meses, por lo que más pronto que tarde estaré de regreso por las calles de Walton.