
En el amplio podio de talentos del cine, pocas figuras destacan con la intensidad y versatilidad de Willem Dafoe. Nacido el 22 de julio de 1955 en Appleton, Wisconsin, este actor estadounidense ha forjado una carrera cinematográfica con matices que van desde lo heroico hasta lo siniestro. Dafoe, reconocido por su rostro expresivo y su habilidad para sumergirse en personajes complejos, sigue siendo de los actores más solicitados: ya se ha confirmado su participación en la nueva cinta de Beetlejuice, como un investigador del Más Allá.
Desde sus inicios, Dafoe demostró su capacidad para abordar una amplia gama de personajes. Su debut en el cine -sin acreditar- fue con la película La puerta del cielo (Heaven’s Gate, 1980), y desde entonces, ha construido una filmografía diversa que abarca géneros y estilos. Su formación teatral se combina magistralmente con su presencia en la pantalla, permitiéndole encarnar desde héroes trágicos hasta villanos memorables.

Uno de los hitos en la carrera de Dafoe es su participación en Pelotón (Platoon, 1986), dirigida por Oliver Stone. Su interpretación del sargento Elias Grodin le valió una nominación al Premio de la Academia como Mejor Actor de Reparto. Este filme bélico no sólo consolidó a Dafoe como un actor de primera categoría sino que también lo posicionó como un intérprete capaz de sumergirse en las profundidades psicológicas de sus personajes.
El papel de Jesucristo en La última tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, 1988), dirigida por Martin Scorsese, demostró la valentía de Dafoe para abordar roles controvertidos y desafiantes. Su interpretación sensible y compleja del Mesías le otorgó elogios de la crítica y estableció su capacidad para llevar adelante proyectos cinematográficos que exploran la condición humana desde lo corporal, y que generan ruido en el público.

El actor continuó cautivando a la audiencia con su participación en La sombra del vampiro (Shadow of the Vampire, 2000), donde interpretó al actor Max Schreck. Esta película, dirigida por E. Elias Merhige, exploró la creación del clásico del cine mudo Nosferatu (1922). La actuación de Dafoe como Schreck, un actor que podría ser un vampiro real, le valió su segunda nominación al Oscar.
Supo divertirse con el director Wes Anderson en La vida acuática con Steve Zissou (The Life Aquatic with Steve Zissou, 2004). Su papel como Klaus Daimler, el jefe del equipo de Zissou, agregó un toque de humor y profundidad a la película, mostrando su versatilidad en proyectos más ligeros y cómicos.
La trilogía de Spider-Man dirigida por Sam Raimi a principios de los 2000 vio a Dafoe asumir el icónico papel del Duende Verde, un villano carismático y aterrador. Más recientemente, Dafoe volvió a mostrar su talento en El Proyecto Florida (The Florida Project, 2017), dirigida por Sean Baker. Su interpretación del gerente de un hotel en Florida le valió su tercera nominación al Oscar, demostrando que su destreza actoral no tiene límites ni edad.
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