
El 22 de octubre de 1990, el diario británico The Sun usó su tapa casi entera para un solo título. Decía: “Estrella futbolística de 1 millón de libras: SOY GAY”. Así, todo en mayúsculas, porque The Sun es históricamente un diario más bien sensacionalista y también porque eso que esa estrella decía no se había dicho antes en esas esferas. Hasta ese momento, ningún otro futbolista en actividad, y jugador de las grandes ligas, había dicho públicamente que era homosexual.
El primero fue Justin Fashanu, el hombre cuyo retrato salió impreso esa mañana en la tapa de The Sun. Se trataba de un futbolista inglés que, antes de ser el primero de todo el mundo en contar que era gay, había sido el primer jugador negro cuyo pase superó el millón de libras esterlinas.
Su salida del clóset pública en 1990 despertaría todo tipo de prejuicios: en los entrenamientos, en el vestuario, en la cancha y en la opinión pública. Ocho años después, tras años de discriminación y una denuncia por violencia sexual en su contra, Fashanu se ahorcaría en un garage londinense para quitarse la vida. Pero para eso todavía faltaba.
Un casi boxeador devenido futbolista
Justin se llamaba en realidad Justinus Soni Fashanu. Había nacido en el seno de una familia de orígenes nigerianos: su padre había nacido allí y era abogado; su madre lo criaba a él y a John, su hermano, en casa. Pero se separaron cuando ambos eran muy chicos y, lejos de sus familiares, el destino de los hermanos estuvo en un hogar para huérfanos.
Cuando Justin tenía seis años, él y su hermano fueron adoptados por una familia de Norfolk, un condado del este inglés cercano a Cambridge. A medida que crecían, él y John jugaban cada vez mejor al fútbol, así que sus padres decidieron inscribirlos en las divisiones infantiles del Norwich City, el club de la capital de Norfolk.

Pero a medida que transcurría su adolescencia, Justin se sentía cada vez más atraído por el boxeo, otra práctica deportiva que había empezado en su pubertad. Tenía buenas condiciones y, sin dudas, esa disciplina lo atraía más que el fútbol. Pero los entrenadores de Norwich City le insistían con un futuro prometedor que, además, compartiría con su hermano. Así que aunque por momentos quiso alejarse de la cancha para siempre, Justin se mantuvo entrando como futbolista: estaba construyendo su destino.
Un arranque promisorio
El debut profesional llegó a fines de 1978, cuando Justin Fashanu tenía 17 años. Jugando para el Norwich City, entró a la cancha por primera vez en un partido de la Premier League el 13 de enero de 1979. Durante su primer año, se asentó como jugador titular del equipo en el que se había criado como futbolista y se convirtió en una pieza esencial a la hora de marcar goles.
En 1980, de hecho, uno de sus goles resultó ganador del premio “Goal of the Season” (“Gol de la temporada”) de la BBC. Había sido en un partido contra el Liverpool, en medio de un año extraordinario para Justin dentro de la cancha. Eso lo convertiría, en 1981, en un jugador lo suficientemente destacado como para que su pase fuera histórico: el Nottingham Forest pagó un millón de libras esterlinas para que jugara en su equipo, algo que nunca había ocurrido con un futbolista de raíces africanas. La promesa de un futuro cada vez más grande crecía, pero estaba a punto de estancarse.
Los inicios de la discriminación
Brian Clough era el entrenador del Nottingham Forest, y su disgusto hacia Justin Fashanu crecían a medida que crecían los rumores de que el jugador iba a bares y boliches frecuentados por la comunidad gay. Clough llegó incluso a prohibirle que se entrenara con el resto del equipo, algo que impactó directamente en técnica y la confianza del jugador. Los goles empezaron a ser cada vez menos frecuentes y el juego destacado, también.
Clough llegó a contar en su autobiografía que había discutido duramente con Fashanu después de confirmar que había estado en un bar gay, insinuándole de forma violenta que esos no eran lugares apropiados para conseguir pareja. Una pareja que, como si tuviera derecho de inmiscuirse, Clough insistía en que debía ser una mujer y no un varón.
La caída en su rendimiento tuvo impacto en el costo de su pase. En agosto de 1982 pasó a préstamo al Southampton y logró mantener una buena marca como autor de goles. Pero a fin de ese año su traslado a otro club se negoció por sólo 150.000 libras.
Aún marcando casi un gol cada tres partidos, en 1985 su pase volvió a bajar, esa vez a 115.000 libras. Ya jugando para un equipo mucho menos importante, el Brighton & Hove Albion, Fashanu se lesionó gravemente la rodilla y estuvo a punto de retirarse.
La discriminación crecía en cada vestuario y en cada cuerpo técnico, lo que impactaba directamente en su autoestima y en su rendimiento. A esa agresión constante se sumó su rodilla lesionada, pero Fashanu estaba decidido a insistir en la continuidad de su carrera. Viajó a Estados Unidos para operarse y ese se convirtió en el territorio en el que seguir siendo futbolista. Jugó en Los Ángeles y, un tiempo después, en Canadá.
Una carrera en declive y un cimbronazo global
Justin volvió al Reino Unido con intenciones de reflotar su carrera en la Premier League. Se unió al Manchester City en 1989 pero sólo jugó dos partidos de la liga y rápidamente fue transferido al West Ham United. Sus equipos eran cada vez menos gravitantes: de la primera división inglesa llegó a jugar en la tercera, volvió a Canadá y de nuevo a Inglaterra para cumplir un rol doble: era jugador y también era parte del cuerpo técnico.

La publicación de The Sun en 1990 movió los cimientos de su carrera y de su vida. Por un lado, se trataba de una declaración que podía abrir puertas a que otros jugadores o integrantes de cuerpos técnicos pudieran hablar un poco más sobre su orientación sexual, algo que hasta el día de hoy no resulta frecuente (ni, evidentemente, fácil) en el mundo del fútbol, aunque hayan pasado 35 años.
Pero por otro lado, la discriminación que el jugador ya recibía de algunos entrenadores y algunos compañeros empezó a multiplicarse en los estadios. Su orientación sexual era usada como insulto por hinchas rivales. Además, como en el reportaje de The Sun Fashanu había asegurado que había mantenido relaciones sexuales con un integrante del Parlamento perteneciente al partido conservador, fue duramente agredido desde distintos sectores, acusado de querer manchar una reputación -aunque no hubiera señalado concretamente a nadie-.
En ese momento, varios de sus antiguos compañeros de equipo declararon cosas como “los homosexuales no deben tener lugar en un deporte de equipo” o “no queremos gays en un vestuario”. Quienes sintieran que una puerta se les había abierto para hablar de cómo y quiénes se sentían realmente verían seguramente estos episodios de discriminación como un portazo cerrándose frente a sus narices.
Una semana después del reportaje de The Sun, John Fashanu, el hermano de Justin, dio una entrevista a otro diario, The Voice. Aseguró: “Mi hermano es un paria”. John había hecho hasta ese momento una carrera más promisoria que su hermano e incluso llegaría a jugar en la Selección inglesa. No dudó en diferenciarse de Justin apenas empezó a recibir él mismo agresiones en el vestuario y en los estadios. Su hermano se quedaba cada vez más solo.
Un año después de que The Sun publicara su tapa, Justin Fashanu, el primer futbolista de renombre en hablar públicamente de su homosexualidad, dio otra entrevista, esta vez a la revista Gay Times de The Times. Aseguró que The Sun había inventado encuentros sexuales con referentes de la política, otros jugadores de fútbol y hasta estrellas del mundo del espectáculo, y que también gracias a esa entrevista había logrado “una considerable suma de dinero”.

También contó que le habían ofrecido incluso más plata para que no hablara de su sexualidad, y que de ninguna manera estaba preparado para “la violenta reacción que siguió tras esa publicación”. Es que, después de que Justin hablara con The Sun, ningún club le ofrecía un contrato a tiempo completo para continuar su carrera futbolística.
Aunque fue transferido a prueba al Newcastle United, el cuerpo técnico no quiso incluirlo en su plantel estable y fue transferido a clubes cada vez menos relevantes. Su nombre salía más frecuentemente en la prensa amarilla que le atribuía romances, a veces con varones y a veces con mujeres, que en las crónicas deportivas.
Jugó en Escocia, en Suecia, en Australia y en Nueva Zelanda. Por momentos, se desempeñaba como jugador; por otros, integraba el cuerpo técnico. Pero su carrera estaba estaba en franco declive y los insultos vinculados a su homosexualidad crecían como también crecían los conflictos con la autoridad que tenía Justin.
Fue multado e incluso detenido por algunas horas varias veces por conducir su auto sin licencia o a velocidades mucho más altas que las permitidas, sobre todo en Estados Unidos, a donde pasó sus últimos años como jugador.
Una denuncia y una muerte precoz
Justin Fashanu se retiró como jugador profesional de fútbol en 1997. Para ese momento, jugaba en Maryland Mania, un equipo recién fundado que se desempeñaba en la segunda división estadounidense.

Algunos meses después, un joven de 17 denunció que Fashanu lo había violentado sexualmente después de una noche de mucho alcohol. El 3 de abril, una semana después de la denuncia, el ya ex futbolista fue interrogado por la Policía, que decidió no detenerlo. Según publicó la prensa, unos días después la Policía buscaba a Justin para detenerlo por agresión sexual pero el inglés ya había viajado nuevamente a su tierra natal.
El jugador fue encontrado ahorcado el 3 de mayo de 1998. Para suicidarse, había elegido un garaje abandonado de los suburbios londinenses. Dejó una carta que decía: “Me he dado cuenta de que ya he sido condenado como culpable. No quiero ser más una vergüenza para mis amigos y familia (...) Espero que el Jesús que amo me dé la bienvenida y finalmente encuentre la paz”.
Unos meses después de su suicidio, una investigación periodística reveló que, contrariamente a lo que se había divulgado, no existía ninguna orden de detención contra Fashanu y la denuncia había sido descartada por falta de pruebas e inconsistencias en la declaración de quien acusaba al futbolista.
Tuvieron que pasar casi dos décadas para que otro jugador profesional en actividad y de Primera División hiciera pública su homosexualidad. Fue el francés Olivier Rouyer en 2008. La historia de discriminación y violencia hacia Fashanu no pasó inadvertida, por eso en su homenaje fue instaurado el Día Internacional contra la Homofobia en el Deporte.
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