Faltaban cinco días para que el mundo se sentara a ver por la tele, en vivo, cómo se desarrollaba una de las grandes hazañas de la humanidad: la llegada a la Luna.
Lanzada un 11 de julio de 1969, Space Oddity, la obra cumbre de David Bowie parecía compuesta específicamente para la misión del Apolo 11, integrada por los célebres astronautas Neil Armstrong, Edwin E. Aldrin y Michael Collins, con una salvedad: en la historia de la canción todo terminaba mal. Sin embargo, la BBC, el canal público que la eligió para musicalizar e inmortalizar el momento, no hizo caso a la letra y el trágico destino del astronauta Major Tom.
Estamos hablando de unas de las retransmisiones más impactantes de la historia de la televisión seguidas por millones de personas desde sus hogares. Se estima que unas 600 millones de televidentes siguieron en directo la misión. Se trató de un récord absoluto que fue superado 12 años más tarde por la boda del príncipe Carlos con Lady Di, que alcanzó los 750 millones de espectadores. Relatos de la época cuentan que mientras miraban el televisor, estaban quienes a su vez miraban la luna por la ventana, imaginando a esos hombres en ese lugar tan familiar y a la vez remoto.

Inspirado en viajes espaciales, Bowie narra la historia de Major Tom, un astronauta que pierde contacto con la Tierra y se pierde en el espacio. “Este es el Mayor Tom al Control de Tierra. Estoy pasando por la puerta. Y estoy flotando de la manera más peculiar. Y las estrellas se ven muy diferentes hoy. Por aquí. Estoy sentado en una lata. Muy por encima del mundo. El planeta Tierra es azul. Y no hay nada que pueda hacer”, la música y poética letra del músico inglés es un drama de ciencia ficción, que eleva la imaginación hacia esos mundos lejanos, azules, estrellados.
No fue la carrera espacial lo que había alimentado esta obra, sino la creación de otro artista, Stanley Kubrick con 2001: Odisea en el Espacio. Tanto en la película como en su Space Oddity, nombre que hace alusión al film, los protagonistas quedan vagando en el espacio en la soledad más inmensa. No obstante, la letra, el entusiasmo de los productores de la BBC por la nueva canción fue tal que la seleccionaron para su transmisión del alunizaje sin pensarlo demasiado. Bowie dijo en una oportunidad: “Estoy seguro de que no estaban escuchando la letra, para nada. No fue algo agradable yuxtaponer el aterrizaje con la canción. Estaba sobrecargado de felicidad de que eligieran mi canción”. Es probable que hayan oído el Can you hear me Major Tom? Puede escucharme Comandante Tom? O que el circuito había muerto. Pero sería lo de menos.

Mientras que Space Oddity narraba el fracaso de una misión con el protagonista Major Tom, la del Apolo 11 era todo un éxito. El módulo lunar se posó sobre la Luna, Armstrong y a continuación Aldrin, dejaron sus huellas y plantaron bandera sin mayores inconvenientes. La meta establecida en 1962 por el entonces presidente John F. Kennedy que parecía irrealizable era un hecho. “Nosotros elegimos ir a la luna en esta década. No porque sea fácil. Sino porque es difícil. Porque este objetivo servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque es un reto que estamos dispuestos a aceptar, un reto que no queremos posponer, un desafío que ganaremos”, prometió en un discurso multitudinario. Durante la carrera espacial que se desarrolló desde los inicios de la Guerra Fría, la Unión Soviética llevaba una clara ventaja: ya habían enviado al espacio un satélite, el primer ser vivo y un astronauta. El 20 de julio de 1969, casi a punto de expirar el plazo establecido por Kennedy, se realizaba el alunizaje tripulado del Apollo 11, 4 días después de abandonar la Tierra. Era un hecho sin precedentes, un hito en la historia de la humanidad y elevaba la vara en la carrera espacial.
Con la popularidad de la canción Space Oddity ante millones de televidentes, de ser una joven promesa, Ziggy Stardust (nombre que llevaba David Bowie), se convirtió en el referente del glam rock. La canción llegó al top 5 del Reino Unido.

Space Oddity marcó el despegue de la carrera del músico británico, quien continuó mirando el cielo para componer otras canciones como Starman, Life on Mars, Moonage Daydream, mientras se maquillaba con mucho brillo y se subía a aparatosas plataformas. Ziggy, su alter ego, era un extraterrestre que bajaba a la Tierra como estrella de rock y terminaba suicidándose.
Después de perderlo en el espacio, David Bowie revivió al Major Tom en la canción Ashes to Ashes, un éxito de 1980. “Mayor Tom es un drogadicto. Colgado en lo alto del cielo”, cita la frase que podría hacer referencia a la lucha contra las drogas del cantante y que es muy probable que esté relacionado con este período tan fructífero y peligroso. Sobre esta canción comentó: “Está relacionada conmigo mucho más que cualquier otra cosa que hubiera escrito hasta ese momento. Habla de los miedos sobre mi propia inseguridad social y emocional. Ese sentimiento de aislamiento que tenía desde que era pequeño empezaba a manifestarse por sí mismo”.
Más artistas despegaron los pies de la Tierra en los setentas con enormes obras, como Heaven and Hell (1975), de Vangelis - uno de sus temas fue banda sonora de la serie Cosmos del astrónomo y divulgador Carl Sagan; Pink Floyd con El lado oscuro de la luna (1973) y Genesis, con Mad Mad Moon (1976). En el séptimo arte los setentas también dieron a luz títulos inspirados en esta temática: la clásica La guerra de las galaxias (1977), de George Lucas y Alien, el octavo pasajero (1979), de Ridley Scott.
Tal vez uno de los homenajes más importantes que recibió Bowie en vida fue la interpretación de Space Oddity por el astronauta canadiense Chris Hadfield en su última misión como despedida del espacio. El comandante de la Estación Espacial Internacional (ISS) regaló unas imágenes espectaculares que se viralizaron en las redes, y además, reveló sus grandes aptitudes musicales. David Bowie quedó tan impresionado por el video que le habilitó la canción sin cobrarle derechos, con la condición de usarlo sin fines comerciales. Tras la muerte de Bowie en 2016, sus herederos le extendieron el permiso a Hadfield. El video recibió millones de visitas y sigue online en el canal de YouTube del astronauta, despertando fascinación en la audiencia.
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