
Los mejores líderes saben que el éxito no es estático: requiere una renovación constante. Ya sea por una reestructuración, tensiones en las relaciones, desmotivación o cambios estratégicos, llega un momento en el que un equipo necesita más que un simple ajuste. Necesita un relanzamiento.
Con base en nuestro trabajo colectivo con cientos de equipos durante la última década, ofrecemos una hoja de ruta para ayudarle a que su equipo retome el camino correcto.
1. REEVALUAR: DIAGNOSTIQUE ANTES DE ACTUAR
Los líderes a menudo se apresuran a hacer cambios sin antes diagnosticar los problemas subyacentes, solo para descubrir que estos empeoran. Antes de lanzarse a la acción, considere: ¿El equipo está alineado en cuanto a propósito, objetivos y prioridades?
No todos los miembros del equipo se sentirán cómodos hablando abiertamente, especialmente en entornos grupales o directamente con usted. Las normas culturales, la historia personal y las dinámicas de poder pueden influir en la forma en que las personas expresan sus inquietudes.
El objetivo no es forzar la apertura, sino descubrir lo que realmente está ocurriendo de una manera que funcione para su equipo. Solo entonces podrá abordar las causas raíz y relanzar con intención.
2. RECONECTAR: CONSTRUYA CONFIANZA Y SEGURIDAD PSICOLÓGICA
El relanzamiento comienza con reconstruir la seguridad psicológica al crear un entorno donde las personas se sientan seguras para expresarse, compartir su experiencia, cuestionar ideas e incluso participar en una "buena discusión" de vez en cuando. He aquí cómo empezar:
-- Lidere con vulnerabilidad realizando una revisión del equipo para comprender cómo están los miembros a nivel personal y profesional.
-- Fomente el diálogo abierto a través de retrospectivas estructuradas del equipo.
-- Permita la retroalimentación constructiva mediante un proceso estructurado del equipo en el que la retroalimentación se considere una responsabilidad compartida.
3. REIMAGINAR: ¿CUÁL ES NUESTRO TRABAJO?
Los equipos se unen en torno a visiones claras e inspiradoras, especialmente durante períodos de cambio. Para lograr la alineación que necesita, sea transparente sobre los desafíos mientras enfoca al equipo en el futuro:
-- Aclare la visión general y el mapa estratégico para llegar allí.
-- Reafirme el propósito y valor del equipo para la organización y los clientes.
-- Establezca un tono orientado al futuro que inspire optimismo y sentido de agencia.
4. RECONTRATAR: ACLARE LAS FORMAS DE TRABAJO DEL EQUIPO
La desalineación a menudo proviene de la confusión sobre los roles, prioridades y cómo colaborarán realmente los miembros del equipo. Considere:
-- Roles y responsabilidades: Asegúrese de que todos sepan lo que se espera de ellos.
-- Procesos de toma de decisiones: Aclare quién toma qué decisiones y cómo se recaba la opinión del equipo.
-- Normas y expectativas del equipo: Considere qué comportamientos se esperan, cuál es la cadencia óptima para reuniones y colaboración, y cuándo se brindará retroalimentación.
5. REENERGIZAR: CONSTRUYA SOBRE LOS ÉXITOS
Para que el relanzamiento se mantenga, concéntrese en las victorias rápidas que demuestren progreso positivo y refuercen los nuevos comportamientos. Identifique uno o dos objetivos visibles y alcanzables que puedan cumplirse en los primeros 30 a 60 días y reconozca a los miembros del equipo por lograrlo. Los pequeños éxitos generan confianza y refuerzan la dinámica positiva del equipo. La energía de un equipo se moldea por sus interacciones diarias, éxitos y fracasos. El relanzamiento es un buen momento para introducir o renovar rituales que fomenten la alineación y el compromiso, como las reuniones quincenales.
6. REAJUSTAR: MANTENGA EL IMPULSO
Un relanzamiento no es un evento único: es un proceso continuo, y los pasos no siempre son lineales. Mantenga el impulso mediante:
-- Seguimiento del progreso con respecto a los nuevos objetivos y prioridades del equipo.
-- Proporción de microretroalimentación que sea frecuente, breve y enfocada.
-- Reevaluación y ajuste periódicos de lo que está funcionando y lo que no.
Relanzar un equipo no es una señal de fracaso, es una señal de liderazgo. Al tomarse una pausa para reevaluar, reiniciar y realinear, los líderes pueden reenergizar a sus equipos, fortalecer la confianza y construir la claridad e impulso necesarios para un desempeño sostenido en un entorno cambiante.
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