No subestime el poder de las pequeñas pausas durante una jornada laboral ajetreada

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En lugar de dejar al azar esos momentos en los que puede encontrar unos minutos para tomar un breve descanso, sea intencional y disciplinado al crear (y tomar) esas pausas a lo largo del día probando las siguientes estrategias:

1. Dese permiso para tomar descansos.

Muchas personas parten de la creencia de que hay demasiado por hacer y no se pueden dar el lujo de tomar un descanso. Desafíe esta suposición, ya sea autoimpuesta o impuesta por otros en su organización (o ambos). Recuerde que usted es un ser humano y no una máquina.

2. Agrupe los correos electrónicos y otras comunicaciones.

Bloquear horarios específicos para responder correos electrónicos le permitirá usar los bloques de tiempo mucho más pequeños que pueda tener para pausas reales.

3. Restablezca la duración predeterminada de las reuniones.

La mayoría de las personas tienen una duración predeterminada de reuniones de 30 o 60 minutos. Cambie esa configuración por defecto a 15-25 minutos para reuniones más cortas o 45-50 minutos para reuniones más largas. Si se les da más tiempo, las personas inevitablemente encontrarán formas de llenarlo. Tener un margen de tiempo más limitado fomenta que todos gestionen las reuniones de manera más eficiente para ajustarse al tiempo disponible. Siempre se pueden hacer excepciones cuando estén justificadas.

4. Comunique y respete los tiempos límite estrictos.

Si es posible, no se pase del tiempo asignado para las reuniones. Por supuesto, esto es más fácil de aplicar cuando usted lidera la reunión. No obstante, comunicar desde el inicio que usted tiene un límite estricto al final del período agendado (especialmente cuando hay una dinámica de poder en la reunión) establece la expectativa desde el principio de que se retirará a tiempo. Al hacerlo, todos los asistentes pueden procurar lograr el objetivo de finalizar puntualmente.

5. Aproveche las pausas para ir al baño.

La única pausa breve que todos necesitan es ir al baño. "Apilar" un nuevo hábito sobre uno ya existente es una manera de combinar algo que desea hacer con algo que necesita hacer (como ir al baño). Por ejemplo, después de ir al baño, podría crear un nuevo minihábito y tomarse de 5 a 10 minutos para practicar mindfulness, meditar, subir escaleras o caminar alrededor de la cuadra para hacer algo de ejercicio.

6. Programe descansos y establezca recordatorios.

Agende pequeñas pausas durante su jornada cuando sepa que su energía está en su punto más bajo (tal vez a medio día o un poco más tarde). Las investigaciones muestran que nuestra energía suele ser más baja alrededor de las 3 p.m.

7. Tenga una señal visual.

Tener algún tipo de señal visual en su escritorio, computadora o espacio de trabajo también puede servir como recordatorio para tomar pequeños descansos. Podría ser su taza de café o botella de agua sobre el escritorio, una imagen de una postura de yoga o un post-it que simplemente diga "respire". Estos recordatorios casuales pueden ayudarle a tomarse unos momentos de vez en cuando para hacer una pausa improvisada.

8. Tenga una rutina para los descansos inesperados.

También puede aprovechar los descansos inesperados, como cuando una reunión termina antes de lo previsto. Ya sea escuchar música, enviar un mensaje a un amigo o pasar por el escritorio de alguien para saludar, saber con anticipación cómo piensa usar esas pausas imprevistas le ayudará a aprovecharlas al máximo.