
¿Cómo se adquiere el hábito de hacer pausas sin tener aún menos tiempo para abordar su lista de tareas pendientes, perder su empleo o descarrilar su carrera profesional? Nuestra investigación y experiencia sugieren las siguientes tácticas.
PRIMERO, DESE PERMISO
Muchos de nosotros hemos sido criados en culturas que nos han inculcado la necesidad de mantenernos ocupados, y que nos han recompensado según el nivel de nuestra actividad visible. Y así, vinculamos nuestro valor personal con el estar ocupados. Un primer paso útil para cambiar esta mentalidad es comprender claramente los beneficios del "modo espacioso" y los riesgos de exagerar con el "modo activo", porque si no creemos en su valor, ningún propósito de año nuevo marcará la diferencia.
Así que, hacer una pausa requiere un acto de fe. Se necesita coraje para hacerlo, pero enfocarse en los costos de no dar ese paso puede ayudar. Aunque al principio a Anne le costaba acceder al "modo espacioso", se mantuvo firme; su determinación se fortaleció al escuchar el impacto que su ajetreo tenía sobre los demás.
ENTRENE SU MENTE PARA QUE SEA MÁS ESPACIOSA
Diez minutos de práctica regular de mindfulness al día pueden, con el tiempo, desarrollar la capacidad de prestar atención de manera diferente. El objetivo es crear un espacio habitual entre el estímulo y la respuesta. En el "modo activo", respondemos rápidamente, a menudo impulsados por el estrés y la ansiedad. En el "modo espacioso", la pausa antes de responder nos permite ver múltiples opciones posibles y tomar decisiones más sabias.
Una forma rápida e inmediata de interrumpir el "modo activo" y pasar a una atención espaciosa es sintonizar con las sensaciones corporales. Hacer una breve pausa de unos segundos para prestar atención a lo que siente en los pies o en las manos, notar el contacto de su cuerpo con la silla, o explorar dónde percibe con mayor claridad su respiración, puede ser suficiente para interrumpir el "modo activo".
HÁGALO MÁS SEGURO
Si usted está en una organización firmemente anclada en el "modo activo", anunciar que planea dedicar parte de cada día a hacer pausas puede no ser el mejor movimiento para su carrera. En su lugar, emplee lo que uno de nuestros participantes en la investigación llamó espaciosidad guerrillera, es decir, intentar, al menos al principio, cambiar sutilmente los pequeños hábitos para pasar al "modo espacioso" de una manera que no haga que su supervisor u otras personas cuestionen lo que usted está haciendo.
Por ejemplo:
-- Haga preguntas más amplias.
-- Cambie su entorno.
-- Programe pausas.
RODÉESE DE BUENA COMPAÑÍA
Aunque probablemente usted no pueda elegir a sus colegas de trabajo, aún puede tomar medidas para pasar más tiempo con personas y grupos que le ayuden a reflexionar y ampliar su percepción (y menos tiempo con quienes no lo hacen).
UNA INVITACIÓN A LA PAUSA
Hacer una pausa puede parecer un lujo, pero no lo es. Es un tipo diferente y crítico de trabajo, uno que nos permite prestar atención a los demás y al mundo que nos rodea. Y aunque muchos de nosotros estamos atrapados en sistemas firmemente dominados por el ajetreo, todos podemos hacer una pausa. Esa pausa podría incluso dar permiso para que otros hagan lo mismo, lo que es, en nuestra opinión, un acto de liderazgo cada vez más importante.
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