La pandemia demostró que el liderazgo remoto funciona

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He aquí varias formas en las que el liderazgo remoto debe ser diferente si realmente va a funcionar.

PLANIFICACIÓN Y USO MÁS CONSCIENTE DEL TIEMPO.

Primero, y quizá lo más obvio, es que liderar de forma remota requiere mucho más desplazamiento, lo que puede anular algunos de los beneficios de trabajar desde casa o tener flexibilidad. Pero es necesario para hacer visible su liderazgo.

En las organizaciones de clientes con las que he trabajado durante los últimos años, los líderes remotos no solo han estado haciendo apariciones en la oficina, sino también viajando a sesiones de planificación fuera del sitio con otros líderes sénior, reuniones periódicas de grupo y conferencias para grupos más grandes de empleados, reuniones con clientes, conferencias profesionales y más. Cada uno de estos viajes requiere no solo tiempo, sino también una planificación previa para conectar con las personas adecuadas y tener las agendas correctas. En otras palabras, gestionar desde una ubicación remota requiere trabajo, planificación y reflexión reales, quizás más que simplemente ir a una oficina de forma regular.

SUPERVISIÓN DEL DESEMPEÑO A TRAVÉS DE LA TECNOLOGÍA Y UNA MAYOR ESTRUCTURA.

Sin señales visuales inmediatas e interacción cara a cara, los líderes deben confiar más en informes generados por la tecnología y reuniones virtuales programadas previamente para monitorear el desempeño y los resultados de los empleados, sin que los esfuerzos resulten contraproducentes.

Un líder sénior con el que trabajo realiza una reunión virtual cada lunes por la mañana con sus subordinados directos, quienes se encuentran en distintas partes del mundo. La dinámica consiste en que cada persona da una actualización rápida sobre los objetivos clave de desempeño y cualquier problema que requiera atención. Es un compromiso de tiempo significativo cada semana, pero garantiza que el equipo no pierda la sincronización.

ESCUCHAR Y CREAR CONEXIONES.

La tercera diferencia del liderazgo remoto es que puede requerir un esfuerzo más intenso y dirigido para comprender realmente lo que cada miembro del equipo y colega necesita, y cómo ayudarles a tener éxito. El contacto directo con los equipos y colegas a diario da a los líderes una comprensión razonablemente buena de las motivaciones de las personas, sus ambiciones profesionales, fortalezas, debilidades y las dinámicas interpersonales entre ellos. En un entorno remoto, este contacto se vuelve virtual y menos frecuente, y estas señales disminuyen.

Para contrarrestar esto, los líderes deben hablar con sus equipos de manera intencional y consciente, escucharlos y encontrar formas de ayudarles a tener éxito.

Sea proactivo a la hora de ponerse en contacto si tiene una pregunta o inquietud, aunque sea menor. No cancele sus reuniones individuales y aproveche los momentos justo antes de que empiece una reunión virtual o después de que termine para fomentar la conexión y escuchar lo que está sucediendo. Y lo que es más importante, no limite la interacción a cuestiones de trabajo. Sea deliberado en averiguar qué está pasando en su comunidad o en sus vidas.

Este tipo de escucha intensiva, sin embargo, no es natural para todos y puede ser bastante difícil para algunos gerentes. Pero sin ella, el liderazgo remoto puede no funcionar.

La experiencia de la pandemia nos enseñó que los líderes pueden ser reclutados desde cualquier lugar y no necesariamente necesitan estar ubicados en una sede corporativa o centro de negocios. Sin embargo, si vamos a aprovechar esta mayor reserva de talento en liderazgo, debemos reconocer que la gestión remota requiere habilidades y disciplinas diferentes. Y a menos que desarrollemos esas habilidades de liderazgo remoto, será fácil perder la oportunidad.