Científicos descubrieron el mayor estallido de un agujero negro jamás registrado

Astrónomos documentaron un fenómeno sin precedentes, con una luminosidad equivalente a 10 billones de soles, que permitirá profundizar en el estudio de la evolución galáctica y la interacción de estos colosos con su entorno

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Un agujero negro supermasivo a
Un agujero negro supermasivo a 10 mil millones de años luz emite el destello más brillante jamás registrado por la astronomía. (NASA)

El hallazgo de un fenómeno cósmico sin precedentes ha sorprendido a la comunidad científica: un supermasivo agujero negro situado a 10 mil millones de años luz de la Tierra ha emitido el destello más brillante jamás registrado, con una luminosidad equivalente a la de 10 billones de soles.

Este evento, que desafía las concepciones previas sobre la dinámica de estos colosos galácticos, fue documentado por un equipo internacional de astrónomos y publicado en la revista Nature Astronomy, según informaron CBS News y NBC News.

La magnitud de la explosión, conocida como “flare” o llamarada de agujero negro, ha sido descrita por los investigadores como un caso excepcional en la historia de la observación astronómica. “Este es realmente un objeto único entre un millón”, afirmó Matthew Graham, profesor de astronomía en el Instituto de Tecnología de California y autor principal del estudio, en declaraciones a NBC News.

El fenómeno fue detectado inicialmente en 2018 por una cámara instalada en el Observatorio Palomar, en California, durante un extenso relevamiento del cielo con tres telescopios terrestres. En ese momento, el objeto se registró como “particularmente brillante”, pero los datos obtenidos no permitieron profundizar en su naturaleza hasta que, en 2023, el equipo decidió revisar los puntos de interés más intrigantes de su relevamiento anterior.

El fenómeno permite a los
El fenómeno permite a los científicos estudiar la interacción de agujeros negros supermasivos con su entorno en las primeras etapas del universo. (Europa Press)

El análisis posterior reveló que la fuente de la llamarada se encontraba a una distancia mucho mayor de lo que se pensaba. “De repente fue: ‘oh, esto está realmente muy lejos’. Y si está tan lejos y es tan brillante, ¿cuánta energía se está liberando? Esto ahora es algo inusual y muy interesante”, relató Graham a NBC News.

La llamarada alcanzó su brillo máximo en un periodo de tres meses y, desde entonces, ha ido decayendo, aunque los científicos estiman que el fenómeno continúa activo y será observable durante algunos años más con telescopios terrestres.

La explicación más probable para este estallido de energía es la destrucción de una estrella de gran tamaño que se acercó demasiado al agujero negro y fue despedazada por su intensa gravedad. Según Graham, la estrella involucrada tendría al menos treinta veces la masa del Sol, mientras que el agujero negro y su disco circundante alcanzarían una masa estimada de quinientos millones de veces la del Sol.

“Esta llamarada masiva es mucho más energética que cualquier cosa que hayamos visto antes”, subrayó Graham en diálogo con NBC News, y añadió que, en su punto máximo, el estallido fue treinta veces más luminoso que cualquier otra llamarada de agujero negro observada hasta la fecha.

El evento fue documentado por
El evento fue documentado por astrónomos internacionales y publicado en la revista Nature Astronomy, marcando un hito en la observación espacial. (Europa Press)

El proceso que llevó a la estrella a su destrucción aún no está completamente esclarecido. Graham sugirió que una especie de “choque cósmico” podría haber alterado la órbita regular de la estrella, provocando su fatal encuentro con el agujero negro.

Estos destellos de luz y energía suelen originarse por la interacción de campos magnéticos enmarañados o por inestabilidades en los discos de gas caliente que rodean a los agujeros negros. Tales eventos ofrecen a los científicos una oportunidad única para profundizar en el conocimiento de estos objetos y su entorno.

La importancia de este descubrimiento radica en que permite a los astrónomos estudiar la interacción de los agujeros negros supermasivos con su entorno en las primeras etapas del universo. Joseph Michail, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, quien no participó en el estudio, explicó a CBS News que estos primeros encuentros contribuyeron a modelar el cosmos tal como se conoce hoy.

“La idea clásica era que la mayoría de las galaxias del universo tienen un agujero negro supermasivo en el centro y que simplemente permanecen allí, inactivos. Ahora sabemos que es un entorno mucho más dinámico y apenas estamos comenzando a comprenderlo”, señaló Graham a NBC News.

La explosión, treinta veces más
La explosión, treinta veces más luminosa que cualquier otra observada, se atribuye a la destrucción de una estrella de gran masa por el agujero negro. (Europa Press)

Otros descubrimientos

El fenómeno observado se suma a una serie de descubrimientos recientes sobre agujeros negros antiguos. En marzo de 2024, científicos identificaron el agujero negro más antiguo conocido, formado cuando el universo tenía apenas cuatrocientos treinta millones de años de los actuales trece mil ochocientos millones.

Este objeto, ubicado en el centro de una galaxia distante, se encuentra en pleno proceso de crecimiento. En 2023, investigadores de la NASA hallaron otro agujero negro supermasivo aún más antiguo, con una edad de trece mil doscientos millones de años y una masa diez veces superior a la del agujero negro de la Vía Láctea.

En contraste, el agujero negro supermasivo más cercano a la Tierra se sitúa a solo mil seiscientos años luz y posee una masa aproximadamente diez veces la del Sol. La comparación con estos objetos resalta la escala extraordinaria del evento detectado a diez mil millones de años luz, tanto por la distancia como por la energía liberada.

El estudio de estos fenómenos resulta fundamental para comprender la evolución de las galaxias y el papel de los agujeros negros en la historia cósmica. Como concluyó Graham en diálogo con NBC News, “nuestra idea de los agujeros negros supermasivos y sus entornos ha cambiado radicalmente en los últimos cinco a diez años”, y cada nuevo hallazgo abre una ventana hacia los procesos que dieron forma al universo temprano.