Donald Trump afirma que las importaciones de camiones enfrentarán un arancel del 25% a partir del 1 de noviembre

El anuncio se produce en vísperas de las conversaciones en Washington con el primer ministro canadiense, Mark Carney

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El logotipo de Daimler cuelga
El logotipo de Daimler cuelga en una pared de la planta de ensamblaje de camiones Daimler Freightliner en Derramadero, Coahuila, México. REUTERS/Antonio Ojeda

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles del 25% a los camiones medianos y pesados importados a partir del 1 de noviembre, una medida dirigida principalmente a las unidades procedentes de México y Canadá.

La Casa Blanca no ha detallado si los aranceles afectarán también a las partes de vehículos ni ha precisado si existirán exenciones para los productos que cumplan con los requisitos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La decisión se da tras varios anuncios previos realizados por Trump, quien ya había advertido la posibilidad de aplicar estos gravámenes, aunque con fechas anteriores.

Estados Unidos importó entre enero y julio camiones, autobuses y vehículos especiales por un valor de 32.410 millones de dólares, casi el 80% provenientes de México, según datos del Departamento de Comercio estadounidense. En ese mismo periodo, los fabricantes establecidos en Estados Unidos, como Daimler Truck North America, International, Paccar y Volvo, concentraron el 99% de la producción nacional de camiones pesados. Por otro lado, la mayoría de los camiones medianos de Ford, General Motors (GM) y Stellantis tienen origen mexicano.

La medida surge en vísperas de una reunión en la Casa Blanca entre Trump y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, cuyo país también sería impactado por los nuevos aranceles. Voceros de organizaciones empresariales canadienses, como Goldy Hyder del Business Council of Canada, expresaron expectativa por lograr alivios a las restricciones comerciales en el marco del encuentro bilateral.

Desde la industria automotriz, el presidente de la Automotive Parts Manufacturers’ Association de Canadá, Flavio Volpe, advirtió que la industria espera conocer con precisión los detalles normativos de la medida y si existe alguna exención para componentes producidos bajo las reglas del T-MEC. “No está claro si existe una exención para contenido estadounidense, como ocurre con los vehículos ligeros”, declaró Volpe, citado por Financial Times.

Un hombre trabaja en un
Un hombre trabaja en un camión de carga en la planta de ensamblaje de camiones Daimler Freightliner en Derramadero, Coahuila, México. REUTERS/Antonio Ojeda

El contexto manufacturero registra antecedentes de disputas tarifarias. En mayo, Preston Feight, consejero delegado de Paccar (fabricante de Peterbilt y Kenworth), advirtió al gobierno estadounidense sobre los efectos negativos de los aranceles al acero y aluminio, señalando que tales gravámenes dificultan la competitividad de los camiones producidos en territorio estadounidense frente a los ensamblados en México, los cuales pueden incorporar piezas de origen chino y materiales importados sin enfrentar restricciones similares.

En comunicaciones dirigidas al Gobierno de Estados Unidos, la compañía Stellantis precisó que el 88% de los camiones medianos y pesados registrados en el país fueron fabricados localmente durante el año, y que el resto corresponde a vehículos provenientes de Canadá y México, cumpliendo la mayoría con los requerimientos establecidos en el T-MEC.

Financial Times indica que la intención de la administración de Donald Trump es incrementar la fabricación nacional de camiones y de autopartes, en un intento por reorganizar de manera profunda las cadenas globales de suministro del sector automotriz.

En mayo, la secretaria ejecutiva de Paccar remarcó: “Las actuales capas de aranceles sobre los componentes no procedentes del T-MEC instalados en camiones fabricados en Estados Unidos están generando una desventaja de costes significativa para los vehículos producidos en el país frente a los ensamblados en México”.

Hasta ahora, los fabricantes con mayor integración productiva en el territorio estadounidense prevén reducida exposición a los nuevos aranceles, de acuerdo a sus propias declaraciones. Algunas empresas analizan la posibilidad de relocalizar operaciones productivas en respuesta a los cambios en la política comercial estadounidense, según mencionó Financial Times en su análisis del panorama actual.