Recibieron el cerebro de su hijo en una caja blanca: familia demanda a funerarias en Estados Unidos

Lawrence y Abbey Butler jamás imaginaron que el proceso de despedirse de su hijo fallecido derivaría en un episodio que describen como traumático. En una demanda presentada ante el Tribunal de Primera Instancia de Filadelfia, la pareja afirma que dos funerarias, una en Georgia y otra en Pensilvania, les entregaron por error el cerebro de su hijo Timothy Garlington en una caja blanca sin identificación.

Los hechos, detallados en la denuncia civil de más de 20 páginas, se remontan al 15 de noviembre de 2023, cuando Timothy, de 56 años, falleció en el estado de Georgia. La familia, residente en Filadelfia, contrató a Southern Cremations & Funerals (Georgia) y Nix & Nix Funeral Homes (Pensilvania) para coordinar el traslado y los servicios funerarios, pero el manejo de los restos humanos se convirtió en una fuente de angustia emocional que los Butlers describen como irreparable.

“Subí al auto, y olía a muerte”, dijo Lawrence Butler entre lágrimas durante una conferencia de prensa realizada el 24 de julio en las oficinas de Wapner Newman, la firma legal que representa a la familia en Filadelfia. “Tuve que deshacerme del auto. No podía soportar la idea de que los restos estuvieran ahí”.

Según la demanda, el cuerpo de Timothy Garlington fue remitido al DeKalb County Medical Examiner’s Office el 16 de noviembre de 2023 para la realización de una autopsia. Al día siguiente, fue entregado a Southern Cremations & Funerals. Durante ese proceso, el cerebro del difunto fue extraído, pero ni la oficina forense ni las funerarias notificaron a los padres sobre esta intervención post mortem.

Los Butlers aseguran que jamás autorizaron la extracción de órganos ni fueron informados de que el cerebro sería separado del cuerpo. El 20 de noviembre, el cadáver fue trasladado a Filadelfia. Poco después, los padres recibieron una caja blanca sin marcar, que contenía —según afirmaron— el cerebro y materia encefálica de su hijo. Sólo al notar un olor fuerte y la filtración de líquidos en su vehículo descubrieron el contenido de la caja, que simplemente tenía escrita la palabra “brain”.

“Nadie nos explicó nada. No sabíamos qué contenía. Simplemente lo encontramos así, filtrándose, oliendo, y al abrirlo, ahí estaba el cerebro de mi hijo”, reza la denuncia.

El documento judicial acusa a las funerarias de negligencia, manejo indebido de restos humanos, inflicción negligente e intencional de angustia emocional, y pérdida de consorcio. Los abogados de los demandantes, L. Chris Stewart y Alex Perwich (de Stewart Miller Simmons Trial Attorneys, Atlanta), y Samuel Anyan Jr. (de Wapner Newman, Filadelfia), afirmaron que el caso evidencia una cadena de errores inaceptable y sin precedentes.

“El hecho de que nadie les haya explicado qué pasó, que les hayan entregado el cerebro de su hijo sin ninguna advertencia o etiqueta adecuada, es una afrenta a su dignidad y a su dolor”, dijo el abogado Stewart. Añadió que hasta la fecha, ni Nix & Nix Funeral Homes ni Southern Cremations & Funerals han ofrecido disculpa o explicación alguna.

Otro punto que agrava la situación, según el abogado, es que los Butlers desconocen si el cerebro de su hijo fue finalmente enterrado con su cuerpo o no. “No tienen la menor idea de qué ocurrió. La incertidumbre los consume”, declaró Stewart en la misma conferencia.

Uno de los efectos inmediatos del hallazgo fue la decisión de Lawrence Butler de deshacerse del automóvil en el que transportaron la caja. En la demanda se detalla que el vehículo quedó impregnado por el olor de la descomposición, lo que intensificó el trauma de la experiencia.

“Cada vez que me sentaba ahí, revivía el momento. El olor, la imagen, no podía más”, explicó Butler frente a medios locales. La familia afirma que el dolor psicológico persiste, y que el episodio ha generado repercusiones en su salud mental, estado emocional y vida diaria.

Hasta el momento, ni el DeKalb County Medical Examiner’s Office ni las funerarias demandadas han emitido declaraciones públicas sobre el incidente. El documento judicial subraya que la falta de transparencia, comunicación y consentimiento ha amplificado el sufrimiento de los Butlers.

Además, los demandantes insisten en que jamás dieron autorización para la separación de órganos ni fueron consultados en ninguna fase del proceso. La omisión de esa notificación constituye, según los abogados, una violación directa de los derechos de la familia en relación con los restos de su ser querido.

La demanda solicita una indemnización por daños compensatorios y punitivos, aunque no especifica una cantidad exacta. Por ahora, los Butler buscan justicia y garantías de que ningún otro familiar tenga que enfrentar una experiencia similar.