Pedazos de madera esparcidos, revestimientos destrozados y escombros amontonados en Parkview Avenue ilustran la magnitud de la explosión que destruyó una vivienda en North Plainfield, Nueva Jersey, durante la madrugada del 15 de julio.
La casa, ubicada en el condado de Somerset, quedó completamente envuelta en llamas tras el estallido, que ocurrió alrededor de las 2:45 horas (hora local).
Según confirmó un operador del Departamento de Policía de North Plainfield a USA Today, la vivienda se encontraba vacía y no se localizaron víctimas en el lugar.
Una serie de inundaciones repentinas azotaron la región
La explosión se produjo en medio de una serie de inundaciones repentinas que afectaron a Nueva Jersey y la ciudad de Nueva York, tras intensas lluvias que superaron los 15 centímetros en puntos críticos de Nueva Jersey y Pensilvania en periodos muy breves.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en Mount Holly reportó acumulaciones de entre 7.6 y 16.5 centímetros en el norte del estado, lo que llevó a la declaración del estado de emergencia.
Las precipitaciones colapsaron la infraestructura vial, con la Ruta 22 y otras carreteras convertidas en ríos intransitables, y numerosos vehículos atrapados.
La explosión de la vivienda ocurrió en el momento más intenso de las lluvias
La policía de North Plainfield informó que la destrucción de la vivienda coincidió con el momento más intenso de las lluvias, cuando videos en redes sociales mostraban estaciones de metro inundadas y calles anegadas.
De acuerdo con el jefe de policía Alan McKay, al llegar los oficiales, la casa ya ardía por completo. La investigación preliminar de las autoridades apunta a una fuga de gas como causa probable de la explosión.
El impacto de las lluvias fue devastador en toda la región
Al menos dos personas murieron en Plainfield, Nueva Jersey, cuando su vehículo fue arrastrado por un arroyo crecido. Los equipos de emergencia, incluidos la Policía Estatal de Nueva Jersey y el Equipo de Buceo del Condado de Somerset, participaron en el rescate de alrededor de 40 residentes atrapados por las aguas, que destruyeron numerosas casas y vehículos. La Cruz Roja fue notificada y comenzó a proporcionar alimentos, agua y alojamiento temporal a los afectados.
Las principales ciudades del noreste y del Atlántico medio, incluida Nueva York, sufrieron cortes de electricidad, cierres de carreteras y rescates acuáticos el 14 de julio. Según información de USA Today, los equipos de emergencia trabajaron sin pausa para socorrer a quienes quedaron atrapados en automóviles o viviendas por el rápido aumento del nivel del agua. El NWS advirtió que se esperaban más lluvias el 15 de julio.
Emergencia en la costa este tras intensas precipitaciones
Phil Murphy, gobernador de Nueva Jersey, declaró la noche del lunes un estado de emergencia por las inundaciones que bloquearon calles y carreteras en toda la región, según informó CNN. Al día siguiente, el funcionario enfatizó que las labores de limpieza y reparación continuaban, ya que varias vías permanecían cerradas y equipos retiraban escombros y vehículos abandonados atrapados por el agua.
El área metropolitana de Nueva York, junto con el norte de Virginia, el sur de Maryland y alrededores de Newark, también experimentó fuertes inundaciones, de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional. Las precipitaciones oscilaron entre 76 y 127 mm, saturando un territorio ya vulnerable.
El desbordamiento de los sistemas de transporte subterráneo y carreteras incrementó el peligro. En el condado de Union, Kelly Martins, portavoz local, indicó que el centro regional de comunicaciones gestionó más de 1.200 llamadas de emergencia en solo dos horas durante el episodio más agudo de la tormenta. Las operaciones de rescate se multiplicaron a lo largo de la zona, donde al menos dos personas fallecieron en Plainfield, Nueva Jersey, tras ser arrastradas por la corriente cuando iban en automóvil. Las autoridades recibieron los primeros reportes del incidente alrededor de las 2:30 de la madrugada del martes.
Mientras tanto, los pronósticos anticipaban nuevas precipitaciones el martes sobre los Apalaches del sur y la región del Atlántico medio. Aunque las tormentas posteriores se esperaban menos intensas, la saturación del suelo incrementaba el riesgo ante lluvias adicionales, incluso moderadas.
El fenómeno sacudió al noreste en la segunda mitad del lunes, y las condiciones más severas coincidieron con la hora pico del regreso a casa, atrapando a numerosos conductores. Las autoridades instaron a la ciudadanía a evitar los desplazamientos innecesarios hasta que se restableciera la normalidad.
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