Sembradíos pudriéndose, campos vacíos y temor entre trabajadores migrantes por las redadas del ICE

El sector agrícola de Estados Unidos está sufriendo las consecuencias del endurecimiento de las políticas migratorias y la poca mano de obra en los campos

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Migrantes que trabajan en el
Migrantes que trabajan en el campo no se presentan por miedo a las redadas. (REUTERS/Sebastian Castaneda)

Numerosas explotaciones agrícolas de California, Texas y Pensilvania vieron interrumpidas sus labores, con campos llenos de cosechas sin recoger y pérdidas generalizadas, como resultado directo de las recientes operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizadas a lo largo de las últimas semanas.

Según reportaron agricultores y miembros de la industria a Newsweek, estas acciones han provocado un abandono masivo de la mano de obra, llegando al punto en que hasta el 70% de los trabajadores dejaron de presentarse a trabajar, lo que ha derivado en importantes pérdidas de cultivos y tensiones financieras.

La situación se ha traducido en una crisis de producción alimentaria, en la que miles de hectáreas de cultivos han terminado pudriéndose en el campo. Los datos proporcionados por propietarios y voceros de granjas muestran que la escasez de trabajadores también afecta a sectores de procesamiento y empaque de alimentos.

Crece el temor por las redadas migratorias del ICE

Admitieron que en EEUU no
Admitieron que en EEUU no existe suficiente mano de obra para realizar los trabajos para los que muchos no están cualificados. (REUTERS/Norlys Perez)

“Ahora no tenemos suficientes trabajadores para ir a las industrias procesadoras y a las fábricas de carne a producir y envasar los alimentos que consumimos”, detalló Alexandra Sossa, directora ejecutiva del Proyecto de Defensa de los Trabajadores Agrícolas y Paisajistas, quien ilustró la creciente preocupación por la falta de mano de obra en las distintas etapas de la cadena alimentaria.

Añadió que en Estados Unidos no existe suficiente mano de obra para realizar trabajos manuales, “para aquellos que otras personas no están cualificadas y no quieren realizar”.

“Nos enfrentamos a un problema: no tenemos suficientes trabajadores agrícolas para cultivar los alimentos que consumimos a diario”, puntualizó la directora ejecutiva.

La crisis no solo es perceptible en la costa oeste o en focos agrícolas aislados. El Departamento de Agricultura calcula que casi la mitad de la fuerza laboral agrícola del país se encuentra en el país sin estatus legal, según datos citados por Newsweek.

El fenómeno se replicó en el Valle del Río Grande, en Texas, donde se informó que granjas enteras quedaron vacías durante días y, en ciertos sectores, hasta el 75% de los trabajadores agrícolas no se presentaron a trabajar tras las medidas de control del ICE.

La escasez de personal ha despertado la alarma entre las asociaciones agrícolas. La Oficina Agrícola de Pensilvania, por ejemplo, que representa a más de 25.000 miembros, subrayó que la inestabilidad laboral amenaza tanto la asequibilidad como la disponibilidad de alimentos a nivel nacional.

Una problemática que alcanzó a varios sectores

Nick Bellman es uno de
Nick Bellman es uno de los granjeros que vieron las consecuencias de las políticas migratorias. (REUTERS/Ivan Arias)

Esta problemática resonó en el negocio de Nick Bellman, propietario de Red River Farms, en Texas, quien expresó su preocupación por la ausencia casi total de empleados en su granja por culpa del temor generalizado entre los trabajadores a causa de las redadas.

“Estamos viendo que cerca del 100% de las personas no está yendo a trabajar. Quiero decir, hay mucho miedo allá afuera en estos momentos”, señaló el agricultor durante una entrevista con Fox News.

El fenómeno afecta a migrantes indocumentados y a trabajadores con documentación legal por igual, puesto que tienen miedo a ser confundidos y detenidos.

“Incluso las personas que están aquí legalmente temen ser arrestadas junto con quienes no lo están, y no hay un debido proceso para ellos”, lamentó.

Aunque admitió que su familia se involucra directamente con el trabajo que se tiene que hacer en la granja, aseguró que la mano de obra no es suficiente.

“Lo más importante ahora es que las personas puedan pagar abogados para regularizar su situación, pero eso no es accesible para muchos”, dijo.

Bellman instó a funcionarios y autoridades a visitar el campo para que entendieran “lo que está pasando”.