Antidepresivos le provocaron una erección de 5 días y la espera para recibir atención médica lo dejó estéril

Un joven de 22 años, preso en Rikers Island, presentó una demanda federal alegando que la combinación de medicamentos suministrados por personal médico y la demora institucional en su tratamiento derivaron en daños físicos irreversibles

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Ernest Oliver interpuso una acción
Ernest Oliver interpuso una acción judicial tras sufrir una emergencia médica no tratada por cinco días. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un joven de 22 años presentó una demanda federal contra el Departamento de Correccionales de la Ciudad de Nueva York (NY DoC) tras quedar con disfunción eréctil permanente debido a un priapismo isquémico no tratado durante cinco días mientras se encontraba bajo custodia en Rikers Island. La demanda judicial, interpuesta el 24 de junio en el Tribunal del Distrito Este de Nueva York, alega múltiples violaciones constitucionales, negligencia médica y burla intencional por parte de los oficiales de corrección.

El demandante, Ernest Oliver, fue arrestado a los 19 años en noviembre de 2022. Al momento de los hechos estaba recluido en el Robert N. Davoren Detention Center, uno de los complejos penitenciarios del sistema de Rikers Island. Según el expediente judicial (caso 1:25-cv-03516), Oliver fue medicado por el personal médico de Rikers con Trazodona y Risperidona, dos fármacos conocidos por provocar, entre otros efectos adversos, priapismo, una condición médica caracterizada por una erección prolongada del pene y que no está relacionada con la excitación sexual.

Durante varios meses, Oliver experimentó episodios recurrentes de erecciones matutinas incontrolables, lo que médicamente se conoce como priapismo intermitente o “stuttering priapism”. Esta condición fue reportada reiteradamente al personal del centro, según consta en la demanda. No obstante, el 28 de octubre de 2024, la situación escaló a una emergencia médica: la erección no cesó, se volvió extremadamente dolorosa y evolucionó hacia un priapismo isquémico, una condición que requiere tratamiento urgente en las primeras horas para evitar daños irreversibles.

El priapismo no tratado durante cinco días derivó en fibrosis corporal y daño permanente al tejido genital

La demanda detalla que entre el 28 de octubre y el 1 de noviembre de 2024, Oliver solicitó atención médica en múltiples ocasiones a diferentes oficiales de corrección —identificados como John y Jane Does 1-8—, sin recibir respuesta adecuada. Durante ese período, el dolor fue tan intenso que apenas podía dormir, caminar o mantenerse de pie, según la denuncia. Incluso realizó dos llamadas al 311 para registrar quejas y pedir asistencia, pero no fue trasladado a ningún centro médico.

No fue sino hasta la tarde del quinto día, el 1 de noviembre a las 18:45 horas, que finalmente fue llevado al Hospital Bellevue, luego de que la oficial Hall —quien ya había recibido el reporte inicial de Oliver— retomara su turno y expresara sorpresa al enterarse de que el joven seguía sin tratamiento.

En el hospital, los médicos intentaron una aspiración e irrigación cavernosal, procedimiento destinado a liberar la sangre atrapada y reoxigenar los tejidos. Sin embargo, esta técnica falló debido a la viscosidad de la sangre y el tiempo transcurrido. Según la demanda, solo se lograron drenar 20 centímetros cúbicos de sangre oscura, con gran resistencia al flujo incluso con el uso de solución salina y fenilefrina.

Personal médico del Bellevue Hospital
Personal médico del Bellevue Hospital intervino en un caso de priapismo no tratado proveniente de Rikers Island. (Crédito: Google Earth)

Intervención quirúrgica agresiva y diagnóstico terminal: daño irreversible tras una espera crítica

Ante la ineficacia del primer intento, los médicos procedieron a una cirugía más invasiva: la implantación de un shunt o canal en ambos lados del pene para restablecer el flujo sanguíneo. Esta técnica es más riesgosa y suele conllevar mayor probabilidad de disfunción eréctil permanente. De acuerdo con los médicos del Bellevue, las posibilidades de recuperación ya eran mínimas debido al grado de necrosis y fibrosis desarrollado en el tejido genital.

A pesar de la recomendación de una revisión postoperatoria en enero de 2025, Oliver no recibió seguimiento hasta marzo de este año. Los especialistas confirmaron entonces que no se esperaba recuperación funcional del órgano, y que el joven sufriría también de dolor crónico, acortamiento del pene y escaras internas (tejido muerto).

Los efectos adversos del tratamiento con Trazodona y Risperidona en combinación son conocidos en el ámbito médico. La American Journal of Psychiatry publicó en septiembre de 2023 un estudio titulado “Trazodone-Induced Priapism and Increased Recurrence Risk With Antipsychotics”, donde se establece que el uso conjunto de estos medicamentos aumenta considerablemente la probabilidad de priapismo isquémico.

Humillación reiterada al regresar a Rikers: “Ya no va a causar problemas porque su pene no funciona”

Tras su alta hospitalaria, Oliver regresó a Rikers. La demanda relata que varios oficiales de corrección estaban ya al tanto de su condición médica. Lejos de ofrecer un entorno respetuoso o mínimamente discreto, los mismos agentes comenzaron a burlarse de él.

Uno de los oficiales identificados como Capitán Valentine llegó a decir, en referencia a Oliver: “ya no va a causar problemas porque su pene no funciona”. Estas burlas no fueron aisladas, sino, según la demanda, “una ocurrencia regular” que ha perpetuado el trauma físico y psicológico del joven.

La defensa legal de Oliver, representada por Bader & Yakaitis LLP, argumenta que estos hechos constituyen violaciones a las enmiendas cuarta, octava y decimocuarta de la Constitución de los Estados Unidos. Además, se denuncia una política sistemática o una falla generalizada de entrenamiento que ha normalizado la inacción médica ante emergencias en Rikers.

Rikers Island, el complejo penitenciario
Rikers Island, el complejo penitenciario más grande de Nueva York, sigue en el centro de denuncias por condiciones de detención. (Crédito: Google Earth)

Un patrón documentado de negligencia en Rikers: el caso de Oliver como reflejo de una crisis más amplia

La denuncia cita varios precedentes similares de fallecimientos o lesiones permanentes en la cárcel de Rikers, incluyendo los casos de Eugene Castelle, Layleen Xtravaganza Cubilette-Planco, Charizma Jones y otros. También menciona la demanda colectiva Agnew v. N.Y.C. Dep’t of Corr., donde se alega que el sistema penitenciario “regularmente incumple con las necesidades médicas de los internos”.

La demanda de Oliver exige una compensación mínima de 30 millones de dólares, en concepto de daños punitivos, honorarios legales y sufrimiento continuo. Según se especifica, el NY DoC era responsable de mantener el expediente médico de Oliver y de garantizar el acceso a la atención médica —algo imposible para un interno sin la intervención del personal de custodia.