Camioneros temen despidos ante nuevas reglas federales que exigen dominio del inglés en Estados Unidos

La implementación de criterios lingüísticos más estrictos por parte de las autoridades del transporte ha generado incertidumbre entre miles de conductores comerciales

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Conductores comerciales enfrentan nuevas exigencias
Conductores comerciales enfrentan nuevas exigencias lingüísticas bajo una política federal recientemente implementada. (AP foto/Angelina Katsanis)

En una pista de entrenamiento rodeada de conos naranjas, Manuel Castillo maniobra con cuidado un camión escolar mientras repite frases en inglés de una hoja impresa. A su lado, el instructor va alternando entre inglés y español. “Check the steering hoses for leaks or cracks” (revisa las mangueras de dirección para detectar fugas o grietas), dice, y Castillo repite.

Castillo emigró de Ecuador en 1993 y entiende bien el idioma, pero ahora lo repasa con más intensidad. La razón: una nueva norma federal que podría inhabilitar a conductores comerciales que no demuestren suficiente dominio del inglés durante inspecciones en carretera. La política, derivada de una orden ejecutiva del gobierno federal, empieza a aplicarse esta semana.

“Un conductor que no entienda inglés no conducirá un vehículo comercial en este país. Punto”, declaró el secretario de Transporte, Sean Duffy, al presentar las directrices que exigen a los conductores responder preguntas en inglés, leer señales de tráfico y entender mensajes electrónicos en las carreteras, según el Departamento de Transporte de Estados Unidos.

Nueva política federal impone sanciones más severas por deficiencias en el idioma

Aunque la exigencia del inglés no es nueva, su aplicación se endurece. Bajo la administración de Barack Obama, los conductores con conocimientos limitados podían recibir una citación, pero seguir trabajando. Ahora, el castigo incluye quedar fuera de servicio hasta corregir la falta, de acuerdo con la Administración Federal de Seguridad de Autotransportes (FMCSA, por sus siglas en inglés).

Los inspectores podrán iniciar una evaluación lingüística durante inspecciones de rutina o provocadas por defectos menores, como una luz de freno dañada. El procedimiento incluye una entrevista verbal y una prueba de reconocimiento de señales. Están prohibidos los intérpretes, las aplicaciones de traducción o cualquier ayuda escrita.

“Tenemos puentes que son golpeados porque los conductores no entienden las señales sobre la altura libre”, explicó Todd Spencer, presidente de la Owner-Operator Independent Drivers Association. El objetivo, sostuvo el Departamento de Transporte, es prevenir accidentes provocados por malentendidos lingüísticos.

La normativa federal prohíbe el
La normativa federal prohíbe el uso de intérpretes o herramientas de traducción durante las inspecciones en carretera. (Canva)

Conductores inmigrantes temen errores, acento o interpretación subjetiva

Para quienes aprendieron inglés como segundo idioma, la política representa más que un trámite. Es una amenaza directa a su fuente de ingresos. “Si no es el idioma que usas a diario, te puedes poner nervioso y pensar: ‘¿Y si digo algo mal?’”, explicó Jerry Maldonado, presidente de la Laredo Motor Carriers Association, que agrupa a unas 200 empresas de transporte en Texas.

En su ciudad, donde se habla una mezcla constante de inglés y español, la asociación organiza clases gratuitas los fines de semana. Maldonado asegura que los conductores están preocupados por la discrecionalidad de los inspectores: “Al final del día, dependerá de la interpretación del oficial”.

Lo mismo teme Paul Cuartas, instructor en la Driving Academy de Linden, Nueva Jersey. Él prepara a sus estudiantes bilingües con guiones y videos. “Me preocupa porque ahora para todos los hispanos es más difícil”, comentó. La academia ha adoptado métodos que permiten enseñar primero en el idioma nativo del alumno y luego trasladar los conceptos al inglés.

Escuelas de manejo adoptan guías y estrategias de adaptación

Jonathan Marques, fundador de la academia en Linden, señaló que sus instructores recomiendan ver videos, repetir frases en casa, y hasta escuchar apps de inglés en lugar de música durante los trayectos. La escuela distribuyó guiones prácticos con frases específicas para los momentos clave de una inspección en carretera.

GTR Trucking School, en Detroit, también se ha sumado. Su copropietario, Al Myftiu, inmigrante albanés y exconductor, prepara un pequeño libro de frases básicas en inglés para sus estudiantes. “Si tienes acento, habla despacio. Si no entiendes, pregunta”, les aconseja.

El secretario de Transporte, Sean
El secretario de Transporte, Sean Duffy, defendió la aplicación de medidas más estrictas sobre el uso del inglés entre conductores comerciales, argumentando que es una cuestión de seguridad en las vías. (REUTERS/Anna Rose Layden)

Ambigüedad en la guía y posibles casos de discriminación preocupan a defensores

Uno de los puntos más controvertidos es que el apartado que detalla cómo determinar si un conductor habla inglés adecuadamente fue eliminado en la versión pública de la guía. Esto ha generado inquietudes sobre la posibilidad de decisiones arbitrarias durante las inspecciones.

La Sikh Coalition, que representa a conductores practicantes del sijismo, teme que el acento o un vocabulario no estándar puedan ser utilizados para justificar sanciones. “¿Será que un conductor que sí cumple con los requisitos, pero tiene un acento será considerado en violación?”, se pregunta Mannirmal Kaur, responsable de políticas federales de la organización. “Y bajo esta nueva norma, ¿será entonces clasificado fuera de servicio, lo que puede llevar al desempleo?”.

En un centro de descanso de la cadena Flying J en Nueva Jersey, algunos conductores dijeron apoyar la medida. “Tratamos de hacerles preguntas sobre el trabajo y no se pueden comunicar con nosotros en absoluto”, señaló Kassem Elkhatib, uno de los camioneros que descansaban allí.

La norma también exige a las compañías asegurar que sus conductores subsanen cualquier deficiencia antes de volver a operar. Pero mientras las reglas entran en vigor, el miedo entre quienes dependen del volante para vivir va en aumento. Para ellos, un acento o una palabra mal pronunciada podrían costarles mucho más que una multa.