Narcisismo y otras psicopatías: los estados con las personalidades más oscuras en EEUU

Una nueva investigación basada en más de 144.000 encuestas a ciudadanos estadounidenses reveló una inquietante geografía de la mente humana: algunos estados concentran mayor número de personas con rasgos oscuros de personalidad.

El análisis, publicado en Newsweek, se basa en el índice “D”, una métrica psicológica que resume la tendencia de un individuo a priorizar su beneficio personal a costa del bienestar ajeno, incluso disfrutando del sufrimiento de los demás.

El índice fue desarrollado por los psicólogos Morten Moshagen, Benjamin E. Hilbig e Ingo Zettler, quienes proponen que los llamados “factores oscuros de la personalidad” no deben analizarse como rasgos independientes, sino como manifestaciones de una única disposición subyacente: el factor D. Esta dimensión reúne tendencias como la manipulación, el engaño, el cinismo extremo y la agresión instrumental.

De acuerdo con los investigadores, el “D” es similar al factor “G” que en psicología se asocia con la inteligencia general. En este caso, sin embargo, se trata de una predisposición psicológica hacia el egoísmo, la insensibilidad y la explotación de los demás.

Las personas con puntajes altos en este índice no necesariamente son malvadas, pero tienden a justificar comportamientos como mentir, abusar de otros o romper reglas para obtener beneficios personales.

Este estudio no pretende etiquetar a individuos, sino identificar tendencias poblacionales que varían entre estados. Según los autores, las diferencias, aunque puedan parecer pequeñas a nivel numérico, son estadísticamente significativas cuando se analizan sobre poblaciones amplias.

Los resultados muestran que Nevada es el estado con el promedio más alto en el índice “D”, con una puntuación de 2,26 sobre 5. Le siguen Nueva York, con 2,24, y en empate, Texas y Dakota del Sur, ambos con 2,22.

En el extremo opuesto, Vermont se sitúa como el estado con menor índice, con una puntuación de 1,96, siendo el único estado por debajo del umbral de 2. Le siguen Utah (2,03) y Maine (2,04).

Estos resultados podrían estar influenciados por normas sociales, estructuras económicas o formas de interacción más comunes en determinadas regiones. El entorno cultural y social puede hacer que ciertos comportamientos tóxicos se toleren o incluso se valoren más en unos estados que en otros.

El índice “D” engloba diferentes aspectos que tradicionalmente se han estudiado por separado. Entre ellos destacan:

• Psicopatía: frialdad emocional, falta de empatía, impulsividad.
• Narcisismo: sensación de superioridad, necesidad de admiración.
• Sadismo: placer en causar daño o humillación a otros.
• Maquiavelismo: manipulación calculada, desconfianza y visión estratégica de las relaciones sociales.

Aunque todos los seres humanos presentan en algún grado estos rasgos, las personas con puntuaciones más elevadas tienden a ver el mundo como un lugar competitivo, hostil y sin espacio para la empatía.

El estudio también encontró una correlación entre altos niveles del índice “D” y condiciones estructurales como la corrupción, la desigualdad económica, la violencia y la pobreza. Es decir, vivir en un entorno adverso podría aumentar la probabilidad de desarrollar este tipo de rasgos.

Los investigadores destacan que estas conclusiones no deben usarse para estigmatizar a comunidades enteras. Sin embargo, sí invitan a reflexionar sobre cómo ciertos contextos sociales pueden normalizar la manipulación o el egoísmo, afectando incluso cómo las personas interactúan en el trabajo, en relaciones personales o en instituciones públicas.

Nevada, encabeza la lista con el promedio más alto de rasgos de personalidad oscura (2.26). Este estado, conocido por Las Vegas y su economía basada en el entretenimiento, los juegos de azar y el turismo, podría reflejar un entorno donde la competencia, el engaño estratégico y la desensibilización emocional son más frecuentes o socialmente aceptados.

Nueva York, con un promedio de 2.24, especialmente la ciudad de Nueva York, es uno de los principales centros financieros, culturales y mediáticos del país. La intensa presión por el éxito profesional, el alto costo de vida y la constante competencia interpersonal pueden contribuir a reforzar actitudes relacionadas con el narcisismo y el individualismo extremo.

Texas, uno de los estados más poblados del país, aparece con un puntaje de 2.22. Su cultura de independencia, liderazgo económico y tensiones políticas internas podrían contribuir a la presencia de rasgos psicopáticos moderados entre la población, especialmente en contextos como el mercado laboral, el discurso político y las relaciones de poder.

Un caso llamativo es el de Dakota del Sur, que comparte el segundo lugar con Texas, también con un 2.22. A pesar de no tener grandes centros urbanos ni notoriedad mediática, este estado figura entre los de mayor promedio del índice.

En el otro extremo, Vermont destaca como el estado con el menor puntaje (1.96) y el único por debajo del umbral de 2. Este estado del noreste, con una población reducida, políticas progresistas y una alta valoración de la vida comunitaria, parece menos propenso a tolerar o fomentar conductas como la manipulación o el aprovechamiento de los demás.

Utah, con un 2.03, también figura entre los estados con menores niveles de factor D. Con fuertes raíces religiosas y una cultura comunitaria basada en normas compartidas, este estado suele mostrar altos niveles de cooperación, lo que podría estar correlacionado con una menor prevalencia de sadismo, narcisismo y otras expresiones de dominancia social.

Finalmente, California, con enormes centros urbanos como Los Ángeles y San Francisco, mezcla innovación tecnológica, desigualdad social y tensiones políticas que pueden potenciar conductas marcadas por la frialdad emocional, el oportunismo o el hedonismo individualista.