Esta semana habrá cuatro ejecuciones en Estados Unidos: estos son los condenados

Alabama, Florida, Oklahoma y Carolina del Sur aplicarán la pena capital esta semana en casos marcados por violencia extrema y decisiones judiciales postergadas durante décadas

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Según Death Penalty Information Center,
Según Death Penalty Information Center, 2025 podría registrar la mayor cifra de ejecuciones en un primer semestre desde 2011. (EFE/Paul Buck)

Durante los próximos cuatro días, se han programado ejecuciones de reclusos en cuatro estados de Estados Unidos, un acontecimiento inusual en la actualidad, pero que refleja un aumento reciente en la aplicación de la pena de muerte en el país.

Según detalló CNN, el incremento en las ejecuciones se enmarca en un contexto político donde el gobierno nacional ha abogado por la expansión de esta práctica, con una orden ejecutiva firmada en enero de este año, que respalda la restauración de la pena de muerte como medida de protección pública.

La serie de ejecuciones comenzará este martes en Alabama, donde Gregory Hunt, que ha esperado en el corredor de la muerte durante más de 30 años, será ejecutado por el asesinato de Karen Lane ocurrido en 1988. El método utilizado será la hipoxia por nitrógeno, un procedimiento que el estado comenzó a implementar recientemente.

Gregory Hunt, condenado por el
Gregory Hunt, condenado por el asesinato de Karen Lane en 1988, será ejecutado mediante hipoxia por nitrógeno tras más de 30 años en el corredor de la muerte en Alabama. (Departamento Correccional de Alabama)

Según informes de las autoridades, este sería el quinto caso de ejecución mediante este método en Alabama. Sobre el crimen de Hunt, documentos judiciales revelan que Lane sufrió múltiples heridas, incluyendo doce costillas fracturadas, un esternón roto y signos de asalto sexual antes de su muerte.

Hunt, quien actualmente se representa a sí mismo legalmente, fue detenido por su relación sentimental con la víctima, que había durado un mes.

El mismo día, Florida procederá con la ejecución de Anthony Wainwright, de 54 años, quien permanece en el corredor de la muerte por el asesinato de Carmen Gayheart en 1994. De acuerdo con documentos judiciales, Wainwright y otro individuo habían escapado de prisión en Carolina del Norte antes de cometer el crimen.

Después de robar un vehículo y armas, secuestraron a Gayheart a punta de pistola en el estacionamiento de un supermercado, llevándola a una zona boscosa donde fue “violada, estrangulada y ejecutada” con un arma robada.

Anthony Wainwright, sentenciado por secuestrar,
Anthony Wainwright, sentenciado por secuestrar, violar y asesinar a Carmen Gayheart en 1994 tras fugarse de prisión, enfrentará la pena capital en Florida. (Departamento Correccional de Florida)

María David, hermana de la víctima, expresó al medio que la ejecución traerá un cierre legal al caso de su hermana, aunque no aliviará la pérdida permanente que sufre la familia.

La agenda continúa el jueves en Oklahoma con la ejecución de John Hanson, condenado por el asesinato de Mary Bowles en 1999 durante un secuestro y robo que también resultó en la muerte de otra víctima.

Aunque hay disputas legales en torno al papel que Hanson jugó en el crimen, ya que su coacusado, quien cumple cadena perpetua, confesó haber sido el autor del disparo fatal, el caso se ha mantenido en pie gracias al apoyo del Departamento de Justicia bajo la administración de Trump.

Esto ocurrió después de que el presidente emitiera su orden ejecutiva sobre la pena de muerte, facilitando la transferencia de Hanson desde una prisión federal a custodia estatal para llevar a cabo su sentencia.

John Hanson será ejecutado en
John Hanson será ejecutado en Oklahoma por el asesinato de Mary Bowles en 1999 durante un secuestro, pese a disputas legales sobre su rol en el crimen. (Oklahoma Department of Corrections)

La sobrina de Bowles, Sara Parker Mooney, recordó a su tía como una figura central de su familia y mentora de mujeres profesionales de Tulsa. Según escribió, “estamos agotados por los múltiples juicios y apelaciones, y listos para cerrar este asunto definitivamente”.

Finalmente, el viernes, Carolina del Sur ejecutará a Stephen Stanko, de 57 años, condenado por el asesinato de Henry Lee Turner en 2005. En el curso de sus crímenes, Stanko también fue responsable del asesinato de su pareja y del ataque a la hija de esta, quien logró sobrevivir.

Roger Turner, hijo de una de sus víctimas, expresó su apoyo a la ejecución, aunque reconoció que el prolongado proceso judicial de 20 años ha sido doloroso, pues le obliga a revivir el brutal crimen de su padre en repetidas ocasiones.

Este incremento en el uso de la pena de muerte es uno de los más significativos de los últimos años. Según datos del Death Penalty Information Center citados por CNN, si todas las ejecuciones agendadas en junio se llevan a cabo, el número total de 2025 hasta la fecha igualará al de todo 2024.

Stephen Stanko, condenado por el
Stephen Stanko, condenado por el asesinato de Henry Lee Turner y otros crímenes en 2005, será ejecutado tras dos décadas de procesos judiciales en Carolina del Sur. (Departamento Correccional de Carolina del Sur)

Esto representaría la mayor cifra de ejecuciones en un primer semestre desde 2011. Robert Dunham, director del Death Penalty Policy Project, explicó que “aunque las ejecuciones son menos comunes en comparación con su pico en 1999, la política favorecedora de Trump podría alentar a los estados a retomar estas prácticas”.

Durante el año en curso, estados como Arizona, Louisiana y Tennessee han reanudado ejecuciones después de años de inactividad, una tendencia que podría estar influida por iniciativas federales que promueven una postura dura contra el crimen.

Las familias de las víctimas, por su lado, enfrentan sentimientos encontrados respecto a las ejecuciones. Algunos, como Roger Turner, encuentran cierto alivio y sentido de justicia en el cumplimiento de la sentencia.

Otros, como María David, expresan que la perdida sigue ocasionando dolor, pero confían en que la aplicación de la pena capital ofrezca una medida de cierre legal a casos que han enviado ondas de choque emocionales por décadas.