El sábado se convirtió en el noveno día de protestas en Los Ángeles derivadas de los operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) el pasado viernes. Además de las manifestaciones, enfrentamientos con la policía se han registrado desde entonces, además de saqueos en tiendas de la capital de California.
El Pentágono envió a 700 marines a unirse a la Guardia Nacional en las labores de resguardo, principalmente de los edificios del gobierno.
El domingo, cientos de agentes de la Guardia Nacional fueron desplegados frente a un complejo federal en el centro de Los Ángeles, escenario de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. El edificio, que alberga un centro de detención, amaneció con la consigna “Our City” (Nuestra ciudad) pintada en su fachada, en rechazo al aumento de la presencia militar en la zona.
Tal como ocurrió el viernes por la noche, y durante el sábado, el domingo se registraron nuevos choques entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, que utilizaron granadas aturdidoras y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud que protestaba por las políticas del ICE, especialmente por la detención de inmigrantes indocumentados.
La Guardia Nacional inició este domingo su despliegue en California con más de 2.000 efectivos. El contingente incluye unidades de la 79ª Brigada de Infantería, ya presentes en el área metropolitana de Los Ángeles. La decisión fue adoptada por el presidente Donald Trump tras las manifestaciones del sábado en Compton y San Bernardino, en las que se registraron graves destrozos y disturbios por parte de los manifestantes.
A continuación, la cobertura minuto a minuto:
Un tiroteo ocurrido ayer en el centro de Salt Lake City ha dejado a una persona en estado crítico, en un suceso que la policía local investiga como “posiblemente asociado” a una manifestación que se llevaba a cabo en las inmediaciones. De acuerdo con la policía, un individuo de interés en relación con el incidente ya se encuentra bajo custodia. La víctima fue trasladada al hospital con heridas que amenazan su vida.
Pioneer Park, una zona céntrica de la ciudad, se convirtió en el epicentro de la manifestación, donde se reunieron cerca de 10.000 personas, según reportó la policía. El tiroteo tuvo lugar cerca de este área, lo que ha generado una gran preocupación entre las autoridades y los ciudadanos.
El gobernador de Utah, Spencer Cox, expresó su indignación a través de sus redes sociales, afirmando que “el tiroteo en la protesta de esta noche en Salt Lake City es un acto de violencia profundamente preocupante y no tiene cabida en nuestro espacio público”. Cox añadió que se trata de una situación activa y que están trabajando estrechamente con las fuerzas del orden para asegurar la rendición de cuentas.
En Los Ángeles la tensión creció entre manifestantes y los Marines situados frente al edificio federal en el centro de la ciudad. De acuerdo con los reportes, algunos manifestantes corearon “vergüenza” y abuchearon a los Marines, quienes estaban acompañados por agentes federales.
La Policía de Los Ángeles (LAPD) denunció a través de la plataforma X que en las calles Temple y Spring, manifestantes lanzaron “concreto, rocas, botellas y fuegos artificiales de grado comercial contra los oficiales”. Debido a estos incidentes, tanto los manifestantes como los medios de comunicación fueron aconsejados a abandonar la zona para evitar mayores conflictos.
Antes de que iniciara un toque de queda programado para las 8 p.m. hora local, la LAPD hizo un llamado a todos los manifestantes para que desalojaran el área del Centro Cívico en el centro de Los Ángeles. Según la policía, esta solicitud llegó poco después de que los agentes pidieran asistencia debido a “agitadores” que arrojaban objetos a los oficiales.
El gobierno de Estados Unidos ha decidido pausar los arrestos migratorios en granjas, restaurantes y hoteles, según informó un funcionario estadounidense bajo condición de anonimato.
Una multitud superior a las 20.000 personas inundó las calles de Los Ángeles este sábado como parte de las protestas que se esperaban. Aunque el ambiente se mantuvo mayoritariamente tranquilo, las autoridades hicieron énfasis en la necesidad de mantener el orden y garantizar la seguridad de todos los presentes.
Desde temprano, Unified LA, la plataforma oficial de emergencias de la ciudad, lanzó una serie de comunicados a través de sus redes sociales, destacando que el carácter pacífico de la protesta era su prioridad. “Estamos aquí para facilitar la protesta pacífica”, señalaron, advirtiendo al mismo tiempo que cualquier acto de violencia, vandalismo o agresión contra las autoridades tendría consecuencias legales inmediatas.
Uno de los principales retos de la jornada fue la masiva congregación de personas, que dificultó el acceso de los servicios de emergencia a quienes pudieran requerir atención. Bomberos, paramédicos y fuerzas del orden enfrentaron complicaciones para desplazarse entre las multitudes, lo que llevó a los organizadores a pedir a quienes necesitaran ayuda que se alejaran de la masa principal y mantuvieran informado su paradero.
Las autoridades locales insistieron en su postura de cero tolerancia contra cualquier comportamiento delictivo en el contexto de la manifestación. “Cualquiera que participe en actos delictivos será arrestado”, reiteró Unified LA en su mensaje de advertencia.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, hizo un llamado urgente a mantener la paz durante las protestas convocadas este sábado. En una rueda de prensa matutina, recordó que los ciudadanos tienen el derecho constitucional a manifestarse, pero recalcó la necesidad de hacerlo sin violencia, especialmente tras una semana marcada por disturbios, detenciones, saqueos y la imposición de un toque de queda en el centro de la ciudad.
“Por favor, no le den a la administración una excusa para intervenir”, pidió Bass, instando a los manifestantes a demostrar al mundo “lo mejor de Los Ángeles y de nuestro país”. La jornada promete ser intensa: miles de marchas están programadas en todo el territorio nacional en rechazo al autoritarismo percibido por parte del gobierno federal. La alcaldesa pidió que las movilizaciones sirvan de contraste frente a lo que calificó como provocaciones y escaladas violentas.
Se prevén más de 2.000 concentraciones en ciudades y pueblos de los 50 estados, en coincidencia con el Día de la Bandera, el 250° aniversario del Ejército de EE.UU. y el cumpleaños del presidente. Las manifestaciones incluyen marchas, discursos y actos simbólicos, y los convocantes insisten en que se trata de acciones pacíficas sin presencia de armas.
Los gobernadores de varios estados han desplegado a la Guardia Nacional como medida preventiva, mientras las autoridades locales refuerzan la presencia policial. En Los Ángeles, ya se registraron bloqueos de autopistas, incendios de vehículos y enfrentamientos con las fuerzas del orden, lo que derivó en toques de queda y el uso de gases lacrimógenos.
Durante el fin de semana, el condado de Los Ángeles será escenario de al menos 30 protestas, según declaraciones del sheriff Robert Luna. Las autoridades ya han tomado medidas preventivas para garantizar la seguridad, incluyendo la cancelación de días libres para los agentes de la Patrulla de Carreteras de California (CHP), quienes permanecerán en alerta táctica.
El toque de queda en Los Ángeles, vigente desde el martes, continuará entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana durante los próximos días, confirmó el jefe del Departamento de Policía, Jim McDonnell. Según el jefe policial, los arrestos de esta semana han mostrado variaciones significativas, superando los 200 diarios el domingo y el lunes.
McDonnell hizo un llamado directo a quienes participen en los eventos del sábado para que lo hagan de forma pacífica y respetuosa. “Es fundamental que el enfoque permanezca en el mensaje y no en el desorden”, afirmó.
El despliegue policial promete ser amplio, mientras la anticipación crece en una ciudad que busca balancear la expresión ciudadana con el control del orden público.
Las recientes redadas de inmigración en California, específicamente en el condado de Ventura, están generando un impacto significativo en la industria agrícola del estado, que es responsable de producir una gran parte de los alimentos consumidos en Estados Unidos.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, afirmó que la ciudad no necesita intervención federal para gestionar las protestas previstas, asegurando que el NYPD está preparado y en coordinación con autoridades nacionales. Afirmó que se garantizará el derecho a manifestarse pacíficamente, pero advirtió que no se tolerarán actos violentos o delictivos. La comisionada Jessica Tisch reforzó el mensaje: quienes cometan delitos durante las protestas serán arrestados y enfrentarán una respuesta inmediata.
Organizaciones defensoras de los derechos de inmigrantes y sindicatos laborales pusieron en marcha una respuesta rápida y coordinada de 30 días frente a las deportaciones masivas. La campaña, titulada “Verano de Resistencia: Esperanza en Acción, Fuerza en Unidad”, exige la suspensión inmediata de las expulsiones y apela a métodos no violentos como ayunos, oraciones, actividades artísticas y talleres sobre derechos legales.