Un vuelo que iba a Los Ángeles regresó de emergencia a Hawái tras hallar un mensaje amenazante en el baño

El vuelo UA1169 de United Airlines, que despegó del Aeropuerto Internacional Daniel K. Inouye en Honolulu y tenía como destino el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, experimentó un cambio significativo en su trayectoria debido a una “potencial amenaza de seguridad”, informó Fox News. El avión, un Boeing 777, partió el martes por la noche a las 9:40 p.m., pero apenas una hora y media después de haber despegado, realizó un giro pronunciado regresando a su punto de origen.

Según Hawaii News Now, la causa de este desvío fue una inquietante inscripción hallada en el espejo de uno de los baños, lo cual se catalogó como una posible amenaza. Una vez que la aeronave aterrizó de manera segura de regreso en Honolulu, cerca de la 1:35 a.m., las autoridades abordaron el avión para realizar una inspección exhaustiva.

Si bien se confirmó la presencia de la amenaza escrita, no se divulgaron más detalles acerca del contenido exacto del mensaje o si se encontraron objetos sospechosos adicionales, señaló Fox News. Este evento forma parte de una serie de incidentes que apuntan a posibles amenazas a la seguridad en la aviación, sumando precauciones adicionales en los protocolos de respuesta inmediata ante cualquier señal de riesgo potencial.

Con 339 pasajeros y 10 miembros de la tripulación a bordo, la prioridad de la aerolínea fue garantizar su seguridad y gestionar eficazmente la situación durante el vuelo y tras el aterrizaje. Este suceso subraya la importancia de las medidas y protocolos de seguridad en la aviación, especialmente en vuelos comerciales de gran envergadura que transportan un considerable número de pasajeros entre destinos internacionales.

Aunque las autoridades procedieron a una inspección detallada del Boeing 777, la aerolínea y las fuerzas del orden se han mostrado discretas respecto a cualquier hallazgo específico. El FBI de Honolulu fue llamado a intervenir en la investigación, tomando el liderazgo en las indagaciones sobre la supuesta amenaza de seguridad.

La policía de Honolulu ha direccionado cualquier pregunta referente a los avances de la investigación al FBI, subrayando la coordinación interinstitucional necesaria al enfrentar potenciales amenazas de seguridad en el ámbito aéreo.

En respuesta al incidente, United Airlines tomó medidas inmediatas para garantizar el bienestar de sus pasajeros y tripulación, así como para minimizar el impacto del suceso en los itinerarios de viaje. Después de que el avión regresara de manera segura, un portavoz de la aerolínea confirmó a Fox News que los pasajeros serían reubicados en otro vuelo hacia Los Ángeles, partiendo más tarde esa misma noche. Este reacomodo buscaba reducir las molestias ocasionadas por la interrupción del vuelo original.

La aerolínea aseguró que tiene un compromiso de colaborar estrechamente con las autoridades, asegurando que la seguridad de sus clientes y empleados es siempre una prioridad máxima. Si bien la empresa ha mantenido la confidencialidad respecto a los detalles del contenido encontrado en el avión, han sido transparentes respecto a los procedimientos de respuesta adoptados.

Además, la aerolínea se ha reservado mayores comentarios mientras continúa la investigación llevada a cabo por las autoridades competentes, particularmente el FBI, lo cual remarca la sensibilidad del asunto.

El incidente ocurrido en el vuelo UA1169 de United Airlines se inscribe en un contexto de alerta generalizada respecto a la seguridad aérea, especialmente tras reportes de amenazas similares en vuelos. Otro incidente paralelo ocurrió en un vuelo de Hawaiian Airlines que salió de San Diego hacia Honolulu. En este caso, un pasajero fue detenido tras reportarse un presunto aviso de bomba a bordo, lo cual generó un despliegue de seguridad significativo.

En el vuelo de Hawaiian Airlines, la advertencia fue comunicada por un asistente de vuelo al capitán, quien a su vez alertó a la policía. Sin embargo, después de que las autoridades realizaron una búsqueda exhaustiva del avión, no se encontró ningún objeto sospechoso, permitiendo que el vuelo despegara con un retraso de aproximadamente seis horas de su horario inicial.