
El choque del buque escuela Cuauhtémoc de la Armada de México contra el emblemático Puente de Brooklyn dejó dos muertos y 19 heridos, según revelaron las autoridades estadounidenses y mexicanas.
La colisión ocurrió el sábado 17 de mayo por la noche mientras la embarcación maniobraba en el congestionado puerto de Nueva York, un área conocida por su navegación desafiante debido a corrientes rápidas, canales estrechos y fuertes vientos.
De acuerdo con un análisis de The Associated Press, el Cuauhtémoc estaba enfrentando una corriente ascendente en el río Este y vientos de aproximadamente 16 kilómetros por hora cuando impactó de reversa contra el puente, colapsando sus tres mástiles.
Videos tomados por testigos en el lugar muestran cómo el navío retrocedía a alta velocidad, lo cual sugiere una posible falta de control del motor por parte del capitán. Según declaró al medio el experto marítimo, Sal Mercogliano, “la combinación de la altura del buque, una fuerte corriente, vientos intensos y la falta de un remolcador controlado fueron factores que contribuyeron a la tragedia”.

El Cuauhtémoc, de casi 90 metros de largo, había terminado su visita a Nueva York como parte de una gira diplomática global por 15 naciones. Estaba atracado en la zona turística conocida como South Street Seaport, donde había recibido a numerosos visitantes en los días previos al accidente.
Durante las maniobras de desatraque y navegación en el canal, el buque estuvo acompañado inicialmente por el remolcador Charles D. McAllister, de 1.800 caballos de fuerza, según datos de seguimiento marítimo y otros registros.
Sin embargo, este remolcador se apartó demasiado pronto, dejando a la embarcación vulnerable en un entorno que requería apoyo continuo. El remolcador intentó acercarse nuevamente al buque al percatarse de la situación, pero llegó demasiado tarde para prevenir el impacto.
El naufragio generó preguntas inmediatas sobre la supervisión y los procedimientos marítimos en el puerto. Un aspecto que ha despertado preocupación es si se realizaron las pruebas recomendadas de motor y propulsión entre seis y doce horas antes de la partida, según señaló Mercogliano al medio. “No es como un automóvil en el que simplemente cambias de marcha; cada detalle importa en estas operaciones”, afirmó.
Victimas mortales
Entre las víctimas mortales se encuentra América Yamilet Sánchez, de 20 años, cadete de la Academia Naval de México. Su tía, María del Rosario Hernández Jacome, compartió a AP que Sánchez había hablado con su madre horas antes del accidente, expresando entusiasmo por la próxima escala de la embarcación en Islandia.

“Ella estaba emocionada por su aprendizaje y la oportunidad de representar a su país”, recordó Hernández desde su casa en Xalapa, Veracruz, donde familiares y amigos se han reunido para rendir homenaje a la joven. El velorio de Sánchez se organizó con un altar simple, adornado con su fotografía y velas.
El Puente de Brooklyn
El accidente también planteó dudas sobre el estado del Puente de Brooklyn, una pieza clave de la infraestructura de Nueva York con 142 años de antigüedad. El alcalde Eric Adams declaró que la estructura no sufrió daños significativos y que el tráfico sobre el puente solo se vio interrumpido momentáneamente.
Sin embargo, para los más de 270 tripulantes del Cuauhtémoc, el impacto resultó catastrófico. Cuatro personas presentaron heridas graves, y otro joven, Adal Jair Marcos, murió posteriormente. Autoridades estadounidenses y mexicanas han iniciado investigaciones paralelas del caso.
La Guardia Costera de Estados Unidos estableció una zona de seguridad de 46 metros alrededor del Cuauhtémoc, que quedó amarrado en el muelle 35 en el bajo Manhattan después del accidente.
Según informó The Associated Press, investigadores y miembros de la tripulación fueron vistos trabajando en el lugar el domingo. La evaluación de los daños en la nave aún está en curso.

Grandes embarcaciones
La colisión también ha puesto en el foco los riesgos de transportar grandes embarcaciones por puertos históricos con restricciones físicas, como el puente Francis Scott Key en Baltimore, donde un incidente similar involucró a un buque portacontenedores en 2022.
Mercogliano destacó que dicho evento llevó a las autoridades portuarias de Baltimore a implementar medidas más estrictas, incluyendo escoltas obligatorias de remolcadores hasta que las embarcaciones salgan a mar abierto.
El senador demócrata por Nueva York, Chuck Schumer, enfatizó la necesidad de una investigación exhaustiva sobre los motivos detrás del accidente. Según sus declaraciones al mismo medio, se debe examinar si las decisiones relacionadas con el personal y la preparación de la Guardia Costera de Estados Unidos, incluidas las congelaciones de contratación durante la administración de Donald Trump, pudieron haber tenido algún impacto.
Este trágico episodio sucede en un momento en que los puertos de Estados Unidos se preparan para retos históricos. En julio de 2026, se espera que el puerto de Nueva York reciba la mayor flotilla de buques escuela jamás vista, en conmemoración por el 250º aniversario de la independencia del país.
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