Una cámara en casa reveló el horror: enfermera fue arrestada por abuso a joven cuadripléjica en Florida

Una enfermera de atención domiciliaria fue arrestada en el estado de Florida tras ser acusada de haber cometido abusos físicos contra una paciente discapacitada bajo su cuidado. Las pruebas del caso provienen de grabaciones de una cámara de seguridad que documentaron los hechos ocurridos en la ciudad de St. Cloud, en el condado de Osceola.

Nia Ayers, de 24 años, enfrenta cargos por abuso agravado contra una persona discapacitada, luego de que las autoridades revisaran el material proporcionado por la madre de la víctima. La joven agredida es una mujer de 18 años, no verbal y cuadripléjica, diagnosticada con parálisis cerebral, quien depende de asistencia permanente para sus funciones vitales y no puede defenderse ni comunicar un pedido de ayuda.

La acusación formal fue anunciada por el Departamento de Policía de St. Cloud, que también confirmó que Ayers se entregó de manera voluntaria el pasado 7 de mayo y fue recluida en el Departamento Correccional del Condado de Osceola al día siguiente, donde permanece detenida sin derecho a fianza. “Este es un acto verdaderamente atroz. La víctima en este caso está completamente incapacitada para defenderse o pedir ayuda”, afirmó el jefe de policía Douglas Goerke en un comunicado oficial difundido a los medios.

De acuerdo con el informe policial, la madre de la víctima se percató de que su hija presentaba varios cortes y marcas visibles en el rostro. Ante esas señales físicas, revisó el sistema de cámaras de seguridad instalado en su hogar. En las grabaciones, según detalló la policía, se observa a Nia Ayers colocando cinta adhesiva sobre la boca de la joven en múltiples ocasiones, para luego retirarla bruscamente.

En otro fragmento de video, Ayers aparece presionando un paño húmedo contra el rostro de la paciente, cubriéndole la boca por completo. Además, la enfermera fue grabada mientras manipulaba violentamente el dispositivo de asistencia respiratoria tipo BiPAP, sacudiéndolo mientras seguía conectado a la nariz de la joven.

“Las imágenes obtenidas fueron determinantes para proceder con la acusación penal”, confirmó la Policía de St. Cloud en su nota de prensa, en la que también agradecieron a la madre de la víctima por haber documentado y denunciado los hechos a tiempo.

La joven agredida padece parálisis cerebral, condición que la deja sin movilidad en las extremidades y sin posibilidad de comunicarse verbalmente. Su estado requiere la asistencia constante de personal especializado, así como el uso de equipos médicos como el sistema de ventilación BiPAP, que ayuda a mantener sus funciones respiratorias básicas.

La dependencia física y la imposibilidad de expresar dolor o malestar convierten a pacientes en esta condición en personas altamente vulnerables frente a cualquier forma de negligencia o abuso. De ahí la gravedad del caso, según señalaron las autoridades en la presentación de los cargos. “No hay forma en que ella pueda defenderse, gritar o avisar si algo anda mal. Su única protección eran los ojos atentos de su madre y esas cámaras”, comentó el jefe Goerke en declaraciones recogidas por medios locales.

El delito por el cual se procesa a Nia Ayers está tipificado como abuso agravado contra una persona discapacitada o de edad avanzada, una infracción grave en el estado de Florida. La mujer fue recluida el 8 de mayo en la cárcel del condado de Osceola tras entregarse voluntariamente a las autoridades el día anterior.

Al momento de su ingreso, no se le otorgó derecho a fianza, por lo que continuará detenida mientras avanza el proceso judicial. La Fiscalía del estado no ha informado aún si presentará cargos adicionales o si abrirá una investigación sobre la empresa o institución para la que Ayers trabajaba al momento de los hechos.

Las autoridades no han revelado el nombre de la compañía responsable de su contratación, ni si existían antecedentes previos de negligencia en sus servicios. Tampoco se conoce si la joven víctima recibía atención médica adicional por parte de otros profesionales o si el abuso ocurrió en más de una ocasión.

Aunque los informes policiales no incluyen declaraciones públicas de la madre, se sabe que fue ella quien detectó las lesiones y quien entregó las grabaciones a la policía local. Su decisión fue crucial para iniciar la investigación y detener el presunto abuso. “Este es un caso que demuestra la importancia del monitoreo en entornos de atención domiciliaria”, concluyó el comunicado de la policía.

El caso sigue bajo investigación y se espera que la fiscalía presente más pruebas en los próximos días. La comunidad de St. Cloud ha expresado conmoción por la brutalidad de los hechos, y se han levantado llamados para reforzar los mecanismos de vigilancia y protección en servicios de cuidado para personas con discapacidad.

La historia, por ahora, permanece abierta, pero el expediente ya incluye imágenes contundentes y un delito considerado de alta gravedad. Nia Ayers está bajo custodia y enfrenta la posibilidad de una condena ejemplar si los cargos se confirman en juicio.