Con críticas del presidente de Sudáfrica, Estados Unidos recibió a 49 afrikáneres como refugiados: “Lo que dice no es cierto”

El mandatario sudafricano negó que exista persecución contra ese grupo étnico y aseguró que no cumplen los requisitos para obtener asilo internacional

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FOTO DE ARCHIVO: Manifestantes sostienen
FOTO DE ARCHIVO: Manifestantes sostienen pancartas en apoyo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por su postura contra lo que él califica como leyes racistas, expropiación de tierras y ataques a granjas, frente a la embajada estadounidense en Pretoria, Sudáfrica, el 15 de febrero de 2025 (REUTERS/Siphiwe Sibeko/Foto de archivo)

La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó este lunes el arribo a Estados Unidos de un grupo de 49 sudafricanos blancos, identificados como afrikáneres, tras concederles estatus de refugiados por supuesta persecución en Sudáfrica.

La decisión ha sido fuertemente rechazada por el gobierno del presidente Cyril Ramaphosa, que niega la existencia de tal persecución y asegura que los recién llegados no cumplen los criterios internacionales para ser considerados refugiados.

“Es una situación terrible la que está ocurriendo”, declaró Trump en una conferencia de prensa en Washington, donde defendió su decisión de hacer una excepción en su política migratoria, hasta ahora marcada por severas restricciones. “Hemos extendido la ciudadanía a esas personas para que escapen de esa violencia y vengan aquí”, agregó. El mandatario insistió en que los afrikáneres enfrentan “una especie de genocidio” en su país de origen.

El grupo fue recibido bajo un esquema de reasentamiento acelerado y será distribuido entre comunidades rurales en Texas, Idaho y Dakota del Sur, según datos del Departamento de Seguridad Nacional. Trump sostuvo que su decisión no se basa en criterios raciales: “Resulta que son blancos, pero si son blancos o negros para mí no marca ninguna diferencia”, aseguró.

La reacción desde Sudáfrica fue inmediata. El presidente Ramaphosa declaró haber hablado directamente con Trump para desmentir sus afirmaciones. “Lo que se está diciendo no es cierto”, afirmó. “Un refugiado es alguien que tiene que abandonar su país por miedo a la persecución política, religiosa o económica. Y no encajan en esa categoría”.

El presidente de Sudáfrica, Cyril
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa (Kremlin/dpa)

Durante una intervención en un foro en Abiyán, Costa de Marfil, Ramaphosa subrayó que Sudáfrica es “el único país del continente donde los colonizadores vinieron para quedarse y nunca los hemos echado”. El presidente se refirió a los afrikáneres, descendientes de colonos holandeses, quienes impusieron el régimen de apartheid derrocado en 1994.

El ministro sudafricano de Relaciones Exteriores, Ronald Lamola, reforzó la posición del Ejecutivo al declarar que “no hay evidencia de que los afrikáneres estén siendo perseguidos o sean blanco de asesinatos sistemáticos”. De acuerdo con datos oficiales, la mayoría de las víctimas de homicidios en Sudáfrica son hombres jóvenes negros residentes en zonas urbanas.

Desde la sociedad civil sudafricana, el autor afrikáner Max du Preez calificó la narrativa del “genocidio blanco” como una distorsión de la realidad. “Las personas que ahora han huido probablemente se han visto motivadas por consideraciones financieras y/o por una falta de voluntad de vivir en una sociedad post-apartheid donde los blancos ya no tienen el control”, dijo a medios locales.

En la actualidad, los blancos constituyen el 7,3% de la población sudafricana y mantienen, en promedio, un nivel de vida más elevado que la mayoría negra. Los afrikáneres, en particular, conservan influencia en sectores clave como la agricultura y los negocios.

La decisión de Trump se suma a una serie de fricciones diplomáticas entre Washington y Pretoria, cuyas relaciones se han deteriorado en los últimos meses por desacuerdos sobre la guerra en Gaza, el alineamiento sudafricano con el bloque de economías emergentes BRICS, y los lazos con China.

Mientras tanto, diversas organizaciones de derechos humanos y analistas advierten que la medida podría abrir un precedente político que redefina los criterios de asilo y profundice las tensiones raciales en el contexto internacional.

(Con información de EFE, AFP y AP)