Científica de Harvard arrestada por ICE lleva tres meses detenida mientras su salud se deteriora

Kseniia Petrova lleva tres meses retenida en un centro de detención en Luisiana en condiciones desplorables

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Amigo y biólogo británico toca
Amigo y biólogo británico toca piano para Kseniia Petrova por teléfono cada noche. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Desde un centro de detención en Luisiana, Kseniia Petrova, una científica de 30 años vinculada a Harvard, escucha cada noche las notas de piano que su mejor amigo, Will Trim, interpreta desde Boston.

Esta peculiar conexión, que se interrumpe abruptamente tras 15 minutos debido a las restricciones de las llamadas telefónicas, se ha convertido en un refugio emocional para Petrova, quien lleva casi tres meses detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).

Según informó USA Today, Petrova, quien no tiene antecedentes penales ni migratorios, es una de las muchas personas atrapadas en la intensificación de las políticas migratorias.

La historia de Petrova en EEUU y su detención

Científica rusa de 30 años
Científica rusa de 30 años detenida al regresar de un viaje a Francia. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Petrova, originaria de Rusia, llegó a Estados Unidos como investigadora en computación y trabajaba en proyectos de vanguardia sobre envejecimiento y longevidad en la Escuela de Medicina de Harvard.

Su detención ocurrió en febrero, cuando regresaba de un viaje a Francia. Según el Departamento de Seguridad Nacional, fue interceptada en la zona de entrega de equipajes por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), quienes alegaron que no había declarado adecuadamente unas muestras biológicas no peligrosas que transportaba para su laboratorio.

Aunque estas muestras podrían haber sido simplemente retenidas y Petrova multada, las autoridades optaron por cancelar su visa J-1 y entregarla al ICE, lo que resultó en su traslado al Centro de Corrección Richwood en Monroe, Luisiana.

De acuerdo con USA Today, Petrova había huido de Rusia tras ser señalada por el gobierno de Vladimir Putin debido a su participación en protestas contra la guerra en Ucrania.

Antes de su llegada a Estados Unidos, trabajó en el proyecto Genome Russia, dedicado a mapear la variación genética de la humanidad.

Su compromiso con sus ideales y su valentía al enfrentarse a las autoridades rusas impresionaron a Trim, un biólogo británico que también trabaja en Harvard y que se ha convertido en su principal apoyo durante este difícil periodo.

Las detenciones causan afectaciones tanto físicas como psicológicas

Condiciones insalubres en centro de
Condiciones insalubres en centro de detención de Luisiana afectan su salud. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según el medio, las políticas de deportación han llevado a la detención de personas de diversos perfiles, incluidos estudiantes internacionales, inmigrantes con permisos legales de trabajo, residentes permanentes e incluso académicos de renombre como Petrova.

Aunque la detención migratoria no debería ser punitiva, los centros de detención a menudo se asemejan a prisiones, con condiciones que afectan tanto física como emocionalmente a los detenidos.

Trim ha visitado a Petrova en tres ocasiones y planea un cuarto viaje a Monroe, una ciudad con poco más de 46.000 habitantes.

Cada visita implica estrictas medidas de seguridad, como pasar por un doble cerco con alambre de púas.

Durante las reuniones, solo se les permite un breve abrazo al inicio y al final de las dos horas asignadas. Trim ha notado un deterioro en la salud de Petrova, observando cambios en su piel, cabello y uñas, lo que atribuye a las condiciones del centro de detención.

Aunque le envía dinero para que compre multivitaminas en la comisaría, considera que esto no es suficiente para contrarrestar los efectos de su confinamiento.

La rutina de Petrova dentro del centro de detención

Para Petrova, los días transcurren
Para Petrova, los días transcurren en una celda fría con 101 mujeres. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La rutina diaria de Petrova en el centro de detención contrasta drásticamente con la vida que llevaba en Boston. Antes de su detención, compartía un apartamento con Trim cerca de Fenway Park, donde ambos disfrutaban de actividades simples como cocinar, discutir sobre ciencia y escuchar música clásica.

Ahora, Petrova pasa sus días en una sala fría junto a otras 101 mujeres, con acceso limitado a libros y llamadas telefónicas. Trim le envía libros desde Amazon, siguiendo las estrictas normas del centro, y ella actualmente lee Transformer, de Nick Lane, un texto sobre bioquímica que explora los orígenes y el fin de la vida.

La audiencia judicial que podría definir el futuro de Petrova está programada para el 14 de mayo.

Mientras tanto, tanto ella como Trim intentan adaptarse a esta nueva realidad. Por las noches, él camina por las calles de Boston hasta que llega la hora de tocar el piano para ella.

Aunque la música no puede resolver su situación, se ha convertido en un vínculo que les permite mantener viva una parte de la vida que compartían antes de que las políticas migratorias los separaran.