Científicos de la NASA explican cómo será cuando la Tierra deje de ser habitable

El calentamiento solar alterará el equilibrio atmosférico, eliminando el CO₂ y condenando a la vida compleja a la extinción en el próximo milenio geológico, según investigaciones

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La NASA y la Universidad
La NASA y la Universidad Toho prevén que la Tierra perderá su oxígeno en aproximadamente mil millones de años. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El oxígeno en la atmósfera terrestre tiene una fecha de caducidad. Un estudio de la NASA y la Universidad Toho concluyó que dentro de aproximadamente mil millones de años, la Tierra dejará de ser un planeta habitable al perder su capacidad para sostener la fotosíntesis y, con ella, la producción de oxígeno.

Esta transformación, impulsada por el aumento progresivo de la radiación solar, alterará de forma irreversible el equilibrio químico que ha permitido la existencia de vida compleja durante millones de años.

El estudio, dirigido por Kazumi Ozaki, de la Universidad Toho, y Christopher Reinhard, del Instituto Nexus for Exoplanet System Science de la NASA, utilizó simulaciones de gran escala para prever cómo evolucionará la atmósfera terrestre a largo plazo.

Los investigadores estimaron que, aunque el colapso total del oxígeno ocurrirá en unos mil millones de años, los efectos iniciales de esta transformación podrían comenzar a notarse dentro de 10.000 años.

La desaparición del CO₂ impedirá
La desaparición del CO₂ impedirá la fotosíntesis, cortando la producción de oxígeno esencial para la vida compleja. (NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben/REUTERS)

Un efecto dominó impulsado por el Sol

Según los científicos, el proceso será consecuencia directa del aumento gradual de la luminosidad solar. Este fenómeno, que ha estado ocurriendo durante millones de años, provocará la ruptura de las moléculas de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera.

A medida que los niveles de CO₂ disminuyan, las plantas no podrán realizar la fotosíntesis. “Sin fotosíntesis, cesará la producción de oxígeno atmosférico”, explicó Ozaki.

La desaparición del CO₂ iniciará una reacción en cadena que conducirá a la desertificación del planeta. La Tierra regresará a un estado similar al que tenía hace miles de millones de años, antes de la aparición de la vida compleja. “Sin plantas, no habrá oxígeno disponible para animales o humanos”, añadió Reinhard.

Los primeros signos de esta
Los primeros signos de esta transformación podrían aparecer dentro de 10.000 años. (NASA)

Consecuencias para la vida y el ambiente

El agotamiento del oxígeno marcará el fin de todas las formas de vida complejas. La pérdida de la capa de ozono, que depende de la presencia de oxígeno, expondrá la superficie terrestre a niveles letales de radiación solar. Solo algunos microorganismos anaeróbicos, que no requieren oxígeno para sobrevivir, podrían adaptarse a las nuevas condiciones.

Además, el desequilibrio atmosférico provocará un aumento en las concentraciones de metano (CH₄). Este gas, que también es un potente contribuyente al efecto invernadero, acelerará la degradación de la atmósfera y la toxicidad del aire. “El futuro de la Tierra será radicalmente distinto al presente”, advirtieron los autores del estudio.

Aunque la transformación ocurrirá en un futuro remoto, los hallazgos tienen repercusiones inmediatas para la astrobiología y la investigación de exoplanetas. Según los científicos, comprender estos procesos es crucial para evaluar la habitabilidad de otros mundos. “Nuestro modelo ofrece una nueva perspectiva sobre los ciclos de vida de los planetas habitables”, destacó Reinhard.

El aumento del metano (CH₄)
El aumento del metano (CH₄) acelerará la degradación de la atmósfera y la toxicidad del aire. (NASA/SDO)

El estudio también obliga a reconsiderar los parámetros utilizados en la búsqueda de vida en otros planetas. “Los exoplanetas que hoy parecen habitables podrían perder esa capacidad con el tiempo, igual que la Tierra”, señaló Ozaki.

La fragilidad de la vida terrestre

Para la humanidad actual, el descubrimiento subraya la vulnerabilidad de los sistemas que sostienen la vida en la Tierra. Aunque ninguno de los seres humanos vivos hoy presenciará el agotamiento del oxígeno, el conocimiento de que este recurso no es eterno invita a reflexionar sobre la necesidad de preservar el equilibrio ambiental.

“El oxígeno no durará para siempre. Esta realidad nos recuerda que incluso los elementos más básicos de nuestra existencia son transitorios”, concluyeron los investigadores.

Frente a este escenario, algunos científicos ya estudian tecnologías que podrían prolongar la habitabilidad terrestre o facilitar la migración hacia otros cuerpos celestes. Sin embargo, tales soluciones siguen siendo especulativas y enfrentan enormes desafíos técnicos y éticos.