Una niña iba a su escuela en Colorado, pero nunca volvió: una llamada al 911 reveló la cruel verdad

La desaparición y asesinato de Jessica Ridgeway conmocionaron a toda una comunidad marcando un antes y un después en la seguridad infantil

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La desaparición de una niña
La desaparición de una niña de 10 años impulsó reformas y dejó cicatrices profundas en una comunidad. (Departamento de Policía de Westminster)

El 5 de octubre de 2012, Jessica Ridgeway, una niña de 10 años residente en Westminster, Colorado, desapareció en horas de la mañana mientras se dirigía a la Escuela Primaria Witt, situada aproximadamente a 1,6 kilómetros de su hogar. Según CBS News, la menor solía encontrarse con sus amigas en un parque camino a la escuela, pero ese viernes no llegó ni al parque ni al establecimiento educativo.

Al notar su ausencia, el personal de la escuela contactó a la madre de Jessica alrededor de las 10 de la mañana y le dejó un mensaje de voz. Sin embargo, la madre, que estaba dormida en ese momento, no recibió el mensaje hasta más tarde. Fue entonces cuando notificó a la policía sobre la desaparición de su hija.

Posteriormente, se emitió una Alerta Amber y comenzaron extensas búsquedas para localizar a Jessica. Según The Denver Post, las autoridades recopilaron cientos de muestras de ADN de personas del vecindario durante la investigación inicial.

Hallazgos iniciales

Dos días después de la desaparición de Jessica Ridgeway, las autoridades hallaron su mochila empapada con restos de orina y sus gafas. Al no estar cerca de la menor, el descubrimiento intensificó las preocupaciones sobre el bienestar de la niña.

Menos de una semana después de que se reportara la desaparición, los restos desmembrados de Jessica fueron localizados dentro de bolsas negras en un campo en la localidad cercana de Arvada, de acuerdo con The Denver Post. Este macabro hallazgo transformó la búsqueda de la niña en una investigación de homicidio.

Investigación y perfil del sospechoso

Tras el descubrimiento de los restos de la niña, la investigación tomó un giro decisivo. El FBI se incorporó al caso y difundió un perfil conductual del posible autor del crimen, según informó ABC News. Esta estrategia buscaba identificar patrones de comportamiento que pudieran ayudar a estrechar el círculo de sospechosos.

De manera paralela, la policía local llevó a cabo una recolección masiva de muestras de ADN de los residentes del área. The Denver Post señaló que se obtuvieron cientos de muestras, con el propósito de compararlas con el material hallado en las evidencias recuperadas en la escena del crimen y otros objetos personales de Jessica.

Confesión y arresto de Austin Sigg

El 23 de octubre de 2012 se produjo un avance crucial en la investigación cuando Mindy Sigg, madre de Austin Sigg, realizó una llamada al 911. En la comunicación, que fue obtenida por CBS4, la mujer expresó: “Hola, necesito que vengan a mi casa. Mi hijo quiere entregarse por el asesinato de Jessica Ridgeway”.

Ante las preguntas del operador, la madre aclaró que su hijo le había confesado el crimen y proporcionado detalles específicos, incluyendo que los restos de Jessica se encontraban en su vivienda.

Durante esa llamada, Mindy pasó el teléfono a su hijo. Austin, de 17 años, declaró: “No entiendo exactamente por qué me hacen estas preguntas. Asesiné a Jessica Ridgeway”.

Además, Austin admitió haber atacado previamente a una corredora y reconoció tener armas en su casa. “Tengo cuchillos en mi habitación, y poseemos algunas armas de fuego, pero, me estoy entregando por completo, no habrá ninguna resistencia”, afirmó.

Científicos forenses investigan y recolectan
Científicos forenses investigan y recolectan evidencia en un campo, usando herramientas especializadas para resolver casos criminales. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Detalles del crimen

De acuerdo con The Denver Post, Austin Sigg confesó a la policía que había capturado a Jessica Ridgeway mientras ella pasaba junto a su vehículo. Sin haber tenido contacto previo con la víctima, la obligó a subir al asiento trasero de su coche y le ató las muñecas y tobillos utilizando cintas plásticas.

En los interrogatorios, Austin relató: “Le mentía. Le decía que todo iba a estar bien. Solo le mentía”. Posteriormente, trasladó a Jessica hasta la casa de su madre, ubicada a aproximadamente 1,6 kilómetros de donde la había secuestrado. Allí, la estranguló y desmembró su cuerpo.

Aunque inicialmente negó haber agredido sexualmente a la niña, más tarde admitió ese delito. Los restos faltantes de Jessica fueron recuperados por las autoridades en un espacio reducido bajo el piso de la casa de la madre de Austin.

Proceso judicial

A finales de octubre de 2012, Austin Sigg fue acusado como adulto de asesinato en primer grado, agresión sexual, secuestro y otros cargos vinculados a la muerte de la menor. Durante la investigación también se hallaron materiales de abuso sexual infantil, lo que llevó a que se añadieran cargos por explotación sexual infantil.

Además de los delitos relacionados con Jessica, enfrentó cargos separados por el intento de secuestro de una corredora de 22 años, un incidente que, según NBC News, había ocurrido meses antes del asesinato.

En octubre de 2013, dos días antes de que comenzara su juicio por asesinato, Austin se declaró culpable de 15 cargos relacionados con ambos casos, informó el medio. Fue sentenciado a cadena perpetua con la posibilidad de libertad condicional después de 40 años. No pudo ser condenado a la pena de muerte porque tenía menos de 18 años en el momento del crimen.

Durante el juicio, la defensa argumentó que problemas de salud mental no tratados habían afectado la capacidad de Austin para comprender sus actos. Sin embargo, la fiscalía sostuvo, según KDVR, que “es alguien que obtiene placer del dolor. Obtiene placer del desmembramiento. Cualquier afirmación de que este hombre carecía de la función ejecutiva para planificar y ejecutar un plan queda refutada por sus acciones”.

La abuela de Jessica, presente en la audiencia de sentencia, calificó a Austin de “monstruo” que “destrozó el núcleo de nuestra familia”, reportó KDVR.

Consecuencias y memoria de Jessica

La muerte de Jessica Ridgeway dejó una profunda huella en la comunidad de Westminster y sus alrededores. Para honrar su memoria, se estableció el Jessica Ridgeway Memorial Park en el mismo parque donde solía encontrarse con sus amigas antes de dirigirse a la escuela.

Según el sitio web del parque, se incorporaron mariposas y tonos de color púrpura —el favorito de Jessica— para reflejar su “espíritu juguetón”. Cada año, el parque es utilizado por cientos de niños y adultos para actividades recreativas, momentos de reflexión y para recordar a Jessica.