Científico dijo tener la cura del VIH, pero resultó ser un asesino con un plan para silenciar a su socio

Serhat Gumrukcu, un investigador en Vermont, prometía avances médicos, pero escondía una red de mentiras, fraude millonario y un plan de ejecución por encargo

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Investigadores confirmaron que el “Príncipe
Investigadores confirmaron que el “Príncipe Turco” pagó a un sicario para ejecutar el crimen. (Instagram-@docserhat)

Un destacado caso en el que se entrelazan ciencia, fraude y un brutal asesinato ha llegado a su desenlace tras la condena a cadena perpetua del investigador biomédico Serhat Gumrukcu, de 42 años, por un tribunal federal en Vermont. El acusado, quien aseguraba haber desarrollado una “cura revolucionaria para el VIH”, fue hallado culpable en un juicio de cinco semanas por los cargos de asesinato por encargo, conspiración para cometer asesinato por encargo y conspiración para cometer fraude electrónico. El anuncio fue realizado por la Oficina del Fiscal del Distrito de Vermont.

De acuerdo con People, el crimen tuvo lugar en enero de 2018, cuando un hombre llamado Jerry Banks, contratado por intermediarios en nombre de Gumrukcu, secuestró y asesinó a Gregory Davis, un empresario de Vermont.

Según el Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ), Banks se presentó en la residencia de Davis en Danville, disfrazado de agente federal, y lo raptó usando una pistola. Al día siguiente, el cuerpo sin vida de la víctima, padre de seis hijos, fue hallado en un banco lleno de nieve no lejos de su casa. “Serhat Gumrukcu es un criminal implacable cuya avaricia lo llevó a ordenar la muerte de su propio socio comercial“, declaró a la prensa Craig L. Tremaroli, agente especial del FBI que estuvo a cargo del caso.

Una disputa que terminó en tragedia

Las tensiones entre Davis y Gumrukcu, según documentos oficiales, fueron generadas por un controversial acuerdo de millones de dólares relacionado con un proyecto biotecnológico basado en la afirmación de encontrar una cura para el VIH.

La víctima había amenazado con emprender acciones legales contra el acusado, no solo por dudosas actividades relacionadas con el fallido acuerdo relacionado con la enfermedad, sino también por su papel en un malogrado negocio de transacciones de petróleo, informó el DOJ. Fue este temor a ser delatado lo que llevó a Gumrukcu a planear el asesinato de Davis.

La complejidad del caso se extendió más allá del crimen, involucrando a varios intermediarios en la ejecución del plan. Según el DOJ, Gumrukcu utilizó la ayuda de su amigo cercano, Berk Eratay, quien facilitó el contacto con otro intermediario, Aaron Ethridge. Finalmente, este último contrató al ejecutor, Jerry Banks, para llevar a cabo el homicidio.

Sobre estos arreglos, el fiscal interino Michael P. Drescher afirmó a la prensa: “Serhat Gumrukcu trató de ocultar su participación en el asesinato de Gregory Davis al pagar a un hombre para que contratara a otro, que contactaría al sicario que disparó y mató a la víctima“.

NBC 5 informó que Banks mencionó que fue contratado por un individuo que se hacía llamar “el Príncipe Turco”, un título que, según los fiscales, el propio Gumrukcu habría adoptado. A esto se sumó el rastreo de ubicaciones móviles, registros bancarios y evidencias electrónicas que resultaron cruciales para implicar a los cuatro conspiradores involucrados en el caso.

La condena refleja la rigurosa
La condena refleja la rigurosa investigación de agencias policiales en Vermont. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La condena contra Gumrukcu

El juicio reflejó la magnitud de la investigación llevada a cabo por distintas agencias. El director de la Policía Estatal de Vermont, Matthew T. Birmingham, expresó a los medios: “El juicio es un reflejo del minucioso trabajo policial y las amplias evidencias recolectadas durante lo que sería una de las investigaciones más completas y complejas en la historia de la policía estatal de Vermont“. El funcionario concluyó asegurando que espera que esta condena ofrezca algo de consuelo a la familia de la víctima.

Gumrukcu continúa bajo custodia desde su arresto en mayo de 2022 y enfrenta una sentencia obligatoria de cadena perpetua, cuyo detalle aún no ha sido programado. Según el informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos, su estrategia de ocultamiento fue tan elaborada como nefasta, recurriendo a mentiras en múltiples entrevistas con el FBI.