A las 9:02 de la mañana del 19 de abril de 1995, una explosión estremeció el centro de Oklahoma City, dejando 168 muertos y más de 600 heridos. Treinta años después, el atentado perpetrado por Timothy McVeigh con un camión bomba frente al edificio federal Alfred P. Murrah sigue siendo el peor acto de terrorismo doméstico en la historia de Estados Unidos. Las imágenes de escombros, niños heridos y cuerpos entre las ruinas marcaron a una generación y transformaron la seguridad interna del país.
McVeigh, un veterano de guerra con ideas extremistas, planeó el ataque como represalia por un enfrentamiento armado en Waco, Texas, dos años antes. El atentado no solo fue una manifestación de violencia ideológica, sino también un punto de inflexión en la percepción del terrorismo interno. Desde entonces, el FBI intensificó su vigilancia sobre milicias antigubernamentales, movimientos supremacistas blancos y grupos armados con retórica conspirativa.
A lo largo de tres décadas del ataque, sobrevivientes y familiares de las víctimas se han reunido frente al memorial erigido donde antes estaba el edificio. El recuerdo de los fallecidos, entre ellos 19 niños que se encontraban en una guardería del lugar, se mantiene vivo con ceremonias, discursos y el repique de 168 campanas.
El Survivor Tree, o Árbol del Sobreviviente, es un olmo americano ubicado en el centro de Oklahoma City, se ha convertido en un símbolo de resiliencia tras sobrevivir a la explosión que marcó uno de los peores atentados en suelo estadounidense.
Antes del ataque, el árbol ya tenía valor para la comunidad: ofrecía la única sombra en el estacionamiento del centro de la ciudad, y muchos llegaban temprano para poder aparcar bajo sus ramas. El 19 de abril de 1995, estuvo a punto de ser talado para facilitar la recuperación de pruebas colgadas entre su follaje tras la detonación de una bomba de 4,000 libras, que mató a 168 personas y dejó a más de 600 heridas, a pocos metros de distancia.
La ceremonia terminó y comenzó la salida de la iglesia encabezada por la banda Oklahoma Fire Pipes & Drums, que guiará a los asistentes hacia el Field of Empty Chairs.
La Dra. Susan Chambers, presidenta de la junta, finalizó la ceremonia con indicando que se entregarán plántulas del Árbol del Sobreviviente frente al museo y que gracias al Cox Community Day, se podrá visitar el museo de forma gratuita hasta las 5:00 p.m.
El Oklahoma Standard es definido oficialmente por el Museo y Memorial Nacional de Oklahoma City como “una iniciativa estatal que preserva y promueve una cultura de ciudadanos solidarios mediante actos de servicio, honor y amabilidad”.
El término surgió en medios de comunicación y entre primeros respondedores tras el atentado de 1995. El entonces gobernador Frank Keating explicó a The Oklahoman en 2021 que el Oklahoma Standard se manifestó en la actitud “agresivamente generosa” de los habitantes del estado en los días posteriores a la tragedia.
Durante estas tres décadas, el Oklahoma Standard ha estado presente en las respuestas de la comunidad ante tornados, inundaciones, desastres naturales, la pandemia mundial, crisis económicas y otros desafíos.
El gobernador Kevin Stitt afirmó que cada momento desde el atentado ha sido una prueba de la resiliencia del pueblo de Oklahoma. “No nos reunimos con corazones pesados. Algo poderoso salió de los escombros: vimos lo mejor de Oklahoma. Vimos a policías, bomberos y primeros respondedores entrar entre los restos para buscar a sus compañeros. Vimos donaciones de sangre y una muestra palpable de la amabilidad del Oklahoma Standard, esa esencia que nos define”.
“Desde aquel día hasta hoy, seguimos honrando a los héroes: quienes se quedaron, los maestros, los trabajadores, los voluntarios, quienes cargaron con el peso cada año, en silencio. A los hijos que crecieron sin padres. Todos ellos representan la resiliencia y la fuerza”.
“El memorial no es solo un tributo a quienes perdimos, sino también a quienes aún están con nosotros. No se trata únicamente del horror de esa mañana, sino también de la esperanza que surgió después. Elegimos la esperanza sobre el miedo, la compasión sobre el caos. El Oklahoma Standard sigue vivo cada vez que enfrentamos las tragedias con los brazos abiertos”.
Luego de la intervención del expresidente Bill Clinton, el cantante Jordan Smith retoma su lugar en el escenario para entonar la última canción prevista para la ceremonia.
Durante la ceremonia conmemorativa, el senador estadounidense James Lankford subrayó la importancia de transmitir a las nuevas generaciones las lecciones aprendidas por Oklahoma City en estos 30 años: “el odio y la ira que las personas pueden desarrollar, la esperanza y el amor que pueden demostrar, los sacrificios que se pueden hacer y el poder de la gratitud y la resiliencia”.
Al cumplirse tres décadas del atentado, Lankford afirmó que este momento de reunión nacional permite mostrar de qué es capaz la gente. “Necesitamos enseñar esas lecciones a la siguiente generación y asegurarnos de que aprendan su historia”, señaló.
El senador llamó a mantener viva la memoria de lo ocurrido: “Contemos nuestra historia una vez más, para que el país no la olvide. Enseñemos cómo amar y perdonar. Recordémonos los días oscuros del pasado y cómo Dios camina con nosotros a través de ellos. Que incluso en el valle de sombra, Dios no nos olvida, y nosotros no olvidamos”.
Concluyó invitando a tomar el ejemplo de Oklahoma como guía para el país: “Demos el ejemplo al resto de la nación. El país puede aprender el Oklahoma Standard”.
El expresidente Bill Clinton recordó que hace exactamente 30 años, ese 19 de abril, salió a correr junto a los ganadores del Maratón de Boston, sin imaginar que sería un día marcado por la tragedia. “Pensé que sería un día diferente”, escribió, y añadió que al regresar a la Casa Blanca recibió las devastadoras noticias.“La bomba… ustedes saben mejor que yo: 168 muertos, 19 niños. Siempre me gusta comenzar ahí cuando hablo con la gente porque muchas veces digo ‘lo siento. Eso no debió pasar’”.
Clinton subrayó la importancia de nombrar el daño para poder transmitir un mensaje firme: “Debemos ser claros sobre el daño para hacer una declaración”. Y concluyó con una frase que resume el impacto persistente de aquel día: “Vivir con el daño (...) ese atentado nos cambió”, destacó el expresidente.
“El terrorista doméstico creyó que encendería una mecha que acabaría con el gobierno de Estados Unidos, con la democracia y con nuestro modo de vida. Pero en lugar de eso, como recordó el alcalde, ustedes respondieron con el Oklahoma Standard: ofrecieron servicio, honor y amabilidad”.
“En los últimos 30 años, han aprendido a sobrellevar sus pérdidas, pero el dolor no desaparece. Aún extrañan a quienes perdieron, pero han seguido amándolos, honrándolos y trabajando por reconstruir sus vidas y las de su comunidad. Ese recorrido, tan profundo y constante, ha sido una forma poderosa de redención”.
“Con ello, le dieron a Estados Unidos un regalo invaluable: cada año, sin importar nuestras diferencias —que las tenemos—, nos reunimos y encontramos la manera de seguir adelante juntos. Eso es el Oklahoma Standard: servicio, honor y amabilidad“.
Bill Clinton concluyó su participación afirmando que el atentado “conmovió profundamente al país y afectó aún más a todos ustedes. Pero al final, sacó lo mejor de Estados Unidos”.
Durante la ceremonia del 30º aniversario del atentado en Oklahoma City, el alcalde David Holt llamó a los presentes a mantener su compromiso con la resistencia frente al mal, evocando un mensaje de perseverancia colectiva: “Incluso cuando hayan pasado decenas de miles de mañanas, este compromiso del pueblo de Oklahoma City para mantenerse firme debe perdurar”.
Recordó las palabras del expresidente Bill Clinton tres años después del ataque: “Estaremos con ustedes todos los días que sea necesario”, y afirmó que, aunque Clinton hizo esa promesa, “todos nosotros la confirmamos”.
El alcalde instó a que, aun con el peso de la pérdida, con sillas vacías o dolores permanentes, la comunidad siga demostrando el espíritu del Oklahoma Standard en cada acción. “Me presento como su alcalde y prometo que ninguna prioridad en esta ciudad estará por encima de nuestra unión con ustedes y sus familias, que perdieron tanto”, expresó.