Por qué los precios de la gasolina aumentaron en California: estas son las razones

Las diferencias entre regiones llegan a más de un dólar por galón, revelando una marcada desigualdad de precios en el “Estado Dorado”

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La transición al verano impulsa
La transición al verano impulsa la demanda de gasolina y los precios en todo California, según la American Automobile Association. (REUTERS/Mike Blake)

Durante la última semana de marzo de 2025, los conductores californianos enfrentaron un incremento notable en el precio de la gasolina. Según datos difundidos por la American Automobile Association (AAA), el precio promedio por galón de gasolina regular sin plomo en el estado alcanzó los 4,81 dólares al iniciar abril, lo que representa un aumento de 16 centavos respecto a la semana final de marzo. Esta cifra, sin embargo, permanece prácticamente estable en relación con el mes previo y aún es 28 centavos inferior al valor registrado el 31 de marzo de 2024.

Según KTLA, la disparidad entre los distintos condados del estado es significativa. Mono County, donde se encuentra el centro turístico invernal de Mammoth Mountain, encabeza la lista con un precio promedio de 5,80 dólares por galón. En el otro extremo, Imperial County muestra el precio más bajo, con 4,50 dólares por galón. En tanto, los condados costeros del sur —incluyendo Los Ángeles, Orange, San Diego, Ventura y Santa Bárbara— se mantienen alineados con el promedio estatal, situándose en torno a los 4,80 dólares por galón.

California continúa ocupando el primer lugar entre los estados del país en cuanto al precio de la gasolina, muy por encima del promedio nacional, lo que refuerza su condición como el mercado más oneroso del país en este rubro.

Por qué aumentan los precios de gasolina en California

El incremento reciente en el precio de la gasolina en California responde en parte a factores estacionales y operativos específicos del mercado energético. La AAA explicó que “los precios de la gasolina típicamente empiezan a subir en esta época del año y alcanzan su pico durante el verano”. Esta dinámica estacional se repite anualmente, ya que el inicio de la primavera suele coincidir con el aumento de la demanda por viajes, mayor actividad vehicular y cambios en la mezcla de gasolina utilizada durante los meses cálidos.

No obstante, esta explicación general se ve reforzada por particularidades del sistema energético californiano. Patrick DeHaan, jefe de análisis de petróleo en la plataforma GasBuddy, destacó a KTLA que California enfrenta desafíos únicos: “un solo mantenimiento en una refinería puede tener un impacto significativo en los precios”.

DeHaan anticipó al medio que “los precios probablemente seguirán subiendo entre 10 y 25 centavos más por galón en la próxima semana o dos”, en tanto persistan los problemas operativos que afectan la producción local. En este sentido, el estado parece especialmente vulnerable a variaciones en la capacidad de refinación, lo que lo distingue de otras regiones del país menos dependientes de su infraestructura interna.

Expertos cuestionan las afirmaciones oficiales
Expertos cuestionan las afirmaciones oficiales sobre especulación y atribuyen los altos precios a políticas estatales acumulativas. (REUTERS/Joel Angel Juarez)

Críticas a la narrativa oficial y efectos de la política ambiental

El diagnóstico del gobernador Gavin Newsom sobre los precios del combustible en California ha generado objeciones por parte de expertos en energía y economía. Mientras que la administración estatal sostiene que las petroleras han “aprovechado la situación para aumentar sus márgenes de ganancia”, estudios recientes contradicen esta hipótesis.

Uno de ellos, elaborado por Michael Mische, profesor de la USC Marshall School of Business, afirma que no hay evidencia de una práctica generalizada de especulación o sobreprecio por parte de productores, refinadores o estaciones de servicio.

“La evidencia es abrumadoramente convincente”, señaló Mische a KTLA. A su juicio, “no hay pruebas de que el sector esté aplicando precios abusivos de forma sistemática”. En su lugar, atribuye los elevados precios a una acumulación de políticas dirigidas, regulaciones, tarifas e impuestos estatales que se suman en todas las etapas de la cadena de suministro.

DeHaan coincide con ese análisis. Cuestiona la idea de que las empresas petroleras actúan por codicia y plantea una interrogante que busca poner en entredicho la narrativa oficial: “si la causa fuera la especulación, ¿por qué solo ocurre en California y no en otros estados?”.

A pesar de estas críticas, la oficina de Newsom ha defendido su enfoque regulador. Un portavoz aseguró a KTLA que, desde la aprobación de una ley contra la especulación en 2023, el estado logró “evitar picos severos como el registrado en 2022” y cuenta con “más transparencia que nunca por parte de la industria”.

Prohibición de venta de autos
Prohibición de venta de autos a combustión en California para 2035 plantea desafíos logísticos y demanda inversión en infraestructura eléctrica. (REUTERS/Fred Greaves)

Proyecciones y preocupaciones a futuro

El horizonte energético de California se perfila con una combinación de restricciones de oferta, regulaciones ambientales ambiciosas y objetivos políticos que, según expertos como Michael Mische, podrían agravar aún más los precios en el mediano plazo. Uno de los factores más inquietantes es la progresiva reducción en la capacidad de refinación dentro del estado. Mische advirtió KTLA que “menos de una docena de refinerías seguirán operando hacia finales de 2025”, y anticipó más cierres en los años posteriores.

Esta caída en la infraestructura productiva coincide con una política estatal que prohíbe la venta de vehículos nuevos a combustión a partir de 2035, iniciativa que el gobierno de Gavin Newsom mantiene en curso. El experto se mostró escéptico ante la viabilidad de esta meta, afirmando que para concretarla se necesitaría una inversión masiva en infraestructura eléctrica: “vas a forzar a los consumidores a realizar cambios enormes en sus garajes y lugares de estacionamiento con cargadores domésticos”.

Otro punto destacado es la mezcla única de gasolina que exige California, formulación que, por razones ambientales, no se produce a gran escala en estados como Texas u Oklahoma. Esto obliga a depender de importaciones, mayormente provenientes del Medio Oriente. A ojos de Mische, esta combinación de menor producción local y dependencia externa configura un escenario de potencial “escasez severa de suministro”.

“La oferta ha caído más rápido que la demanda. La economía básica te dice que los precios van a subir”, afirmó.