Un hombre fue acusado de provocar un incendio forestal en Nueva Jersey con una bala de escopeta

Un incendio forestal en el municipio de Jackson Township, Nueva Jersey, alarmó a las autoridades el pasado 6 de noviembre, cuando aproximadamente a las 12:15 horas, un llamado de emergencia movilizó a los policías y bomberos de la localidad.

Las llamas, reportadas en las cercanías del campo de tiro Jersey Central en Stump Tavern Road, se extendieron rápidamente, consumiendo cerca de 350 acres de terreno forestal. La rápida propagación del incendio exigió la intervención coordinada del New Jersey Department of Environmental Protection (NJDEP) y su Servicio de bomberos forestales, quienes colaboraron con las unidades locales de emergencia para controlar el siniestro.

La investigación en torno al origen del incendio condujo a la identificación de Richard Shashaty, un hombre de 37 años residente del municipio de Brick, como presunto culpable. Autoridades determinaron que el fuego comenzó en una berma del campo de tiro y que fue causado por municiones incendiarias de escopeta calibre 12 conocidas como “Dragons Breath”, según reportó el New Jersey Forest Fire Service (NJFFS) a través de un comunicado compartido en redes sociales.

Este tipo de munición, que contiene fragmentos de magnesio, es capaz de generar altas temperaturas y provocar chispas al ser disparada. Su uso está prohibido en Nueva Jersey debido a su alto riesgo de incendio.

Shashaty enfrenta cargos por incendio provocado y violación de las disposiciones sobre armas de fuego en el estado. Las pruebas apuntan a que el acusado disparó la munición que encendió el fuego en la zona del campo de tiro.

Como resultado, el fiscal del condado de Ocean, Bradley D. Billhimer, junto con el comisionado del Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey, Shawn M. LaTourette, presentaron oficialmente los cargos.

El 9 de noviembre, Shashaty se entregó voluntariamente a la policía de Jackson Township en compañía de su abogado y fue trasladado a la cárcel del condado, donde permanece a la espera de una audiencia para determinar su situación legal.

La investigación del incendio fue un esfuerzo conjunto que involucró a varias agencias locales y estatales. La colaboración fue clave para asegurar un análisis detallado del sitio del siniestro y para reunir la evidencia necesaria que conectara el uso de municiones prohibidas con el origen de las llamas.

El fiscal Billhimer y el comisionado LaTourette destacaron los esfuerzos combinados de todas las entidades involucradas, que fueron fundamentales para esclareer los hechos y llevar adelante los cargos contra el acusado.

Las autoridades enfatizaron que los cargos contra Shashaty son sólo acusaciones y que cuenta con la presunción de inocencia hasta que se demuestre su culpabilidad en un juicio.

Tanto Billhimer como LaTourette destacaron los esfuerzos de agencias como la Oficina del Fiscal del Condado de Ocean, el Escuadron de Incendios de la Unidad de Delitos Mayores, el Servicio de Bomberos Forestales de Nueva Jersey, la Oficina del Mariscal de Bomberos del Condado de Ocean y la Policía Estatal de Nueva Jersey, entre otras más.

Tanto las acusaciones públicas como la serie de pruebas recabadas por los oficiales serán reunidas serán evaluadas por el sistema judicial, que determinará la responsabilidad penal de Shashaty en relación con el incendio bautizado como “Shotgun Wildfire”.

Miembros del departamento de bomberos informaron el 8 de noviembre que las llamas habían arrasado con 350 acres y que el incendio estaba contenido en un 90%.

El miércoles por la noche, día en que comenzó el incendio, el NJFFS informó en redes sociales que el incendio forestal había amenazado a 25 estructuras, mientras que los encargados de contener el fuego habían logrado avances significativos en el Área de Manejo de Vida Silvestre de Colliers Mills.