El mercadillo de Navidad con más de 100 años de historia que no te puedes perder en España: tradición, luces y sorpresas para toda la familia

Más de un siglo de historia convierte a este mercadillo en un símbolo de la Navidad en España, reuniendo sabores, figuras clásicas y modernos adornos en un ambiente inigualable

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Mercadillo de la Plaza Mayor,
Mercadillo de la Plaza Mayor, Madrid (Adobe Stock).

Madrid despliega su capacidad única para transformarse y ofrecer experiencias para todos los gustos y bolsillos. Desde los bares más humildes donde una cerveza cuesta apenas un euro, hasta restaurantes de renombre internacional y ambientes exclusivos, la capital española demuestra por qué es referencia mundial en diversidad y hospitalidad. Así, cuando octubre y noviembre avanzan y el verano se despide, el pensamiento colectivo ya está dirigido hacia la llegada de las fiestas más esperadas: las Navidades.

Muchos consideran la Navidad la época más especial del año, incluso aquellos que no disfrutan del frío. Ese ambiente que impregna calles y hogares —marcado por reuniones familiares y celebraciones con amigos— se multiplica en la ciudad gracias a las decoraciones, las luces y una programación de actividades que apenas deja tiempo libre. En Madrid, este espíritu navideño se siente en cada esquina, y la meticulosa decoración festiva en calles y plazas contribuye como uno de los motivos más poderosos para resaltar la singularidad de estas fechas.

Entre la variedad de planes que ofrece la ciudad durante el Adviento, los tradicionales mercadillos navideños ocupan un puesto preeminente. Muchos pueblos de la Comunidad de Madrid organizan sus propios mercados, aportando encanto y creatividad a la tradición. Sin embargo, ninguno alcanza la relevancia y la expectación del que se instala cada año en la mismísima Plaza Mayor, epicentro histórico y monumental que se convierte durante semanas en el corazón de la Navidad madrileña.

Epicentro y símbolo de la Navidad en España

Mercadillo de la Plaza Mayor,
Mercadillo de la Plaza Mayor, Madrid (Adobe Stock).

A finales de noviembre, la cuenta atrás se acelera: todo está listo para que el mercadillo de Navidad de la Plaza Mayor abra sus puertas en torno al 28 de noviembre, como viene siendo costumbre en las últimas ediciones. Este evento, organizado por la Asociación del Mercado Navideño de la Plaza Mayor, se ha consolidado como el mercado más importante y emblemático de su tipo en toda España, con más de cien años de historia. Año tras año, miles de personas —madrileños y turistas— convierten este recinto en un punto de encuentro imprescindible.

El mercadillo se organiza en el gran cuadrado de la Plaza Mayor, ocupando cerca de 9.400 metros cuadrados y albergando más de cien puestos donde se mezclan la tradición y la modernidad. El aroma de castañas asadas y bollería típica, el bullicio de las compras y el espectáculo de las luces convierten la visita en una experiencia multisensorial. Todavía no hay confirmación oficial de la fecha de inicio, pero todo indica que el Ayuntamiento de Madrid aprobará el regreso del mercadillo a finales de este mes, en paralelo al ansiado encendido de las iluminaciones navideñas en la ciudad.

Un pasado que evoluciona: historia, tradición y modernidad en los puestos navideños

El origen del mercadillo se remonta a la plaza de Santa Cruz, donde hace siglos se vendían productos que hoy pueden parecer insólitos en Navidad, como pavos y pollos vivos. Desde entonces, la propuesta ha evolucionado enormemente, sobreviviendo incluso a periodos tan oscuros como la Guerra Civil, cuando tuvo que suspenderse su celebración. Los puestos actuales nacieron en el siglo XVII y, aunque siguen ofreciendo las clásicas figuras de belén y las tradicionales zambombas, ahora también exhiben adornos tecnológicos, luces LED y todo tipo de decoración de última generación.

A pesar de estos cambios, la Plaza Mayor conserva intacta su esencia, resistiendo el avance de los años y manteniendo la magia que la hace inconfundible. Este rincón, considerado uno de los más emblemáticos del país durante las fiestas, continúa dando la bienvenida a generaciones que buscan reencontrarse con las tradiciones o descubrir sus novedades.