La mejor ciudad para una escapada de fin de semana está en Galicia: tres Patrimonio de la Humanidad y la muralla mejor conservada del mundo

Este destino es perfecto para disfrutar de unos días gracias a su increíble conjunto monumental y vida local

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Lugo, en Galicia (Adobe Stock).
Lugo, en Galicia (Adobe Stock).

Las escapadas urbanas están viviendo una nueva edad dorada en Europa. Con el crecimiento de la conectividad aérea y la flexibilidad en el trabajo, cada vez son más los viajeros que apuestan por descubrir ciudades en estancias breves y llenas de experiencias. Los últimos datos recogidos por Jetcost, el conocido buscador de vuelos y hoteles, reflejan este auge: la demanda para escapadas de fin de semana ha subido un 28% durante el último año, consolidando el formato de dos o tres días como el favorito del viajero europeo.

En la lista de las catorce ciudades más recomendadas por los usuarios de la plataforma destacan grandes nombres como Copenhague, Nápoles, Alicante, Budapest y Oporto. Sin embargo, una sorpresa ha llamado la atención este 2024: Lugo, en pleno corazón de Galicia, se ha colado por derecho propio como una de las mejores alternativas continentales para una experiencia de ciudad distinta, rica y memorable.

Lugo: Patrimonio vivo en el corazón de Galicia

Lugo, en Galicia (Adobe Stock).
Lugo, en Galicia (Adobe Stock).

El caso de Lugo es singular porque aúna historia, autenticidad y ambiente local. El buscador Jetcost ha querido subrayar lo que pocos destinos pueden ofrecer: tres Patrimonios de la Humanidad que no solo permanecen como vestigios del pasado, sino que siguen formando parte esencial de la vida diaria de la ciudad. La Muralla Romana de Lugo, única en el mundo por su conservación íntegra a lo largo de más de dos kilómetros, se ha transformado en paseo panorámico y punto de encuentro. Caminar sobre sus adarves significa contemplar el latir cotidiano de los lucenses, entre la historia y la modernidad.

Junto a la muralla, la Catedral de Santa María es otra joya monumental y viva. Su perfil domina el centro histórico y conserva un poso de espiritualidad y arte que atraviesa siglos. En su interior, los visitantes se detienen ante elementos románicos, góticos y renacentistas, y frente a la tranquilidad de sus capillas. Aquí, la vida religiosa y cultural se confunden en un ambiente silencioso, donde se respira el peso de la historia.

El tercero de los patrimonios señalados es el Camino de Santiago, que atraviesa Lugo y llena las calles de peregrinos y viajeros en busca de experiencia, reflexión y encuentro. A diferencia de otras ciudades del Camino, aquí el rito jacobeo convive con la hospitalidad gallega y una agenda que nunca abandona la alegría.

Galicia se ha convertido en un destino turístico de primer orden dentro y fuera de nuestro país. Si algo tiene esta comunidad que no se encuentra en otra parte del mundo, son sus playas

Más allá de los monumentos: tapeo y vida local

Pero Lugo no solo vive de su glorioso pasado. Para quienes la visitan, el verdadero encanto está en sumergirse en la vida cotidiana, salpicada de bares y tabernas donde el tapeo es arte. El centro histórico, limpio, seguro y animado, invita a perderse sin mapa y dejarse arrastrar por el aroma de empanada, pulpo o caldos gallegos. Una costumbre que hace aún más especial el tapeo lucense es que las tapas suelen ser gratuitas con la consumición de la bebida, algo que sorprende y deleita al visitante. Esto convierte el paseo en una ruta gastronómica que conjuga tradición y modernidad, con productos locales en cada plato.

La amabilidad de los lucenses y su orgullo patrio se percibe en cada conversación, en la recomendación espontánea o en la invitación a probar un vino diferente. Este espíritu abierto es uno de los rasgos más valorados por quienes llegan a la ciudad, tanto peregrinos del Camino como turistas de fin de semana en busca de una experiencia auténtica.