El rincón oculto de Barcelona: una estación fantasma que ha renacido después de más de 50 años olvidada

Este enclave se alza como uno de los grandes misterios de la Ciudad Condal y ha abierto sus puertas los sábados por la noche

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Estación fantasma de Correos del
Estación fantasma de Correos del Metro de Barcelona

Barcelona sorprende constantemente al visitante por la riqueza de sus calles, su arquitectura y por esos secretos que se escurren entre las grietas del tiempo. Detrás de fachadas modernistas y bulliciosos bulevares, la capital catalana guarda rincones olvidados que, de cuando en cuando, renacen para fascinar a quienes buscan ir más allá de lo evidente. Uno de estos lugares ocultos, envuelto en misterio y nostalgia, ha vuelto a la vida cinco décadas después de haber cesado su actividad

Estamos hablando de la estación fantasma de Correos, un enclave que forma parte del legado subterráneo de la ciudad y que, durante estos meses otoñales, se convierte en protagonista de un viaje en el tiempo y la memoria barcelonesa. En el marco de los actos del Centenario del Metro de Barcelona, esta histórica estación ha abierto sus puertas a los curiosos por primera vez tras medio siglo de abandono. La apertura, programada para nueve noches entre octubre y noviembre, está pensada como una experiencia exclusiva: seis de las jornadas están reservadas para ciudadanos y las tres restantes para trabajadores del suburbano.

Un regreso esperado bajo tierra

El acceso a la estación se realiza en plena madrugada, después del paso del último convoy de la línea 4. Guiados por la penumbra, los visitantes descienden desde la estación de Jaume I y recorren los cerca de 200 metros de túnel que la separan de la antigua parada, sumergiéndose en una atmósfera donde el tiempo parece haberse detenido. Carteles publicitarios que invitan a beber Canada Dry o piden el voto para el empresario Eduard Tarragona en las elecciones de 1971 sobreviven en las paredes y actúan como testigos mudos de una época que pareció detenerse de golpe con el cierre definitivo.

Estación fantasma de Correos del
Estación fantasma de Correos del Metro de Barcelona

Situada en la calle Ángel J. Baixeras, junto a la plaza de Correos, la estación pertenecía al histórico Gran Metro, la primera línea de metro de la ciudad inaugurada en 1924. Su construcción fue un desafío técnico debido a las persistentes filtraciones de agua por la cercanía al mar, según relata Júlia Buixeda, portavoz de TMB, en las declaraciones recogidas por El Periódico. La inauguración oficial tuvo lugar bajo la batuta del alcalde Jaume Pi i Sunyer y, desde el principio, la estación destacó por su gran andén y la incorporación de innovaciones pioneras en el país, como la iluminación por luces fluorescentes en 1946. Durante 38 años, la estación vivió un constante trajín de viajeros hasta que, el 20 de marzo de 1972, el trazado entre Jaume I y Correos fue clausurado debido a las obras de prolongación hacia Barceloneta.

Una estación congelada en el tiempo

El cierre de la estación se debió a su proximidad con Jaume I y Barceloneta y, desde entonces, la estación de Correos ha permanecido oculta a la vista, prácticamente intacta, salvo por trabajos de limpieza puntual. Los convoyes actuales de la Línea 4 la atraviesan sin apenas reducir velocidad, y solo los más atentos, o los nostálgicos que recuerdan su historia, tratan de adivinar su silueta entre las sombras al mirar por la ventanilla.

La fama de la estación traspasó el ámbito ferroviario en 1950, cuando sirvió de escenario para la película policíaca Apartado de Correos 1001, dirigida por Juli Salvador e impulsora del llamado cine negro barcelonés. El aura de suspense y misterio que envuelve tanto a la cinta como a la propia estación la ha convertido en una referencia de culto para amantes del séptimo arte y exploradores urbanos.

El tesoro escondido de Gaudí: una iglesia a menos de media hora de Barcelona que es Patrimonio de la Humanidad.

Una gran expectación

La expectación generada por la reapertura temporal ha desbordado todas las previsiones: miles de personas colapsaron la web de TMB en septiembre para intentar conseguir una de las codiciadas plazas para las visitas nocturnas. Solo 450 afortunados han podido ya vivir la experiencia de adentrarse en el pasado subterráneo de Barcelona, aunque la compañía prevé ampliar la oferta con la apertura a otras estaciones míticas, como la fantasma de Gaudí, que muy pronto recibirá a los que lograron su entrada en la primera convocatoria.

Los organizadores anuncian que, en esta nueva convocatoria, el sistema de acceso será mediante sorteo y el periodo de solicitud se prolongará varios días, democratizando el acceso a estos espacios normalmente vedados al gran público.