Uno de los pueblos más pintorescos de Cataluña: un campanario que se alza por encima de las nubes, un casco histórico de cuento y paisajes naturales impresionantes

Ubicado a tan solo cuatro kilómetros de Baqueira Beret, es un lugar ideal para practicar deportes de invierno, así como hacer rutas de senderismo y disfrutar de unos días de tranquilidad

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Antes de que la Navidad se instaure en todas las ciudades y hogares de España, da comienzo una de las épocas favoritas para los amantes de los deportes de invierno. Aunque lo cierto es que las vacaciones en la nieve cada vez son del gusto de más personas, al margen de que practiquen o no esquí, o quieran alojarse a pie de pistas. Y es que son muchos los lugares impresionantes que se esconden en distintos puntos del país. Este es el caso, por ejemplo, de Salardú, un espectacular pueblo del Valle de Arán, en la provincia de Lleida (Cataluña).

Situado a tan solo cuatro kilómetros de Baqueira Beret, Salardú es una alternativa apacible para quienes buscan experiencias distintas en la montaña, más allá del esquí. Esta localidad, capital del Naut Arán, forma parte de un entorno natural privilegiado de Cataluña y comparte el municipio con otras poblaciones como Arties, Bagergue, Garòs, Gessa, Montgarri, Tredòs y Unha. Es por ello que la tranquilidad y el contacto directo con la naturaleza definen la experiencia para quienes desean disfrutar de paisajes impresionantes y una oferta de actividades diversa.

Callejuelas de cuento y una iglesia que es Monumento Histórico-Artístico

Salardú es un espectacular pueblo
Salardú es un espectacular pueblo del Valle de Arán, en la provincia de Lleida (Cataluña). (Wikimedia)

En el corazón del casco antiguo, la Plaza Mayor de Salardú destaca gracias a una fuente del siglo XVIII. Las calles empedradas y las casas con ventanales del siglo XVII añaden carácter a la capital del Alto Arán, que exhibe tejados de pizarra, fuentes y abrevaderos tradicionales para el ganado. Entre sus emblemas arquitectónicos, la Iglesia de Sant Andreu de Salardú, del siglo XII, fusiona elementos románicos y góticos con un campanario defensivo del siglo XV. El templo, catalogado como Monumento Histórico-Artístico y abierto todo el año, alberga la talla románica del Cristo de Salardú o el Santa Creu, del siglo XII.

El peregrinaje para venerar esta talla habría motivado la creación de un conjunto de pinturas renacentistas en la cabecera de la iglesia, fechadas en 1540 y consideradas las más antiguas y valiosas. Además, el programa iconográfico de los muros anteriores, datado en 1584, representa a las Virtudes, escenas de la vida de San Andrés y de María; estas obras se recuperaron gracias a una restauración integral realizada a finales del siglo XX.

A poca distancia, el Molino ‘Era Mòla’, que data del año 1613 y construido en madera, pizarra y piedra, mantiene parte de su estructura original y puede visitarse durante la temporada de verano para descubrir su maquinaria tradicional, testimonio de los 31 molinos que funcionaban en la Val d’Aran utilizando la fuerza del agua. En el mismo pueblo se alza el Refugi Rosta, sede del único museo PyrenMuseu, que conserva una amplia colección de libros, fotografías, mobiliario, documentos y mapas de los siglos XIX y XX.

Qué rutas de senderismo puedes hacer

Rodeado por los ríos Garona y Unhola, Salardú destaca por su entorno natural y el acceso directo a los lagos repartidos por el valle, lo que convierte al pueblo en un enclave privilegiado para el turismo de naturaleza. Entre primavera y otoño, la proximidad a campos de golf, zonas de pesca y una red de caminos de montaña facilita la oferta de actividades al aire libre.

Las excursiones se multiplican y una de las más señaladas conecta Pla de Beret y Montgarri, permitiendo descubrir el nacimiento del río Noguera. Otra opción imprescindible es la ruta hacia Colomérs, en el área periférica del Parque Nacional de Aigüestortes: se trata de un circo glaciar rodeado de cumbres próximas a los 3000 metros y con vistas a más de 48 lagos. Desde Salardú se alcanza tras recorrer 9,5 km de pista forestal asfaltada hasta los Baños de Tredòs, seguidos de 3,5 km de pista sin asfaltar.

Ideal para practicar deportes de invierno: desde esquí hasta ‘mushing’

Salardú destaca por su espectacular
Salardú destaca por su espectacular entorno natural. (Ajuntament de Naut Aran)

La proximidad de Salardú a la estación de Baqueira Beret convierte al pueblo en un punto estratégico para quienes desean practicar deportes de invierno en el Valle de Arán.

Las alternativas se multiplican para los amantes de la aventura: los recorridos en motos de nieve cruzan paisajes espectaculares en dirección al pueblo abandonado de Montgarri, donde la jornada puede concluir con una cena en alguno de los refugios de la zona. Otra ruta recomendada en moto parte desde Salardú hasta los Baños de Tredòs, con la posibilidad de relajarse en aguas termales o disfrutar de una parrillada.

El mushing, los tradicionales trineos tirados por perros, acerca a los visitantes a la esencia de los paisajes invernales y brinda una experiencia familiar única. Las excursiones con raquetas de nieve ofrecen un modo pausado de explorar parajes recónditos del territorio. Por supuesto, la oferta de esquí incluye tanto esquí alpino como snowboard en Baqueira Beret, mientras que en la zona de Beret se encuentra un circuito de esquí de fondo que también permite paseos con raquetas, excursiones en trineo tirado por perros o caballos.

Cómo llegar a Salardú

Las conexiones por carretera facilitan el acceso tanto a viajeros que llegan desde el interior de Cataluña como a quienes proceden de comunidades vecinas. El itinerario habitual parte de Vielha, continúa por la carretera C-28 en dirección a Baqueira Beret y recorre apenas 9 km hasta alcanzar Salardú.

El acceso es posible también desde Francia a través del puerto de Portillon, especialmente en los meses sin nieve. En coche, la llegada desde Lleida implica tomar la N-230 hasta Vielha y después incorporarse a la C-28.

Para quienes optan por el transporte público, existen líneas regulares de autobuses que unen ciudades como Barcelona y Lleida con el Valle de Arán, con paradas intermedias en los principales pueblos, incluido Salardú.