Un pueblo italiano suspendido entre historia y naturaleza: calles medievales, torres atemporales y palacios nobles

A 80 kilómetros de Roma, una joya etrusca pervive intacta eclipsada por la capital italiana en la región histórica de Tuscia

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Soriano nel Cimino, en Tuscia,
Soriano nel Cimino, en Tuscia, Italia. / Wikimedia Commons

Con más de 25.000 puntos declarados por al UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) de interés arqueológico y medioambiental en el centro histórico, Roma es el epicentro de la civilización antigua. No es difícil, por tanto, que las poblaciones aledañas queden eclipsadas. Esto es lo que le sucede a Soriano nel Cimino, un pueblo italiano a 80 kilómetros de la capital y que se encuentra suspendido entre historia y naturaleza, repleto de calles medievales, torres atemporales y palacios de la nobleza. En plenos montes Ciminos, el municipio de Soriano nel Cimino toma su nombre de esta sierra menor en la provincia de Viterbo. Una mezcla entre parajes naturales y restos etruscos se concentran en el pueblo, al que se puede acceder en tren y autobús desde Roma.

El recorrido por Soriano nel Cimino debe comenzarse por la Via dei Vicoli y las estrechas calles del centro histórico. De esta manera, se adentra uno en los laberínticos recuerdos de los etruscos, con huellas que se remontan al 443 a.C. y el posterior control lombardo entre los siglos VI y VIII. Escondida entre los rincones del pueblo, la Fontana Vecchia impresiona por la piedra desgastada por la que discurre el agua. Durante el paseo entre muretes, se aprecian arcos ocultos y rincones recónditos que dejan ver la cotidianeidad de la vida en el pueblo hasta llegar al majestuoso Castillo Orsini. Este fue construido a partir del siglo XIII y ampliado con el tiempo. Las murallas que lo rodean han acogido a familias de nobles, batallas y leyendas que conducen a las terrazas desde donde se respira aire de la Tuscia (nombre que los etruscos le otorgaron al norte del Lacio o lo que se conoce hoy como la provincia de Vitrubio).

Además del castillo, la nobleza que residió en Soriano nel Cimino también dispuso del Palazzo Chigi-Albani. Este es un edificio cuyas fachadas esconden patios interiores que albergaron grandes celebraciones de la aristocracia. También conocida como Villa Papacqua, es un ejemplo significativo de arquitectura manierista. Un estilo artístico y literario surgido en Italia entre el Renacimiento y el Barroco y que se caracterizó por la mezcla entre lo refinado y lo complejo, en contra de las reglas clásicas del Renacimiento. Actualmente, el palacio alberga la Pinacoteca di Soriano nel Cimino, una colección de obras de arte cuyos artistas son Lucio Ranucci, Alessio Paternesi, Ferdinando Amodei y Marco Manzo.

Si el verdadero motivo por el que se visita Soriano nel Cimino es apreciar la evolución religiosa que ha albergado la localidad italiana, no debe obviarse la iglesia de Santa María Assunta, en el corazón de la ciudad. El interior cuenta con frescos y detalles que narran historias de fe y comunidad. Otra de las remanencias religiosas que se encuentran en la ciudad es la iglesia de Sant Andrea.

Los lagos volcánicos de Tuscia

El municipio italiano de Soriano nel Cimino se encuentra en región histórica de Tuscia o lo que es lo mismo, la provincia de Viterbo en la actualidad. Esta zona es conocida además de por su arquitectura, por su orografía, pues cuenta con actividad volcánica y lagos que la configuran.

Los lagos volcánicos que pueden visitarse desde el municipio son tres: el lago di Bolsena, el lago di Vico y el lago di Bracciano. El primero de ellos se formó por la separación de dos cráteres hace, aproximadamente, 300.000 años y cuya arquitectura se remonta al siglo XIII en adelante. En él, puede visitarse el castillo Monaldeschi, el renacentista palacio del Drago y la milenaria colegiata de Santa Cristina. Por otro lado, uno de los lagos más altos de Italia es el lago di Vico, a 510 metros de altitud e ideal para nadar. Este remanso de agua se originó alrededor de hace 100.000 años cuando un cráter extinguido quedó inundado. No obstante, la leyenda cuenta que fue creado por Hércules cuando desafió a los habitantes locales. El tercero de estos espacios volcánicos es el lago di Bracciano, a 32 km al noroeste de Roma. Es uno de los principales de Italia y el segundo de la región, en el que, además, pueden realizarse deportes acuáticos dada su profundidad.

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Cuando los etruscos se escamparon por Italia, habitaron la región de Tuscia, situada en lo que hoy se considera el centro del país italiano: parte de la Toscana, el Lacio septentrional y la Umbría. Este pueblo de la provincia de Viterbo es conocido por su avanzado arte, metalurgia y construcciones que acabó sucumbiendo al Imperio Romano, el cual tomó prestado algunas de sus innovaciones.