La ruta de 75 kilómetros por el ‘Cementerio del Pacífico’ que muestra cómo es la vida dentro de la cultura indígena canadiense: “Aprender en el aula no parecía muy real”

Mucho antes de que el senderismo se convirtiera en actividad recreativa, las Primeras Naciones ya empleaban este trayecto costero para garantizar la subsistencia

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La ruta de 75 kilómetros
La ruta de 75 kilómetros por el ‘Cementerio del Pacífico’ (National Park Aassociation)

Explorar el Sendero de la Costa Oeste en la isla de Vancouver, en el extremo suroeste de Canadá, se ha convertido en una experiencia transformadora para miles de mochileros. Pero detrás de la popularidad de este recorrido de 75 kilómetros, en plena Reserva del Parque Nacional Pacific Rim, marcado por acantilados, playas inhóspitas y un clima cambiante, existe una historia mucho más antigua que involucra la supervivencia, la memoria y la forma en que las culturas originarias preservan su identidad. Y es que, este trayecto representa un lazo vivo con las tradiciones de las Primeras Naciones, quienes han dependido de estas rutas costeras mucho antes de la llegada de unos 7.500 excursionistas modernos al año, como ha recogido un artículo de BBC Travel.

Los senderistas deben enfrentar más de 100 escaleras, transitar playas de arena profunda y sortear tramos cubiertos de piedras húmedas, todo bajo las frecuentes precipitaciones y niebla de la costa del Pacífico canadiense en expediciones de seis a ocho días. En este sentido, Diane Lloyd, corredora y coach de liderazgo, ha hablado de la exigencia física del sendero: “Un paso más parece demasiado, encaramada en esta escalera bajo la lluvia torrencial, cuando apenas estaba comenzando la caminata de 75 km”.

No obstante, mucho antes de que el senderismo se convirtiera en actividad recreativa, las Primeras Naciones ya empleaban este trayecto costero para transportar bienes, comunicarse entre comunidades y garantizar la subsistencia. Estas dinámicas han salvado, a lo largo de la historia, a innumerables navegantes, pues tras el auge del tráfico marítimo se incrementó también la cantidad de naufragios en esta franja de litoral, apodada como el ‘Cementerio del Pacífico’ - debido al gran número de tripulantes que perdieron la vida allí-.

La ruta de 75 kilómetros
La ruta de 75 kilómetros por el ‘Cementerio del Pacífico’ (National Park Aassociation)

El salvamento marítimo que dio lugar al interés turístico

Uno de los naufragios más conocidos ocurrió en 1854, cuando la embarcación de Brig William se hundió en la zona. Solo catorce sobrevivientes alcanzaron la costa hostil y gracias a la ayuda y cobijo prestado de los habitantes originarios, quienes los trasladaron en canoa hacia el primer asentamiento seguro. Medio siglo después, con el accidente del vapor estadounidense SS Valencia en 1906, en el que murieron 136 personas, el gobierno canadiense impulsó obras de infraestructura: refugios de emergencia, aprovisionamiento y, finalmente, la formalización de la Ruta de Salvamento Dominion sobre las huellas de los antiguos caminos indígenas.

A partir de 1973, la ruta pasó a integrarse en la nueva Reserva del Parque Nacional Pacific Rim, y el gobierno federal le dio el nombre de Sendero de la Costa Oeste. Un proceso que implicó también la contratación de miembros de las comunidades locales, como Leslie Cook Sr., quien construyó pasarelas y puentes sencillos sobre los cauces y barrancos utilizando la madera de árboles caídos. Así, la infraestructura actual del recorrido se construye y transporta mediante helicópteros, aunque el mantenimiento permanece a cargo de equipos indígenas.

El interés turístico comenzó a percibirse en torno a la década de 1990, con el despliegue del Programa de Guardianes del Sendero de la Costa Oeste para responder a la preocupación de las comunidades sobre la protección de los territorios y el acceso desmedido de visitantes. Este programa facilita la gestión del camino y genera empleos para las naciones Pacheedaht, Ditidaht y Huu-ay-at, a la vez que promueve el conocimiento y el diálogo cultural. De esta forma, los llamados Guardianes del Sendero, cuidan la infraestructura, despejan tramos bloqueados y, además, comparten su historia y cultura con los senderistas, un intercambio que los propios excursionistas describen como inolvidable.

La ruta de 75 kilómetros
La ruta de 75 kilómetros por el ‘Cementerio del Pacífico’ (National Park Aassociation)

“Sentimos una conexión cuando hablamos con Carl”

Martin Horak, quien cruzó el sendero por primera vez en 1982 acompañado por su madre y su tío, ha confesado cómo fue su primera expedición: “Mi madre y yo conocimos y nos tomamos una foto con el operador del taxi acuático de las Primeras Naciones, Carl Edgar Sr., en esa primera caminata”. El excursionista evocó cómo, tras varios días en la naturaleza salvaje, la ayuda de los habitantes originales resultó fundamental: “Sentimos una conexión cuando hablamos con Carl durante el viaje en bote hacia el sendero al otro lado de la ensenada. Carl ha vivido en esa región toda su vida, y caminábamos por su patio trasero”, ha expresado para la BBC.

En la actualidad, Horak ha completado la travesía en al menos ocho ocasiones, y la interacción con los pueblos originarios sigue marcando cada una de sus experiencias. “Cada vez que regreso al Sendero de la Costa Oeste, recreo esa foto con Carl o con algún miembro de su familia y con mi familia”, algo que ha marcado su vida, según el testimonio de sus hijas. “Aprender sobre la historia y la cultura indígenas en el aula no parecía muy real” hasta que caminaron junto a miembros de las Primeras Naciones. Y es que, las enseñanzas adquiridas recorriendo sus territorios tradicionales provocaron una transformación más profunda. Sierra, una de las hijas, mencionó a la BBC: “Te cambia la perspectiva y forja una conexión más profunda”. Mientras, Michele, su hermana gemela, añadió: “Después de recorrer el Sendero de la Costa Oeste, nos sentimos más identificados y nos preocupamos más por los problemas indígenas”.

No obstante, a pesar de que esta interacción es uno de los detalles más enriquecedores y satisfactorias para las dos partes, Leslie Cook Jr., guardián de segunda generación, ha asegurado que no todos los aventureros lo aprovechas. “La mayoría de los excursionistas preguntan a los guardianes que encuentran sobre la logística del sendero, como la distancia hasta el campamento. No están necesariamente interesados ​​en aprender sobre la cultura y la historia indígenas”, ha expresado. Aun así, ellos invitan a disfrutar del sendero con una predisposición a la aventura, naturaleza y la historia. Para ello, Parques Canadá ha puntualizado que la entrada a la reserva está abierta únicamente por reserva, entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre.