La isla europea que presume de mantener 25 grados durante el mes de octubre: aguas cristalinas, paisajes costeros y cócteles a pie de playa

Para los que quieren unos últimos momentos de calor antes de la llegada del frío extremo, este es uno de los destinos idóneos para una escapada en octubre

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Malta. (Adobe Stock)
Malta. (Adobe Stock)

Con la llegada del otoño y la caída de las temperaturas en gran parte de Europa, muchos viajeros se lanzan a buscar una última dosis de sol antes de que el invierno se instale definitivamente. Según datos de Google, las búsquedas del término “dónde hace calor en octubre” han superado las 36.000 solo este mes, lo que refleja el creciente interés de los turistas —especialmente británicos— por prolongar la temporada estival en destinos más cálidos.

Una de las opciones que más atención está captando este año es Malta. Según un análisis realizado por los expertos en alquiler de coches de SIXT, este pequeño país mediterráneo no solo ofrece temperaturas muy agradables en octubre —con máximas que alcanzan los 25 °C y mínimas que rondan los 18 °C—, sino también algunas de las aguas más claras de toda Europa. Todo ello lo convierte en un destino especialmente atractivo para quienes buscan escapar del frío sin renunciar a la playa, el mar y el turismo cultural.

Entre aguas turquesas y patrimonio histórico

Valletta, Malta. (Adobe Stock)
Valletta, Malta. (Adobe Stock)

Malta es bien conocida por sus paisajes costeros, y uno de sus grandes emblemas turísticos es la famosa Laguna Azul, en la isla de Comino. Este enclave paradisíaco, con sus aguas turquesas y sus populares cócteles servidos a pie de playa, se ha consolidado como la excursión más demandada entre quienes visitan el archipiélago. Sin embargo, su creciente popularidad ha obligado a las autoridades a introducir nuevas medidas de control para preservar el entorno natural. En 2025, se esperan unos 3,7 millones de visitantes en Malta, y para evitar la masificación, la entrada a la Laguna Azul se ha limitado a 4.000 personas diarias, siendo obligatoria la reserva previa.

Para quienes prefieren evitar las aglomeraciones sin renunciar al encanto natural de Malta, existe una alternativa igual de impresionante: la Gruta Azul, situada en Wied iż-Żurrieq. Este sistema de cuevas marinas, talladas por el paso del tiempo en los acantilados de piedra caliza, ha sido clasificado como el segundo lugar con las aguas más cristalinas de Europa, también según el análisis de SIXT. Allí, por apenas 10 €, los visitantes pueden subirse a un barco tradicional, explorar las grutas desde el mar y disfrutar de un baño tranquilo sin tener que preocuparse por los límites de aforo o las franjas horarias.

Además de ofrecer un entorno menos concurrido, la Gruta Azul se ha convertido en un lugar muy valorado por los aficionados a la fotografía y los viajeros que buscan experiencias más relajadas, sin renunciar a la belleza natural. Su ubicación también permite combinar fácilmente el turismo de costa con visitas culturales a otras zonas de la isla.

Más allá del mar: cultura y gastronomía

Malta (Adobe Stock).
Malta (Adobe Stock).

La oferta de Malta no se limita a sus playas y parajes marinos. Su capital, La Valeta, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un destino en sí misma. Con una arquitectura barroca imponente, calles empedradas y miradores al Mediterráneo, ofrece un ambiente vibrante en otoño, lejos del bullicio del verano. Sus restaurantes y cafés, muchos con terrazas al aire libre, permiten disfrutar de la cocina local en temperaturas que aún invitan a sentarse al sol.

Además, los pintorescos pueblos pesqueros como Marsaxlokk y las rutas costeras de Gozo y otras partes de Malta aportan variedad a la experiencia, haciendo que cada día pueda combinar exploración cultural, gastronomía local y momentos de relax frente al mar.