Las piscinas naturales más bonitas de Cáceres para una escapada de otoño

Estos enclaves muestran uno de los paisajes más especiales de la provincia durante esta época del año

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Garganta de los Infiernos, en
Garganta de los Infiernos, en Cáceres (Adobe Stock).

Con la llegada del otoño, muchos viajeros buscan escenarios diferentes para desconectar del ritmo urbano y descubrir paisajes de colores cálidos y agua transparente. En lugar de las habituales playas, la provincia de Cáceres propone alternativas insólitas con sus piscinas naturales: rincones donde la naturaleza ha diseñado auténticos oasis entre montañas, gargantas y bosques centenarios.

Con el frescor de la estación, la menor afluencia de bañistas y el espectáculo del follaje, estos enclaves se transforman en destinos ideales para senderistas, familias y quienes desean disfrutar de entornos únicos en Extremadura.

Los Pilones

En el corazón de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, situada en la cabecera del Valle del Jerte y dominada por la sierra de Gredos, se esconde uno de los rincones más icónicos de Extremadura. Los Pilones sorprenden con una sucesión de pozas donde el río, descendiendo en escalera, ha esculpido piscinas naturales de formas perfectas. El entorno, rodeado de verdor y piedra pulida, intensifica el tono glacial del agua, una invitación tanto a la contemplación como a un baño que, incluso en los meses templados, sigue resultando revitalizante.

Garganta de Alardos

Puente de Madrigal de la
Puente de Madrigal de la Vera, en Cáceres (Adobe Stock).

La localidad de Madrigal de la Vera presume de uno de los conjuntos fluviales más apreciados de la zona: la Garganta de Alardos. Bajo la atenta mirada de un puente del siglo XVIII, hasta seis zonas de baño conforman esta piscina fluvial donde las familias encuentran lugares tranquilos, plataformas de acceso, aparcamiento de pago y restaurante. Las aguas, limpias y de temperatura moderada en otoño, riegan una frondosa vegetación de ribera y permiten que quien acuda disfrute tanto de un refrescante remojón como de una jornada de picnic.

Garganta de Cuartos

En el valle donde el pimentón tiene fama mundial, La Vera reúne enclaves donde el baño no solo está permitido, sino también recomendado por quienes conocen bien sus gargantas. Una de las más populares es la Garganta de Cuartos, situada en Losar de la Vera junto a la carretera EX-203. Allí, cerca de un puente medieval, viajeros disfrutan de un baño, comidas en el cercano restaurante o acampadas en el camping situado a escasa distancia. La combinación de naturaleza, historia y servicios la convierten en una visita obligada para quienes cruzan la comarca.

El Jevero

En plena sierra de Gata, el pueblo de Acebo alberga el paraje fluvial de El Jevero, famoso por sus aguas cristalinas y frías. Este enclave, a tan solo dos kilómetros del casco urbano y accesible a pie, en bici o en coche, cuenta con tres piscinas naturales rodeadas de vegetación autóctona. Es punto de partida del Camino Natural del río Rivera de Acebo, red de siete rutas que discurren junto al cauce, ofrecen perspectivas únicas desde miradores, y culminan en la imponente cascada de La Cervigona, que con sus 62 metros de altura es una de las más destacadas de toda la región.

La Cantera de Alcántara

La Cantera de Alcántara, Cáceres
La Cantera de Alcántara, Cáceres (Adobe Stock).

Muy cerca del embalse José María de Oriol, una antigua explotación de granito se ha convertido en la singular Cantera de Alcántara, una cala de interior que sorprende al viajero por su amplitud y profundidad. El lago artificial, con aproximadamente 100 metros de profundidad, permite tanto nadar como bucear, lanzarse desde las rocas e incluso pasear en kayac o embarcaciones neumáticas. Esta piscina natural ofrece una experiencia diferente, alejada de la multitud y rodeada por el silencio de la naturaleza y las antiguas paredes de granito.

Garganta de las Nogaleas

En el Valle del Jerte, el municipio de Navaconcejo regala a los senderistas y bañistas una emocionante travesía por la Garganta de las Nogaleas. Esta ruta circular, de unos 2,5 km, enlaza cascadas y pozas para el baño en un entorno de bosque y aire puro. Además, Navaconcejo cuenta con zonas de baño urbanas muy frecuentadas durante todo el año como Benidorm, El Pilar y la piscina El Cristo, lo que convierte el pueblo en referencia para quienes buscan agua y naturaleza a partes iguales.

Garganta Ancha

El Valle del Ambroz, vecino del Jerte y de La Vera, es famoso por sus paisajes bucólicos y la abundancia de bosques y agua. Entre sus muchas piscinas naturales destaca la Garganta Ancha, en Casas del Monte, preparada para recibir tanto a familias con niños, en su zona de baño tranquila, como a bañistas experimentados gracias a sus áreas de aguas profundas. El área recreativa cuenta con dos chiringuitos, un albergue y aparcamiento, facilitando largas jornadas de baño y descanso bajo la sombra de los alisos.

Charco de la Olla

En Las Hurdes, comarca famosa por su autenticidad y naturaleza intacta, se encuentra el recóndito Charco de la Olla. Este rincón se crea en la confluencia de los ríos Batuecas y Ladrillar, justo en la alquería de Las Mestas. Prácticamente a pie de la carretera EX-366, el charco ofrece accesibilidad y vistas a un viejo molino de agua y puentes de pizarra. Cada verano, la instalación de una presa desmontable transforma este lugar en la piscina natural más emblemática de Las Mestas, permitiendo que vecinos y visitantes compartan baños en aguas frescas rodeados de silencio y aromáticas jaras.

Puente del Parral

Jarandilla de la Vera suma a su encanto monumental varias piscinas naturales de fácil acceso. Uno de los enclaves históricos es el Puente del Parral, antiguo paso entre Jarandilla y Aldeanueva por donde cruzó Carlos V camino de Yuste en torno a 1556. Hoy, la Garganta de Jaranda y el Puente del Parral siguen siendo lugares predilectos gracias a sus servicios y a sus amplios espacios para el relax y el contacto directo con la historia y el agua.

El Chorrerón

La capital de la comarca cacereña de Sierra de Gata, Moraleja, ofrece la opción de pasar un día completo sumergido, al menos hasta la cintura, en el frescor de su río Rivera de Gata. El paraje de El Chorrerón, con su cascada espectacular sobre el río Árrago, proporciona sombra, rutas para pasear, áreas de picnic y una atmósfera relajada. A pocos minutos, el Parque Fluvial Feliciano Vega añade otra piscina natural al repertorio, consolidando la localidad como cita imprescindible para los amantes de la naturaleza y el agua.