El Tren de la Muerte de Tailandia: un ferrocarril construido en la II Guerra Mundial con una oscura historia y que atraviesa bonitos paisajes

Este tren une Tailandia con Birmania atravesando impresionantes parajes sin olvidar su turbulento pasado

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Tren de la Muerte de Tailandia (Adobe Stock).

Viajar en tren ya no es solo una forma de desplazarse, sino que en los últimos años se ha convertido en una nueva forma de hacer turismo gracias a todos los encantos que ofrecen. Algunos de estos ferrocarriles se han transformado en hoteles sobre ruedas, brindando experiencias únicas llenas de lujo y descubriendo destinos de una forma diferente. Otros atraviesan montañas escarpadas llenas de nieve donde los paisajes son de ensueño, pero también existen aquellos en los que la historia pesa más que sus vagones, salones y suites.

Es precisamente en el pasado de estos trenes donde radica su encanto hoy en día, aunque sea tan trágico o impactante como el que une la capital de Tailandia, Bangkok, con la ciudad birmana de Nam Tok. Este ferrocarril es conocido como el Tren de la Muerte de Tailandia y recorre casi 200 kilómetros en un trayecto que dura alrededor de 4 horas y 40 minutos. A diferencia de los grandes viajes o itinerarios en tren, este es bastante modesto y carece de lujos, donde los vagones y asientos son simples y descoloridos del tránsito.

El origen oscuro del ‘Tren de la Muerte’

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Tren de la Muerte de Tailandia (Adobe Stock).

La historia del Tren de la Muerte se remonta al año 1942, cuando los japoneses llevaron a prisioneros de guerra aliados a Tailandia y les obligaron a construir una vía de ferrocarril en mitad de la jungla. El objetivo era conectar con Birmania y ayudar a las tropas niponas en la campaña que estaban llevando a cabo contra el Raj Británico. El tren se construyó en apenas 14 meses, pero en ese tiempo miles de británicos, australianos, indios malasios y otros obreros fallecieron a causa de los maltratos, condiciones inhumanas, enfermedades y bombardeos.

Se estima que el número de muertos fue de alrededor de 16.000 prisioneros y unos 100.000 trabajadores, de ahí que se le conozca como el Tren de la Muerte. De hecho, tal es su historia que ha sido traslada al cine en películas como El puente sobre el río Kwai (1957). A día de hoy un tramo de la línea sigue en funcionamiento, donde los trenes salen de la estación de Thonburi, en Bangkok, hacia la ciudad de Kanchanaburi. Este es el primer tramo del viaje y es un trayecto en el que apenas hay turistas y los vagones los llenan monjes budistas, trabajadores y estudiantes.

Un viaje por montañas, puentes e imponentes paisajes

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Tren de la Muerte de Tailandia (Adobe Stock).

Durante el viaje, los paisajes urbanos pasan a transformarse en vistas donde se pueden contemplar casas de campo, templos dorados y extensos arrozales. Kanchanaburi es una parada obligatoria para conocer la historia del tren y su función durante la Segunda Guerra Mundial. Desde esta ciudad se enviaban a muchos prisioneros de guerra a campos de trabajo en el corazón de la jungla y ahora alberga el magnífico Centro del Ferrocarril Tailandia-Birmania.

En él se pueden contemplar exposiciones sobre la construcción de la línea; desde sus orígenes, como medio usado por los japoneses para reforzar su línea del frente ante los británicos en Birmania, hasta su clausura final, en 1947. Igualmente, el cementerio de la Guerra próximo hace honor a todos aquellos que perdieron la vida durante la construcción del ferrocarril. Aunque si algo destaca en Kanchanaburi es el “puente sobre el río Kwai”, una imponente estructura de hierro en las afueras de la ciudad, bombardeada por los aliados durante la guerra.

Sin embargo, la relación de esta plataforma con la película de Hollywood es prácticamente inexistente, ya que se rodó completamente en Sri Lanka. A pesar de ello, el paso por él descubre un paisaje totalmente nuevo donde majestuosas montañas cubiertas de selva y bosques de bambú arropan el trayecto. La guinda la pone el viaducto de Wang Pho, con unas vistas de infarto al imponente desfiladero que cruza el río Khwae.

Estos son algunos de los trenes más espectaculares

El trazado ferroviario culmina actualmente en Nam Tok, situada a dos horas de Kanchanaburi. Desde la estación es posible seguir a pie parte del recorrido original de la línea hacia el noroeste, en dirección a la frontera con Myanmar, aunque la vegetación selvática ha recuperado gran parte de ese territorio. Asimismo, este enclave permite acceder fácilmente a los parques nacionales de la zona.