Estos son los mejores destinos para viajar a principios de otoño

Estos lugares permiten disfrutar de un viaje más pausado y alejado del turismo de masas propio del verano

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La Valeta, en Malta (Adobe
La Valeta, en Malta (Adobe Stock).

Cuando el calendario marca el final del verano, muchos viajeros piensan que también cierran las puertas de la temporada alta. Sin embargo, el otoño se consolida como uno de las mejores épocas para emprender nuevas rutas. Mientras las multitudes regresan a sus rutinas y los destinos turísticos recobran su calma, el otoño brinda la oportunidad de disfrutar de viajes más sosegados, temperaturas agradables y experiencias auténticas. Todavía quedan vacaciones por disfrutar y opciones para quienes buscan aprovechar el declive de la estación cálida: según la propuesta de Civitatis, el otoño puede convertirse en el nuevo agosto, con diez alternativas a destacar para descubrir el mundo fuera del bullicio habitual.

Malta

Pese a su pequeño tamaño, Malta ofrece una densidad histórica inusual: templos megalíticos de milenios, ciudades amuralladas como La Valeta y playas cinematográficas conforman el corazón de este enclave mediterráneo. Durante el otoño, las aguas aún se mantienen cálidas y el ambiente es sereno tras la salida de la mayoría de los viajeros de temporada. A la riqueza monumental de su isla principal se suma la invitación a conocer Gozo y Comino, donde la Blue Lagoon promete aguas turquesas e inolvidables jornadas de baño. Así, el equilibrio entre historia y naturaleza convierte a Malta en una opción multifacética para todo tipo de viajeros.

Lanzarote

Poris de Candelaria, en La
Poris de Candelaria, en La Palma (Shutterstock).

Entre paisajes que evocan otro planeta, Lanzarote reúne naturaleza y cultura bajo un mismo cielo. El influjo del arquitecto César Manrique se siente tanto en sus edificaciones como en la manera de entender el entorno, fusionando arte y respeto por el paisaje insular. Recorrer el Parque Nacional de Timanfaya, caminar por las playas de Papagayo o asombrarse con el verdor del Charco de los Clicos son solo algunas de las propuestas imprescindibles. Quienes buscan experiencias fuera de lo común, pueden sumergirse en el Museo Atlántico, donde esculturas se descubren solo bajo el agua. La oferta enogastronómica destaca por los vinos de denominación de origen, cultivados en suelos volcánicos, lo que convierte a la visita de bodegas míticas como El Grifo en un plan imprescindible para cada paladar curioso.

Chicago

El final del verano en Chicago revela una cara vibrante antes de encarar el invierno. Más allá de su apodo de “Ciudad del Viento”, la metrópolis se distingue por un marcado carácter cosmopolita. Las vistas desde el 360 Chicago Observation Deck permiten contemplar el extenso lago Michigan y un horizonte salpicado por más de mil rascacielos. La ciudad invita a combinar un crucero arquitectónico con paseos por el Millennium Park, donde el arte y la cultura urbana se dan la mano. Este equilibrio entre monumentos, espacios naturales y expresiones contemporáneas define la experiencia en una de las urbes más dinámicas de Estados Unidos.

Barcelona

El otoño transforma a Barcelona en una ciudad mucho más apacible, libre de las largas filas y la presión turística de los meses estivales. Lugares icónicos como la Sagrada Familia, el Parque Güell y los pasajes del Barrio Gótico lucen de una manera diferente, más genuina y accesible. Para quienes buscan nuevas perspectivas, el ascenso en teleférico a Montjuïc abre vistas privilegiadas, y los amantes de la gastronomía pueden sumarse a un tour de tapas en La Boquería. Además, los aficionados al fútbol encuentran en la visita al Spotify Camp Nou una parada obligada, aprovechando una atmósfera serena y auténtica.

Marrakech

Paseo en camello por el
Paseo en camello por el desierto (Adobe Stock).

El bullicio de la plaza Yamaa el-Fna, el caos aparente de su zoco y el perfume de las especias delinean un retrato sensorial marcado por la hospitalidad local. La ciudad también sirve como epicentro de incursiones al desierto: las dunas de Merzouga, el Zagora o el agreste Agafay ofrecen rutas en camello, quad o noches bajo las estrellas para quienes buscan vivir el Sahara plenamente. Tras la aventura, nada como cerrar la jornada en un hammam tradicional, sumergiéndose en una pausa relajante para acabar el día.

Bali

El exotismo y la espiritualidad convergen en Bali, considerada más que una simple isla, un auténtico estado de ánimo. El ambiente resulta propicio para la introspección gracias a sus templos milenarios, los arrozales de un verde profundo y una cultura artística en constante efervescencia. De esta forma se presenta como un destino donde disfrutar disfrutar de clima seco y cielos despejados, mientras las multitudes ya han remitido. Los retiros de yoga y la artesanía en Ubud, junto a las playas del sur perfectas para el surf o para quienes solo buscan desconexión, hacen de la isla un destino ecléctico donde la experiencia se adapta al ritmo de cada viajero.

Budapest

El inicio del otoño tiñe de dorado las calles de Budapest, potenciando el atractivo de una de las capitales europeas más hermosas. Su esencia reside en el contraste ente la aristocrática Buda y la animada Pest, separadas por el caudal del Danubio. Los puntos de interés como el Castillo, el Bastión de los Pescadores y el imponente Parlamento dibujan un itinerario imprescindible. La tradición de los baños termales añade un componente de bienestar, mientras que las visitas guiadas por monumentos históricos permiten entender la riqueza cultural y política de la capital húngara en profundidad.

Madeira

Porto Moniz, en Madeira, Portugal
Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Adobe).

Entre acantilados, bosques frondosos y costas escarpadas, Madeira se mantiene fiel a su apodo de “isla de la eterna primavera”. Septiembre otorga la oportunidad ideal para explorar sus famosas rutas de levadas que atraviesan espectaculares paisajes naturales. La capital, Funchal, abre su mercado y jardines a los visitantes, mientras que la tradicional bajada en carros de cesto se convierte en una experiencia única, a medio camino entre la aventura y el folclore. Aquellos que deseen ir más allá pueden adentrarse en excursiones en 4x4 o descubrir piscinas naturales de lava, poniendo en valor la diversidad paisajística del archipiélago.

Salvador de Bahía

Colorida, musical y vibrante, la ciudad de Salvador de Bahía ofrece una fusión de historia, playa y cultura. La primera capital de Brasil desborda vida entre su entramado colonial del Pelourinho, declarado Patrimonio de la Humanidad, y la presencia inconfundible de la música y la danza afrobrasileña. A ello se suman las playas urbanas, como Itapuã, que permiten alternar momentos de relax con excursiones culturales. Septiembre, con su clima cálido y menos visitantes, es un mes propicio para descubrir los sabores de la gastronomía local y sumergirse en la efervescencia de las tradiciones bahianas.

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Cabo Verde

El carácter singular de Cabo Verde se manifiesta en la variedad de sus diez islas, desde las dunas doradas de la Isla de Sal hasta los perfiles volcánicos de Fogo. Este enclave africano se revela en esta época como el escenario ideal para amantes del buceo, los deportes acuáticos o quienes buscan descubrir culturas musicales diferentes. La morna, género musical local reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pone la banda sonora a jornadas en las que todavía se puede ascender a la cima del Pico do Fogo, un volcán en activo cuya silueta es inconfundible. Además, la oferta gastronómica, mezcla de tradiciones africanas y portuguesas, completa la experiencia de un destino alejado del turismo masivo.