
Coimbra, una de las ciudades más antiguas de Portugal, se erige como un destino imprescindible para quienes buscan sumergirse en la rica historia y la vibrante cultura del país. Situada a orillas del río Mondego, esta ciudad, conocida por su emblemática universidad, ofrece una mezcla fascinante de arquitectura medieval, estrechas callejuelas empedradas y un ambiente estudiantil que mantiene viva su tradición intelectual. Pero más allá de su patrimonio histórico y cultural, la ciudad está rodeada por un entorno natural que descubre alguno de los paisajes más bonitos de la región.
Apenas a una hora de la ciudad, la Sierra de Açor atesora un rincón de ensueño que es perfecto para relajarse en verano. Se trata de la cascada da Fraga da Pena, un salto de agua que es de los más grandes de Portugal. A pesar de ello, no es muy conocida, por lo que suele ser un destino ideal para relajarse y disfrutar de todos los encantos que ofrece este enclave. Además, está rodeada de preciosas rutas de senderismo que llevan hasta su base a través de frondosos bosques y un paisaje de ensueño.
Un conjunto natural único

La cascada Fraga da Pena se halla en una zona abrupta modelada por el paso continuo de la Barroca de Degraínhos, el arroyo que da origen a una sucesión de saltos de agua de particular belleza. El punto culminante del paraje lo constituye una espectacular caída de agua que alcanza los 19 metros de altura, formando un velo translúcido que contrasta con la vegetación circundante y los escarpes rocosos. Estas constantes cascadas han sido esculpidas durante siglos por el flujo del agua, contribuyendo a crear un microclima húmedo y fresco, muy apreciado tanto por senderistas como por amantes de la botánica. El entorno inmediato de la cascada se reconoce por su biodiversidad, albergando algunos de los ejemplares más antiguos y robustos de quejigo y castaño de la región.
A su vez, la zona de Fraga da Pena se ha consolidado como uno de los destinos predilectos para los aficionados al turismo de naturaleza y fotografía. Sus sendas balizadas permiten recorrer tanto el entorno de la cascada principal como los rincones más desconocidos del valle de la Barroca de Degraínhos, a menudo sorprendente por la tranquilidad de sus pozas y la diversidad de su flora. Este enclave protegido desempeña un papel fundamental en la conservación de especies autóctonas y representa un refugio imprescindible para la vida silvestre de la Serra do Açor.
Uno de los senderos más conocidos para contemplar el paraje de Fraga da Pena es el Camino de Esquisto. Se trata de un sendero circular de casi tres kilómetros de longitud que recorre todo el entorno. La dificultad es muy baja y no tiene pérdida, además de que gran parte coincide con el Sendero de las Pizarras de Benfeita.
Cómo llegar
Desde Coimbra, el viaje hasta la cascada de Fraga da Pena es de alrededor de 1 hora y 15 minutos por la carretera IP3 y la IC6. Por su parte, desde Castelo Branco el trayecto tiene una duración estimada de 2 horas por la vía N112.
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