Urduliz, el pueblo de los ganadores del Grand Prix y famoso por sus caseríos, el senderismo y la escalada

Urduliz acumuló 28 puntos, lo que le ha permitido tomar la delantera del concurso y tener muchas probabilidades de ganar el premio de 30.000 euros

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Urduliz, el pueblo vizcaíno conocido
Urduliz, el pueblo vizcaíno conocido por el senderismo y la escalada (Wikiloc)

Urduliz, una pequeña localidad de la comarca vizcaína de Uribe Kosta, ha vuelto a colocarse en el mapa gracias a su participación en el programa Grand Prix del Verano, emitido por Televisión Española y conducido por Ramón García. El municipio se ha proclamado como el segundo ganador de la temporada, pero lo que más ha emocionado a los vecinos presentes en el plató ha sido que Urduliz se ha posicionado en primer lugar en la lista general del concurso.

El formato televisivo enfrenta a diferentes pueblos de España a lo largo del verano y registra sus puntuaciones para determinar, al final, quién será el gran ganador de la edición. El pasado lunes 15 de julio, Urduliz acumuló 28 puntos, lo que le ha permitido tomar la delantera. Este avance no solo es motivo de orgullo, sino que podría traducirse en una ayuda económica directa, ya que el programa otorga 30.000 euros al municipio vencedor. Este premio suele destinarlo a proyectos o actividades para la localidad.

El reconocimiento no sorprende a quienes conocen Urduliz. Esta localidad combina un crecimiento urbanístico sostenido con un fuerte arraigo rural, reflejado en sus barrios tradicionales —Elortza, La Campa, Dobaran, Meriondo y Zalbides— y en sus numerosos caseríos históricos. La posibilidad de reinvertir los fondos del concurso en la mejora del entorno resulta coherente con su identidad: el pueblo vizcaíno podría mejorar (si es que es posible), sus calles y sus caseríos y su posibilidad para inmiscuirse en la naturaleza para pasear, hacer senderismo o escalada.

Patrimonio histórico y enclaves naturales

Ruta circular entre Urduliz y
Ruta circular entre Urduliz y Butrón (Wikiloc)

Urduliz se sitúa en el valle de la ría de Butrón, en su margen izquierda, rodeado de una riqueza paisajística que atrae tanto a excursionistas como a visitantes que buscan desconexión. Entre sus principales hitos se encuentra la iglesia parroquial de Santa María, un templo barroco reedificado en el siglo XVIII que se erige junto al palacio de Torrebarri, datado del siglo XVII, como se indica en Turismo Euskadi. Ambos edificios están próximos a una zona recreativa con mesas, bancos y barbacoas, punto de partida para muchas rutas.

Desde ese enclave es posible ascender a las peñas de Urduliz, donde se localiza la ermita de Santa Marina, adosada a una pared rocosa. Se trata de un lugar de gran valor paisajístico y un mirador natural desde el que se puede contemplar el litoral vizcaíno, desde Punta Lucero hasta el cabo Billano. Las inmediaciones son terreno habitual para senderistas y escaladores. Varias rutas conducen incluso hasta el castillo de Butrón, en el vecino municipio de Gatika.

En clave etnográfica, destaca el molino Errotatxu, uno de los más antiguos de la comarca y aún en funcionamiento. Quienes visiten la localidad en septiembre podrán disfrutar además de las fiestas de Andra Mari, que incluyen actuaciones musicales, eventos para todas las edades y, especialmente, competiciones de deporte rural vasco. Asimismo, en el probadero descubierto, ubicado entre la iglesia y el ayuntamiento, se celebran demostraciones tradicionales como las pruebas de bueyes, de gran tradición en la localidad.

Caseríos, palacios y arquitectura civil

Urduliz es también una localidad de patrimonio vivo. El caserío forma parte esencial de su identidad. Algunos destacan por su factura: Errotabarri, Goikoetxe y Urduliz Osteiko, estos dos últimos del siglo XVI, presentan abundante sillería en la base de las fachadas y soportales característicos, incluyendo un acceso en arco conopial ultrarrebajado. También destacan Añubarri y Umarane, del siglo XVIII, y Brinketene, de influencia culta y estilo decimonónico.

Entre los palacios, el de Mentxakatorre, en el barrio de Eleiza, llama la atención por su escudo familiar y su estructura barroca del siglo XVIII, mientras que Torrebarri fue construido a finales del XVII sobre un edificio medieval previo. Su fachada sobria y su fidelidad al clasicismo lo convierten en una pieza destacada del patrimonio civil vasco.