
Barcelona es internacionalmente reconocida por el pulso vibrante de su vida urbana, la riqueza de su patrimonio arquitectónico y la variedad de propuestas culturales. No obstante, su entorno natural merece igual protagonismo en el imaginario de quienes la visitan o residen en ella. Más allá de avenidas bulliciosas y monumentos emblemáticos, el territorio que rodea la ciudad condal esconde parajes marcados por la diversidad y el equilibrio entre montaña, bosque y agua. Desde bosques mediterráneos hasta espectaculares parques naturales, Barcelona ofrece un mosaico de escenarios donde la naturaleza despliega sus mejores atributos.
Senderismo entre encinares, rutas ciclables con vistas panorámicas, miradores naturales para observar el mar y el perfil de la urbe, y la posibilidad de descubrir pueblos medievales y caminos centenarios forman parte del atractivo paisajístico que distingue esta región. La proximidad de áreas protegidas y reservas naturales otorga a los habitantes de la ciudad y visitantes la oportunidad de acceder, en cuestión de minutos, a ambientes donde el ritmo cotidiano se diluye entre la tranquilidad y el aire puro.
En este contexto, las piscinas naturales emergen como auténticos refugios estivales. A pocos kilómetros de la ciudad, estos enclaves permiten a quienes buscan un respiro del asfalto disfrutar de la naturaleza en su forma más refrescante y directa. Enclavadas entre montañas o rodeadas de frondosa vegetación, las piscinas naturales de Barcelona se han convertido en destinos imprescindibles para quienes desean alternar el bullicio urbano con la serenidad de un baño en aguas transparentes y entornos privilegiados.
La Riera de Merlès

El Valle de Merlès constituye uno de los espacios naturales más destacados en las inmediaciones de Barcelona para quienes desean una experiencia auténtica de contacto con el entorno. Situado en la zona montañosa de la capital catalana, este paraje casi intacto por la acción humana, presenta una biodiversidad remarcable y paisajes que conservan su carácter original, convirtiéndose en destino de referencia para los amantes de la naturaleza. La Riera de Merlès, el río que otorga nombre al valle, nace en la sierra catalana de Catllaras y cruza tres comarcas: Bages, Osona y Berguedà.
A lo largo de su recorrido, el agua serpentea entre formaciones rocosas y distintos ambientes vegetales, creando piscinas naturales ideales para el baño y zonas de ribera que invitan a la exploración. El clima estival y la transparencia del agua convierten a este tramo fluvial en un punto de encuentro para quienes buscan refrescarse en los días más calurosos. Por eso, los visitantes no suelen olvidar el bañador cuando planean una jornada en Merlès. Además, el entorno de la Riera de Merlès entusiasma especialmente a familias con niños y a grupos de excursionistas. Varias rutas de senderismo se extienden por la región, con niveles de dificultad bajos que las hacen accesibles a todo tipo de público.
Els Gorgs del Riu Tenes

Dentro del espacio natural conocido como Cingles de Bertí, se ubica una de las zonas más sugerentes del entorno barcelonés: Els Gorgs del Riu Tenes. Este rincón, apreciado tanto por excursionistas como por quienes buscan paisajes diferentes, destaca por sus múltiples lagos y saltos de agua que ofrecen un espectáculo visual inconfundible. Los caminos que flanquean el río permiten adentrarse en un entorno donde el rumor constante del agua y la vegetación forman un ambiente apacible y singular.
El atractivo de Els Gorgs del Riu Tenes reside en la sucesión de charcas y cascadas ocultas entre la vegetación, lo que potencia la sensación de descubrimiento en cada tramo del recorrido. Aunque actualmente está prohibido el baño en los ríos de esta zona, su popularidad no ha disminuido, en parte debido a las posibilidades que ofrece para el senderismo y la observación de la naturaleza. Recorrer los márgenes del río posibilita ver lagos naturales y saltos de agua que cautivan a todo tipo de visitantes, desde familias hasta grupos de amigos que buscan alternativas al bullicio urbano.
Una de las rutas emblemáticas de la zona permite llegar hasta el monasterio benedictino de Sant Miquel del Fai. Este edificio histórico, enclavado en un entorno natural de singular belleza, constituye un destino en sí mismo y representa una de las conexiones más llamativas entre el patrimonio cultural y el entorno paisajístico. Durante el trayecto, los excursionistas pueden observar cómo el río ha modelado el paisaje a lo largo de los siglos, creando formaciones que se funden con la vegetación.
La Foradada de Cantonigròs

A poca distancia de la Ciudad Condal, la comarca de Osona revela algunos de los rincones más apreciados por quienes buscan naturaleza y tranquilidad en estado puro. Uno de estos lugares es la Foradada de Cantonigròs, una piscina natural de características singulares que, además de ser ideal para el baño, atrae por su entorno repleto de historia y belleza paisajística.
La Foradada se ubica junto a la localidad de Cantonigròs, en pleno corazón de la comarca. Su atractivo radica en el efecto que la erosión ha producido sobre la roca, formando una cascada con caída libre y excavando una piscina de aguas limpias y profundas. El aspecto que presenta el enclave remite a imágenes de cuentos y leyendas, con la roca perforada y el musgo creciendo entre las paredes húmedas del desfiladero. Llegar a la Foradada supone una caminata de media hora desde el centro de Cantonigròs, lo que la convierte en una excursión accesible y repleta de recompensas visuales.
Gorg Negre en el Parque Natural del Montseny
El Parque Natural del Montseny, reconocido como uno de los espacios protegidos más emblemáticos de Cataluña, acoge entre su denso hayedo a la famosa piscina natural conocida como Gorg Negre. Situado en la riera de Gualba, este enclave se distingue por su popularidad y atractivo, tanto para quienes desean darse un baño en plena naturaleza como para los que buscan rutas de senderismo bajo la sombra de los árboles.
Una de las razones que explican el magnetismo del Gorg Negre es la intensidad con la que fluye el agua durante el verano. La corriente da lugar a piscinas naturales aptas para el baño, ofreciendo un refresco inmediato en los días más calurosos. El entorno, tapizado por el verdor de los hayedos, convierte la visita en una experiencia sensorial donde los sonidos del bosque y el fluir del agua acompañan cada paso. Este paisaje varía con las estaciones: en otoño, por ejemplo, los colores tierra y rojizos tiñen el ambiente de una belleza particular que atrae tanto a fotógrafos como a amantes del senderismo.
El acceso al Gorg Negre se realiza a través de diversas rutas que se inician en las inmediaciones del parque, pensadas para adaptarse a diferentes niveles de experiencia y condición física. Al inicio del recorrido destaca un punto de interés adicional: la Font Dels Enamorats, una pequeña fuente que ofrece una pausa y un atractivo más para completar la visita. Este detalle se suma al conjunto de motivos que llevan cada año a numerosos visitantes a elegir el Montseny como destino de contacto directo y respetuoso con la naturaleza.
El Gorg del Pare en Sant Llorenç del Munt i L’Obac
A tan solo una hora del centro de Barcelona, el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i L’Obac se presenta como otro de los grandes destinos para quienes buscan perderse en la montaña y combinar senderismo con baños en plena naturaleza. El punto de partida para llegar a su emblemático Gorg del Pare es el pueblo de Mura, una localidad que mantiene su encanto tradicional y sirve como antesala a una de las rutas más recomendadas de la provincia.
El trayecto hasta el Gorg del Pare discurre por caminos bien señalizados que serpentean entre bosques y formaciones rocosas características de la zona. Las pausas durante la caminata permiten apreciar la riqueza botánica del parque y el entorno de tranquilidad que domina en cada rincón. Al final del recorrido, el visitante se encuentra frente a un rincón mágico: varios saltos de agua confluyen para formar una piscina natural rodeada de vegetación y piedras que ofrecen un refugio para refrescarse en los días más cálidos.
La zona que rodea el Gorg del Pare invita a permanecer más allá del baño esporádico. Muchos visitantes optan por llevar picnics para disfrutar junto al agua, mientras otros exploran los senderos adicionales o se dedican a la observación de aves y fauna local. El entorno, cuidadosamente preservado, permite una experiencia inmersiva y segura tanto para familias como para excursionistas experimentados.
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