Este es el pueblo más bonito de España al que viajar en julio, según el ‘National Geographic’: una joya del Siglo de Oro con un teatro único en el mundo

Esta villa está declarada Conjunto Histórico Artístico y durante este mes celebra el Festival Internacional de Teatro Clásico, el certamen más importante del teatro de los siglos XVI y XVII

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Plaza Mayor de Almagro, en
Plaza Mayor de Almagro, en Ciudad Real (Shutterstock).

En el corazón del Campo de Calatrava, la villa de Almagro, emerge como uno de los pueblos más bonitos de nuestro país y como una de las cunas del teatro español. Esta villa de Ciudad Real lleva la interpretación a sus cotas más altas gracias a una de las joyas y emblemas de la ciudad. Se trata del Corral de Comedias, un espacio que es el único que se ha mantenido intacto y en activo desde principios del siglo XVII hasta nuestros días. Tal es su importancia que la villa es conocida como la ‘ciudad del teatro de corral’.

Pero esto no se queda aquí, pues la localidad también se caracteriza por su riqueza cultural, artística, y su inconfundible esencia castellana que acoge cálidamente a sus visitantes. Sus calles conforman un trazado que ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico, además de ser considerado como uno de los pueblos más bonitos de España. Tal es su riqueza patrimonial e histórica, que el National Geographic ha elegido a Almagro como el mejor pueblo para visitar durante este mes de julio.

Un recorrido por la historia de Almagro

Almagro, en Ciudad Real (Adobe
Almagro, en Ciudad Real (Adobe Stock).

La historia de Almagro se remonta a la época romana, aunque su desarrollo significativo se produjo durante la Edad Media. En ese periodo, la Reconquista impulsó la reorganización de amplias zonas de la península, y en el siglo XIII la Orden de Calatrava fijó en la localidad su sede, lo que condicionó el crecimiento urbano y la relevancia estratégica del enclave. El establecimiento de la Orden de Calatrava dotó a Almagro de una identidad militar y religiosa que se reflejó tanto en su urbanismo como en su modo de vida. Bajo el control y la influencia de esta orden, la ciudad experimentó un destacado impulso económico y social.

La gestión de tierras, la construcción de templos, conventos y edificios administrativos, y la llegada de nuevos pobladores generaron un ambiente de dinamismo que marcó el devenir de Almagro durante siglos. El esplendor urbano y mercantil de la población se afianzó entre los siglos XVI y XVII. Coincidiendo con el Siglo de Oro español, la ciudad se consolidó como un importante centro comercial y de producción de lana, motor crucial de su economía. Fue en estos siglos cuando se erigieron muchos de los símbolos arquitectónicos de Almagro, como el Corral de Comedias, plazas y palacios vinculados tanto a la vida religiosa como a la actividad económica. Este periodo supuso la etapa de máximo desarrollo y notoriedad para la ciudad.

De este modo, a día de hoy, la localidad se alza como un rincón de La Mancha en el que poder disfrutar de uno de los mayores patrimonios históricos y culturales de España. Todo de la mano de sus monumentos, calles empedradas, plazoletas y galerías corridas, los cuales muestran la arquitectura y la auténtica esencia manchega.

Un teatro único en el mundo

Corral de comedias de Almagro,
Corral de comedias de Almagro, en Ciudad Real (Shutterstock).

Recorrer las calles de Almagro es viajar al Siglo de Oro, cuando el teatro era uno de los mayores exponentes culturales de nuestro país. Su Plaza Mayor conserva la impronta del Renacimiento español con sus soportales de madera pintada en verde y la armónica disposición de los edificios circundantes. Todo ello precede de una manera única al famoso Corral de Comedias, el monumento más emblemático de la villa y una de las joyas patrimoniales de España. Fue construido en el año 1628 y nació de la ampliación del conocido hasta entonces Mesón del Toro.

Tras casi 400 años de historia ha mantenido su estructura original y permanece activo desde su primera actuación documentada en el año 1629. Es por ello que su interior sorprende a todo aquel que lo visita gracias al contraste de sus vigas y zapatas pintadas con el llamativo almagre (rojo oxidado) y el blanco de la cal presente en sus muros. Pero esto no es todo, pues su escenario sigue acogiendo representaciones, siendo el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro uno de los eventos más destacados en nuestro país.

Este se celebra cada mes de julio y es considerado “el más importante del mundo dedicado al teatro de los siglos XVI y XVII, especialmente del Siglo de Oro español”, tal y como señala el National Geographic. Pero durante el certamen, que este año tiene lugar entre el 3 y el 27 de julio, no solo se utiliza esta cuna teatral. Pues también tienen presencia otros lugares y espacios históricos como la Plaza Mayor, la Antigua Universidad Renacentista, las aristocráticas butacas y palcos del Teatro Municipal, la Iglesia de San Agustín o el bellísimo Palacio de Valdeparaíso.

Un villa repleta de monumentos

La villa es la cuna del teatro gracias a que cuenta con el único corral de comedias que sigue activo desde su creación

Pero más allá de su herencia teatral, Almagro cuenta con un amplio conjunto monumental donde conventos, iglesias y palacios asombran al visitante. Uno de los más destacados es el convento de Santa Catalina, que construido en el siglo XVI, es a día de hoy Parador de Turismo. Fue el primer convento franciscano del pueblo y a lo largo de su historia ha sufrido varias ampliaciones. Así, su arquitectura presenta trazados tanto renacentistas como barrocos. Además, se encuentra rematado con trazados mudéjares que le otorgan una apariencia increíble.

Junto al convento, el monasterio de la Concepción Bernarda, hoy transformado en sala de exposiciones, y la iglesia de San Agustín destacan dentro del conjunto monumental. Pero el recorrido monumental no termina ahí: construcciones señoriales como el Palacio Maestral, actual sede del Museo Nacional de Teatro, y el Palacio de los Condes de Valparaíso, destinado ahora a albergar congresos y eventos, capturan la atención gracias a la riqueza artística de sus fachadas. En las inmediaciones de la plaza central, la tradición local se expresa a través de la gastronomía con las berenjenas de Almagro, un clásico aperitivo de la región que, gracias a su singular aliño, evoca los sabores distintivos de la cocina andalusí.

Cómo llegar

Desde Ciudad Real, el viaje hasta Almagro es de alrededor de 25 minutos por la carretera CM-45. Por su parte, desde Jaén el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 45 minutos por la vía A-4.