
Cuenca es una de esas provincias de España que alberga auténticas joyas escondidas. Entre sus muchos rincones llenos de belleza natural y cultural, hay uno que sobresale por su encanto: Cañete, considerado uno de los pueblos más pintorescos de la región. Este destino es perfecto para los amantes de la naturaleza, ya que se encuentra en el corazón de la Serranía, rodeado de montañas y con una impresionante cascada que deja sin aliento a quienes la contemplan. Además, Cañete cuenta con un castillo medieval que es otro de sus grandes atractivos.
Pero lo que hoy nos trae aquí es su entorno natural, más concretamente la cascada de del Pozo de la Horca. Este salto de agua es uno de los más especiales de Cuenca gracias a al paraje que le rodea. Este se conoce como El Postigo y por él discurre tranquilamente el río Tinte, conocido también como río de la Virgen. Este arroyo es el que conforma esta cascada, dando lugar a uno de los rincones más mágicos de la región. Así, es un escenario ideal para disfrutar de la naturaleza, pues cuenta con una sencilla ruta de senderismo que lo recorre y que descubre la cascada. El sendero es de poco más de dos kilómetros de longitud en sentido circular y su sencillez y tranquilidad lo convierten en el plan perfecto para hacer en familia.
Una pintoresca ruta

A pocos metros de la Puerta de la Virgen, los visitantes encuentran la fuente del Chorro, que proporciona agua fresca y marca el inicio de un recorrido singular por uno de los enclaves emblemáticos de Cañete. En este espacio, se exhiben algunas de las esculturas que forman parte del denominado Paisaje Ilustrado, una serie escultórica que cobra vida a través de imágenes cotidianas de la localidad. El autor de este conjunto es Luís Zafrilla, oriundo de Valdemeca, quien concibió la obra como un homenaje a los hombres y mujeres de la zona, consiguiendo plasmar tanto las rutinas laborales como los espacios de ocio característicos del municipio.
Las figuras, elaboradas en acero y posteriormente pintadas, se distinguen no solo por su integración armoniosa en el entorno natural, sino también porque muchas de ellas representan a habitantes reales del pueblo, aportando un valor único a la propuesta artística, de acuerdo con la misma fuente. El Paisaje Ilustrado se distribuye a lo largo de la ruta, permitiendo a los paseantes descubrir no solo la riqueza cultural sino también el vínculo de la comunidad con su territorio.
La senda prosigue junto a la Ermita de la Virgen de la Zarza, patrona de la villa, donde nace un tramo empedrado que conduce hacia el río de la Virgen o Tinte. Este paraje, conocido como El Postigo, se extiende bajo las antiguas murallas del casco histórico, destacando por la frondosidad de su vegetación y la frescura de su microclima, factores que transforman la experiencia del camino y generan una atmósfera diferente facilitada por la sombra y la presencia constante del agua, según detalló el medio.
La cascada y la ermita

Durante el recorrido, una valla de madera delimita el trayecto a orillas del río, resguardando uno de los rincones considerados de mayor belleza paisajística del municipio. Conforme se avanza, el rumor del agua se torna más perceptible hasta desembocar en la Cascada del Pozo de la Horca, una caída de agua de unos 10 metros de altura situada a pocos metros de la ermita.
La Ermita de la Virgen de la Zarza, considerada el epicentro religioso de Cañete, se erige extramuros de la población, próxima a la puerta homónima. El culto en el lugar se remonta, según la tradición, a los siglos XIII o XIV, a raíz de la aparición de una imagen mariana sobre un zarzal, lo que motivó la construcción de una primera ermita de pequeñas dimensiones y estructura sencilla cerca de la muralla. Actualmente, solo se conserva la espadaña de aquel templo primigenio, construida aprovechando un muro de la antigua muralla islámica, como reportó el medio digital.
El edificio actual corresponde a la segunda ermita edificada para este propósito, levantada entre los siglos XVII y XVIII con un estilo barroco rural y caracterizada por su sobriedad tanto en el interior como en el exterior, aunque destaca por su tamaño considerable, según consignó la fuente original. El conjunto —esculturas, senda, parajes fluviales y santuario— configura una experiencia donde el arte, la devoción y el entorno natural se entrelazan en un recorrido inseparable de la identidad local.
Cómo llegar
Desde Cuenca, el viaje es de alrededor de 1 hora por la carretera N-420. Por su parte, desde Teruel el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 10 minutos por las vías A-1513 y A-2703.
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