Las 10 rutas más impresionantes de La Rioja: bonitas cascadas, ermitas en mitad de la montaña y recorridos por viñedos

La Rioja ofrece una combinación singular de paisajes que van desde las fértiles llanuras del Valle del Ebro hasta las abruptas sierras de la Demanda y la Cebollera. Esta diversidad geográfica se traduce en una amplia oferta natural y cultural que invita a explorar sus territorios. Más allá de su reconocida tradición vitivinícola, la comunidad despliega una red de senderos que atraviesan bosques, ríos, cañones y pueblos históricos, permitiendo al visitante descubrir un mosaico de ecosistemas y patrimonio. Los contrastes entre viñedos, montañas y espacios fluviales hacen de La Rioja un destino versátil, donde el turismo de naturaleza convive con la riqueza histórica y arquitectónica.

En este escenario, el senderismo se presenta como la forma ideal para conectar con su esencia y recorrer un territorio lleno de sorpresas. Es por ello, que se ha elaborado una selección de 10 rutas perfectas para conocer todos los secretos de esta provincia y disfrutar de todos sus encantos.

A tan solo seis kilómetros de Haro, la ruta que rodea la Ermita de San Felices es una opción fácil y rápida, con apenas un kilómetros y un tiempo aproximado de media hora. El recorrido comienza en el área recreativa a los pies de la ermita y asciende por unas escaleras de piedra hasta el mirador que ofrece vistas amplias de la llanura riojana, los viñedos y la ribera del Ebro. La senda es apta para niños y se complementa con un pesebre y escaleras metálicas que llevan directamente a la ermita. Es un recorrido ideal para quienes buscan un paseo corto con panorámicas destacadas.

Situada en Villoslada de Cameros, esta ruta circular de poco más de seis kilómetros se completa en unas tres horas y media. Comienza en el Centro de Interpretación del Parque Natural Sierra de Cebollera, desde donde se accede a un camino que pasa por la Ermita de la Virgen de Lomos de Orios y llega al área recreativa de El Achichuelo. El sendero destaca por su paisaje de bosque de hayas y el arroyo de Puente Ra, que da nombre a varias cascadas. La más emblemática, El Saltín, ofrece un espectáculo natural, sonoro y visual, con la posibilidad de darse un chapuzón para quienes soporten el frío del agua. La ruta presenta tramos con terreno resbaladizo que requieren precaución.

Partiendo del Monasterio de Valvanera, esta ruta de casi cinco kilómetros y baja dificultad recorre los montes Mori, Umbría, Cándalo y Pancrudo. El sendero está bien señalizado y permite recorrer paisajes de pinar y riberas fluviales. Entre puentes de madera y pasarelas metálicas, se accede a puntos elevados, como el embalse, que alcanza 1.073 metros de altitud, desde donde se inicia el descenso a lo largo del río Valvanera. Esta ruta combina patrimonio histórico y entorno natural, con el monasterio como punto de inicio y regreso.

La Rioja Alta concentra la mayor cantidad de bodegas centenarias de Europa, además de los monasterios de Yuso y Suso, declarados Patrimonio de la Humanidad. Esta ruta circular de unos diez kilómetros, con un recorrido sencillo, comienza en Briones, cerca de la estación ADIF, y pasa junto al Museo del Vino Dinastía Vivanco. Durante el paseo, el caminante se encuentra con viñedos, la ermita de la bodega y el castillo de Briones, que aporta un atractivo histórico a la ruta. Es una opción ideal para quienes quieren combinar naturaleza, historia y enología.

Esta ruta de dificultad moderada se extiende por más de nueve kilómetros, con una duración aproximada de tres horas. Se ubica en Soto en Cameros y permite observar el cañón del río Leza desde puntos panorámicos. El sendero pasa por yacimientos paleontológicos donde se encuentran huellas de dinosaurios, un atractivo singular que añade valor científico y turístico. La presencia de buitres leonados en las alturas y la belleza del cañón completan un recorrido que conjuga patrimonio natural y paleontológico.

Situada en la Cordillera Ibérica, esta ruta circular de unos nueve kilómetros parte de la estación de esquí de Valdezcaray y dura unas cuatro horas. Es un itinerario exigente que permite alcanzar la cima del Pico San Lorenzo, con 2.252 metros, la máxima altitud de la comunidad. El sendero transcurre por pistas de esquí y senderos de ganado, pasando por picos como La Cuña y Cabeza Parda, y collados emblemáticos. El regreso se realiza por el mismo camino, con tramos pronunciados que requieren buena preparación física.

Esta ruta circular de 11 kilómetros, que se completa en cuatro o cinco horas, se ubica en la vertiente riojana de la Sierra de la Demanda. El recorrido atraviesa la aldea de Azárrulla y cruza siete puentes de madera, combinando bosque de hayas y praderas de montaña. El punto más alto es Obícolla, a 1.400 metros. El sendero ofrece variedad paisajística, con tramos de subida y bajada, y es recomendable comenzar temprano para recorrerlo en su totalidad.

Esta ruta de nueve kilómetros parte antes del cruce a Viguera y se extiende durante unas cuatro horas. Su dificultad es baja y transcurre por caminos entre olivos, ascendiendo hasta la Peña Moya y el cerro de los Cantos, donde es posible descansar con vistas. El sendero desciende luego hacia Islallana y finaliza tras un tramo que conecta con el punto de partida. Es una opción para quienes buscan un recorrido tranquilo y accesible con paisajes variados.

Con poco más de siete kilómetros, esta ruta circular tiene un tiempo estimado de tres horas y media y parte de Arnedillo, atravesando el río Cidacos. El recorrido inicia en las pozas termales y transita por puentes, huertas y áreas de interés natural, como el Mirador del Buitre. Incluye la visita a varias ermitas, entre ellas Santa María de Peñalba, San Miguel y San Andrés y San Blas. El camino culmina atravesando un túnel peatonal de la antigua vía férrea, combinando patrimonio histórico y naturaleza.

Situado entre Tobía y Anguiano, este recorrido circular de casi cuatro kilómetros se completa en unas dos horas y es ideal para familias. Comienza en el casco urbano y sigue un sendero que incluye nueve pasarelas de madera junto al arroyo del Rigüelos. El destino es el Salto del Agua de Matute, una cascada cuya presencia varía según la estación. El sendero de regreso discurre junto al arroyo hasta una presa y finaliza en la plaza del pueblo.