Un avión con casi 200 pasajeros a bordo ejecuta un aterrizaje de emergencia tras avisar el capitán que el piloto automático no estaba funcionando

La aerolínea no ha dado más explicaciones y solo confirma que no ha habido ningún herido

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REUTERS/Mike Blake/File Photo
REUTERS/Mike Blake/File Photo

Un avión comercial de gran tamaño con casi 200 pasajeros a bordo se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en pleno vuelo. Lo que podría haber acabado en una catástrofe, finalmente se quedó en un pequeño susto y en un gran retraso de la hora de llegada al destino inicial del vuelo.

Itinerario del vuelo

Un vuelo habitual entre Houston y Orlando, desde el estado de Texas hasta el de Florida. Según informan los medios locales WEAR y WFTV, el vuelo despegó hacia las 6:30 horas. Todo iba con normalidad hasta que, dos horas después del inicio de la travesía, el piloto del avión de la compañía Spirit Airlines, concretamente un Airbus A320, tuvo que informar por megafonía a los pasajeros de que el piloto automático había dejado de funcionar y que el avión debía realizar un aterrizaje de emergencia.

En ese momento, el avión estaba pasando justo una zona de dureza climatológica y alternando rachas muy fuertes de viento. 182 pasajeros llevaba a bordo el avión que tuvo que planear automáticamente en cuestión de escasos segundos un aterrizaje forzoso.

Aún lejos del destino del vuelo Houston-Orlando, al piloto no le quedaba otra opción que buscar la pista o la zona más cercana que cumpliera las mínimas condiciones para aterrizar sin ningún incidente para no agravar la situación. Todo el peso del vuelo estaba sobre sus hombros.

Aterrizaje forzoso

En lugar del destino previsto, el avión se vio obligado a aterrizar en el aeropuerto internacional de Pensacola, ciudad portuaria estadounidense en el condado de Escambia, concretamente en el noroeste del estado de Florida.

El avión consiguió aterrizar sin ningún problema en el estado de su destino, pero lejos de Orlando. Posteriormente, se llevaron a cabo las reparaciones pertinentes para conseguir volver a emprender el vuelo. Los pasajeros pudieron volver a coger el vuelo, aunque con un poco más de miedo.

La reparación duró varias horas y, según declaró un empleado de la propia aerolínea al medio de comunicación local WEAR, el avión llegó a su destino objetivo inicial, Orlando, seis horas después de la hora prevista inicialmente. Esto desembocó en que un vuelo de dos horas y media aproximadamente, entre el incidente, el aterrizaje forzoso y las reparaciones, se convirtiera en un viaje de al rededor de nueve horas.

La aerolínea no aporta información

La aerolínea no facilitó nada de información, ni sobre la avería, ni siquiera si los pasajeros recibirán algún tipo de reembolso del billete o como compensación al retraso producido en el vuelo. Tan sólo se ha limitado a informar de que ningún pasajero ha resultado herido, ni siquiera levemente.

Este incidente es una prueba más de la importancia y la responsabilidad que tienen las personas que ejercen la labor de pilotos de avión, ya que deben contar con una gran agilidad mental y capacidad de reacción para situaciones como esta.

A pesar de la actuación del profesional, también expone la gestión de la propia aerolínea que, a pesar del error, no dio explicaciones a sus pasajeros.