El tren histórico de Madrid de más de 100 años que ha revivido una antigua línea ferroviaria: es perfecto para ir con niños

El itinerario permite conocer de primera mano un ferrocarril del siglo XIX y disfrutar de un paisaje único en la capital

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El tren de Arganda, en
El tren de Arganda, en Madrid (vapormadrid.org).

Conectando Madrid con Alocén, en Guadalajara, la antigua línea ferroviaria del Tajuña fue una de las rutas más importantes del interior peninsular. Desde 1902, este ferrocarril que unía ambas ciudades, pasando por otras como Perales de Tajuña, Tielmes, Carabaña y Orusco, fue crucial para el transporte agrícola de la región. Sin embargo, con el paso de los años su función comercial desapareció, provocando su abandono en la década de 1990.

Sin embargo, a día de hoy un pequeño tramo se mantiene activo gracias a un tren turístico único en la capital. Así, el tren de Arganda “que pita más que anda” es una experiencia perfecta para disfrutar con los más pequeños. El recorrido, de unos cuatro kilómetros, dura unos 45 minutos y permite disfrutar de un maravilloso trayecto a bordo de un precioso ferrocarril histórico.

Historia sobre raíles

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El tren de Arganda, en Madrid (vapormadrid.org).

En 1886, durante el apogeo del ferrocarril en España, se inauguró la línea Madrid-Arganzuela, una vía que alcanzó los 161 kilómetros en su máximo desarrollo y que atravesaba algunos de los paisajes más representativos del sureste madrileño. De todo aquel entramado, apenas se conservan hoy tres kilómetros del trazado original. Pero esos escasos metros han sido suficientes para devolver la vida a una locomotora que, en otro tiempo, estuvo condenada al olvido.

La historia del actual Tren de Arganda comenzó en 1990, cuando un grupo de entusiastas del ferrocarril rescató una vieja locomotora de vapor que estaba a punto de ser desguazada. A través de una entidad sin ánimo de lucro, este grupo logró restaurarla, pieza a pieza, y ponerla de nuevo en funcionamiento. Con el tiempo, también consiguieron recuperar un tramo de la antigua línea del Tajuña, en concreto el que une La Poveda con la Laguna del Campillo, en el término de Arganda del Rey.

Este tramo había dejado de operar definitivamente en 1997, y fue en 2003 cuando volvió a ver circular el tren. Desde entonces, el proyecto se ha mantenido con un espíritu divulgativo y patrimonial, ofreciendo al público la posibilidad de vivir la experiencia de viajar en un tren de vapor, con el sonido de los silbatos, el olor del carbón y el traqueteo característico de las ruedas sobre el hierro.

Un viaje a vapor

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El tren de Arganda, en Madrid. (vapormadrid.org)

El Tren de Arganda no es solo un paseo en locomotora: es un viaje al pasado sobre raíles. Con un trayecto de aproximadamente cuatro kilómetros, el recorrido completo —ida y vuelta— se realiza en un tiempo estimado de entre 40 y 45 minutos. Como ocurre con todo tren histórico, la duración puede variar ligeramente en función de las condiciones meteorológicas o técnicas. En situaciones excepcionales, cuando el uso de la locomotora de vapor no es viable, esta es reemplazada por su equivalente diésel, lo que permite mantener el servicio sin alterar la experiencia esencial.

La salida se realiza desde la estación de La Poveda, en el municipio de Arganda del Rey, donde se ubican tanto la sede operativa como el pequeño museo ferroviario del proyecto. Desde allí, el tren se pone en marcha entre silbidos y columnas de vapor, avanzando por un tramo rescatado del antiguo trazado del ferrocarril del Tajuña. El recorrido se extiende hasta el apeadero de la Laguna del Campillo, en la vecina localidad de Rivas-Vaciamadrid. El destino se encuentra junto a la gran laguna que da nombre al enclave, en un entorno natural que forma parte del Parque Regional del Sureste.

Una vez en el apeadero, los viajeros pueden descender del tren para presenciar una maniobra que forma parte del espectáculo: el cambio de sentido de la locomotora, que toma unos diez minutos y se realiza de manera manual, ante la mirada de los asistentes. El tren emprende entonces el viaje de regreso a La Poveda, completando un recorrido circular que combina naturaleza, patrimonio y divulgación. Al finalizar el trayecto, los visitantes pueden acceder al museo ferroviario de la estación, donde se exhiben objetos, herramientas, uniformes y piezas originales relacionadas con la historia del tren en España. Todo ello en una sala ambientada como una estación tradicional, con relojes de época, bancos de madera y señales antiguas.

Cómo visitarlo: horario y precios

El tren histórico opera actualmente durante dos temporadas al año: primavera y otoño. En 2025, el calendario de circulación comprende los meses de marzo, abril y mayo, con salidas programadas los días 1, 2, 9, 16 y 30 de marzo; 5, 6, 13, 20 y 27 de abril; y 3, 4, 11, 18 y 25 de mayo. Los horarios de partida son a las 10:00, 11:00, 12:00 y 13:00 horas.

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El precio del billete es de 8 euros por persona e incluye el viaje de ida y vuelta, así como la visita al Museo de la Estación, un espacio expositivo donde se conservan piezas originales y documentación histórica sobre el ferrocarril. Los niños menores de tres años viajan gratis. Además, quienes lo deseen pueden acceder a una maqueta modular que recrea el trayecto del tren en miniatura, por un coste adicional de 3 euros. Esta actividad está especialmente pensada para el público infantil y para los aficionados al modelismo ferroviario.