El pueblo más bonito para viajar en mayo está en Murcia, según el National Geographic: es una de las cinco ciudades santas del mundo

La localidad es uno de los principales destinos de peregrinación del cristianismo y cuenta con rico patrimonio marcado por la presencia de los templarios

Guardar
Caravaca de la Cruz, en
Caravaca de la Cruz, en Murcia (Adobe Stock).

En el norte de la Región de Murcia, cerca de la frontera con Albacete, se encuentra uno de los pueblos más maravillosos de España. Este enclave no solo destaca por su importancia histórica, sino también por su relevancia espiritual, convirtiéndose en uno de los principales destinos de peregrinación en España. Atrae a miles de visitantes cada año, quienes llegan en busca de su rico legado religioso y cultural.

De hecho, Caravaca de la Cruz es uno de los cinco lugares santos del mundo, junto con Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana, lo que subraya su trascendencia en el ámbito religioso. Su importancia ha sido reconocida por el Vaticano, que le otorgó el título de Ciudad Santa en 1998, consolidando su lugar como un centro de devoción internacional. La localidad, que fusiona historia, fe y tradición, ofrece al viajero un recorrido por un patrimonio único, donde lo sagrado se encuentra con lo histórico en un paisaje lleno de significados. Tanto es así que el National Geographic ha elegido a esta localidad murciana como la más bonita para visitar en mayo.

La leyenda de la Vera Cruz

Caravaca de la Cruz, en
Caravaca de la Cruz, en Murcia (Adobe Stock).

Los orígenes de Caravaca de la Cruz se remontan a la época prerromana, aunque fue durante la Edad Media cuando el pueblo comenzó a ganar renombre. La Vera Cruz, un fragmento de la cruz en la que, según la tradición cristiana, fue crucificado Jesucristo, juega un papel fundamental en la historia de la localidad. Según la leyenda, en 1231, el rey moro Zayd Abu Zayd presenció el descenso de dos ángeles que portaban la cruz, la cual entregaron a un sacerdote cristiano prisionero en el castillo. Este milagro dio inicio a la veneración de la Vera Cruz, que sigue siendo uno de los pilares fundamentales de la identidad espiritual de Caravaca.

Uno de los monumentos más representativos de la ciudad es el Santuario de la Vera Cruz, cuya construcción data de 1617. La iglesia, erigida sobre una antigua capilla medieval, se destaca por su imponente fachada barroca del siglo XVIII, construida con mármol rojo de Cehegín. En su interior, la capilla alberga la sagrada reliquia, convirtiéndose en un lugar de peregrinación anual para miles de fieles que se acercan para rendir homenaje a la cruz que, según la tradición, tiene poderes milagrosos.

El legado templario

Caravaca de la Cruz, en
Caravaca de la Cruz, en Murcia (Adobe Stock).

Más allá de la devoción religiosa, Caravaca de la Cruz guarda en sus calles un vasto patrimonio histórico, sobre todo en su castillo, una fortaleza que data de la época de los Templarios. Se cree que el castillo fue construido en el siglo XI, durante la presencia de los musulmanes, aunque su esplendor llegó en la Edad Media, cuando fue protegido por la Orden de los Templarios y, más tarde, por la Orden de Santiago. Esta fortaleza, que se encuentra a más de 600 metros de altura, ha sido testigo de diversos acontecimientos históricos, como la guerra de la Independencia contra las tropas francesas.

El castillo, con sus 15 torres y una albacara o plaza de armas, constituye una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Entre las torres, destaca la Chacona o Torre del Homenaje, que jugó un papel crucial en la defensa del recinto. Hoy en día, el castillo también es escenario de la tradicional fiesta de los Caballos del Vino, una celebración que conmemora la leyenda según la cual los templarios introdujeron vino en la ciudad sitiada para purificar las aguas.

Un paseo por Caravaca de la Cruz y sus fiestas

Caravaca de la Cruz, en
Caravaca de la Cruz, en Murcia (Adobe Stock).

Otro de los grandes monumentos de Caravaca de la Cruz es la parroquia de El Salvador. Se trata de un templo que, a pesar de no estar acabado, se alza como uno de los mayores ejemplos del Renacimiento del siglo XVI. Lo que más llama la atención de este monumento son los cuatro pilares de casi dos metros de altura que sostienen su increíble fachada. Además, en su interior un gran conjunto de esculturas y figuras sorprende a todo aquel que se acerca.

Tampoco hay que perderse en la visita el museo de Caballos del Vino, situado en un la casa de los Muso Muñoz Melgajero, un maravilloso edificio del siglo XVIII; y el Museo Arqueológico Municipal La Soledad, donde se puede contemplar el complejo íbero romano de la Encarnación y se abre como una ventana al pasado y los orígenes del municipio. Por otro lado, el patrimonio cultural de la ciudad tiene su máxima expresión cada primera semana de mayo, cuando se celebran las Fiestas de la Vera Cruz, declaradas de Interés Turístico Internacional.

Durante estas fechas, la ciudad se llena de color y tradición, con los emblemáticos Caballos del Vino y los desfiles de Moros y Cristianos. A su vez, los Caballos del Vino, cuya historia se remonta al siglo XIII, son una competición que conmemora el hecho de que, según la leyenda, los caballeros templarios lograron introducir vino en la ciudad sitiada para purificar las aguas. Esta celebración, que mezcla historia y mitología, fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2020.

Un entorno natural único

Fuentes del Marqués, en Caravaca
Fuentes del Marqués, en Caravaca de la Cruz, Murcia (Adobe Stock).

Caravaca de la Cruz no solo es un destino de peregrinación religiosa y cultural, sino también un lugar privilegiado para disfrutar de la naturaleza. Rodeada de paisajes montañosos, la localidad es perfecta para los amantes del senderismo y las actividades al aire libre. La Sierra de la Encarnación, con sus senderos bien señalizados, es ideal para caminar mientras se descubren antiguas ermitas y yacimientos arqueológicos.

Un lugar de especial interés es el Paraje de las Fuentes del Marqués, un espacio natural que destaca por su valor ecológico. Aquí, el viajero puede disfrutar de paseos familiares, zonas de recreo y frondosos bosques de álamos y fresnos. Además, el río Argos, que serpentea por la región, ofrece un entorno perfecto para la práctica de deportes acuáticos como el piragüismo. Los miradores naturales de la zona permiten disfrutar de vistas panorámicas del valle, convirtiéndose en un atractivo para los fotógrafos y los amantes de la naturaleza.

Cómo llegar

Desde Murcia, el viaje es de alrededor de 55 minutos por la carretera RM-15. Por su parte, desde Albacete el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 35 minutos por las vías A-30 y RM-714.